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Boehringer Ingelheim: Colaboración, salida a los retos en salud

10-06-2022, 6:10:00 AM Por:
© Arturo Aguirre

COVID reforzó el trabajo conjunto en investigación y desarrollo de medicamentos, pero la colaboración entre todo el sector salud debe mantenerse, dice el director de la farmacéutica alemana en México.

Por Héctor Rendón

Dedicación, liderazgo y compromiso son factores clave en la vida de un CEO. Augusto Muench, quien asumió la presidencia y dirección general de Boehringer Ingelheim México, Centroamérica y El Caribe, en enero de 2020, ha ido en esa dirección, lo que le ha permitido hacer maletas en más de una ocasión para dirigir la farmacéutica en otros mercados.

Conoce y ha podido ver de cerca el funcionamiento de diversos sistemas de salud, como el de Alemania, y algunas regiones del sudeste asiático y Sudamérica; por lo tanto, es una voz autorizada para pedir colaboración al gobierno y enfrentar los retos del sector.

Muench está involucrado en los trabajos de la Asociación Mexicana de Industrias de Investigación Farmacéutica (AMIIF) y la Cámara Nacional de la Industria Farmacéutica (Canifarma); es coach empresarial que capacita y asesora en distintas regiones del mundo y se da tiempo para trabajar por México y su familia. 

“Es imprescindible la colaboración de todos los actores del sector salud para resolver los desafíos que tenemos enfrente; es necesario que organismos empresariales, sociedad y gobierno trabajemos de la mano. El reto es global. Por un lado, tenemos sistemas de salud cuyo objetivo es una cobertura mayor de población y áreas terapéuticas y medicamentos, con un límite presupuestal. Por otro, están las empresas que invierten en investigación y desarrollo y médicos que están al tanto de las nuevas terapias, pero se encuentran con sistemas de salud que no les pueden reembolsar”, subraya.

Desde su punto de vista, es un triángulo retador: para los sistemas de salud, para las industrias que están haciendo investigación y para el médico que tiene que decidir qué le prescribe a un paciente. A esto se deben añadir las complejidades que presenta cada país.

No veo otro camino que no sea el de la colaboración y el trabajo conjunto de quienes formamos parte del sistema de salud; quien piense que lo puede solucionar en aislamiento no encontrará muchos caminos”, advierte el ejecutivo, quien desde 1999 forma parte de la farmacéutica alemana.

Es su reflexión acerca del trabajo que requiere México para abordar los temas de salud que aquejan a la población, pero también habló de cómo han enfrentado los restos de la pandemia, de las inversiones en investigación y desarrollo, y de la apuesta de la compañía en nuevas terapias.

El camino de la medicina

Para nadie es secreto que COVID provocó un ajuste en los planes de las compañías de todos los sectores. La industria farmacéutica no fue la excepción, pues reforzó el eje de trabajo en investigación y desarrollo de medicamentos.

“Al ser una empresa de investigación farmacéutica, en Boehringer Ingelheim tenemos un presupuesto y una inversión en innovación y productos nuevos muy grande. Alrededor de 20% de nuestros ingresos mundiales se invierten en investigación y desarrollo. Es una de las ventajas competitivas que tenemos como compañía. Además, somos la farmacéutica privada más grande que existe. No estamos en Bolsa para obtener recursos y poder invertir; somos una empresa familiar y quienes conforman la compañía y toman las decisiones de investigación y desarrollo están convencidos de que un buen camino es inyectar esa cantidad de recursos”, enfatiza Muench, quien es originario de Chiapas e ingeniero en sistemas.

Explica que, desde hace varios años, Boehringer Ingelheim realiza mapeos globales de las áreas terapéuticas en las que invierte. “Tenemos la tradición de invertir en enfermedades respiratorias, como asma y fibrosis progresiva en pulmón, que recientemente entró al cuadro básico y ya está disponible en México”.

La farmacéutica también tiene inversiones en padecimientos cardiometabólicos, como hipertensión, y recientemente en productos para la diabetes que manejan un contexto más amplio de utilidad terapéutica. Cuenta también con un portafolio de alta especialidad, área hacia la cual se está enfocando la compañía, para tratar padecimientos inmunológicos, así como del sistema nervioso central y de cáncer.

En 2021, la firma invirtió 4,100 millones de euros, un incremento de 11.7% respecto a 2020. En México cuenta con centros de investigación clínica de Fase II y Fase III.

“Hay varias áreas de trabajo en las que nos estamos ocupando. Para los próximos cinco años planeamos invertir más de 25,000 millones de euros en investigación y desarrollo, a escala global. Además, tenemos planes de lanzar más de 15 productos en el mundo. Este año nos estamos enfocando en analizar cómo progresa el proceso de nuestra molécula para el control glucémico y la reducción de muerte cardiovascular en pacientes con diabetes, pero que además tiene una indicación para falla cardiaca, la cual ya está aprobada por la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA) y la Agencia Europea de Medicamentos (EMA)”, adelanta Muench.

Sorteando la pandemia

Al abordar el tema de la crisis sanitaria, reconoce que uno de los desafíos fue decidir cómo trabajarían de manera remota, pero ayudó el hecho de que ya habían dado un paso al invertir en plataformas tecnológicas.

“Tenemos tres plantas: dos en Xochimilco, para salud humana, y una en Guadalajara, que es de salud animal. Nunca dejaron de trabajar. No hubo día que pararan operaciones, ya que los medicamentos que producimos son esenciales. Además, con la pandemia fuimos aprendiendo que algunas de las terapias que atendemos con nuestros medicamentos —por ejemplo, para la hipertensión, el control de la diabetes o padecimientos respiratorios— permitían que los pacientes que se contagiaban de COVID pudieran tener un mejor aislamiento con el suministro de los medicamentos”.

Sin embargo, fue necesario armar un plan de seguridad interno, porque como en la mayoría de las empresas, en la farmacéutica también hubo contagios. Se tomó la decisión de que todos los colaboradores que no fueran imprescindibles para la producción trabajaran de manera remota; incluso, hasta la fecha, no han vuelto al 100% y muchos operan de manera híbrida.

Otro factor que sortearon fue la movilidad de los insumos para la fabricación de medicamentos, muchos provenientes de China. El hecho de trasladarlos desde Alemania o desde donde se produjeran, hacia México, representaba un reto. Todos los colegas de supply chain tenían que manejar las piezas de un rompecabezas para asegurar que llegara el producto.

“Nosotros mismos tuvimos impactos en los laboratorios, ya que hay un proceso de control de calidad para la liberación de productos para exportación, y los que recibimos son importados. Sin embargo, en ningún momento se convirtió en un cuello de botella ni hubo riesgo de perder la cadena de suministro de los medicamentos”, añade Muench.

Desde su punto de vista, el manejo de tecnología y entender cómo se pueden utilizar las herramientas disponibles en el mercado para poder hacer el trabajo fue un punto de quiebre para muchos, incluso en el sector médico.

“Un tema central fue cómo prepararnos para la telemedicina y dar una consulta de manera virtual, para revisar estudios de laboratorio o dar una prescripción. Quienes supieron adaptarse claramente tuvieron una ventaja competitiva sobre el resto. Este es uno de los aprendizajes más grandes: cómo podemos prepararnos mejor para un entorno retador, como una pandemia”.

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autor Equipo de jóvenes periodistas cuyo objetivo es explicar las noticias más relevantes de negocios, economía y finanzas. Nos apasiona contar historias y creemos en el periodismo ciudadano y de servicio.
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