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Finanzas

La lista de pretendientes por Banamex se acorta y el tiempo apremia

25-07-2022, 9:38:33 AM Por:
© sofia.ugalde.mx

Los bancos extranjeros, sobre todo españoles, están descartados y le quedan 5 meses a Citigroup para encontrar el comprador que cumpla con las condiciones del gobierno federal.

Julio está por terminar y, de acuerdo con la hoja de ruta para la venta de Citibanamex, delineada hace algunos meses desde Nueva York por Citigroup, su banca de menudeo en México deberá venderse antes de que finalice este 2022, a más tardar en diciembre.

Lo anterior significa que ya quedan máximo 5 meses para conocer el nombre de quien compra el banco. Pero, el viernes pasado hubo un suceso que es muy sintomático de lo que sucede en este asunto.

Fuera de la terna los bancos extranjeros, sobre todo si son españoles

El viernes pasado, banco Santander informó a la comunidad financiera que quedó definitivamente fuera del proceso para comprar; pero hubo detalles relevantes más allá del anuncio, especialmente uno que llamó la atención.

Santander confirmó que había presentado una oferta no vinculante para comprar el banco.

¿Qué es una oferta no vinculante y por qué fue tan relevante en este asunto?

De acuerdo con las definiciones clásicas, una oferta no vinculante se utiliza cuando dos partes quieren plasmar en el papel las negociaciones iniciales para garantizar que están de acuerdo, pero aún no quieren acceder explícitamente a nada.

En otras palabras, es el principio de las pláticas entre dos partes para realizar un negocio o alguna transacción comercial, eso incluye el hecho de saber si desean incluso las dos instancias negociar.

Citigroup analizó la oferta no vinculante de Santander y le informó que no continuaría más en el proceso, así también lo informó el mismo Santander desde España.

En español, eso quiere decir que a Citigroup no le interesa vender el banco a Santander, o no lo quiere vender, o no lo puede vender a esa institución por alguna causa.

La causa de fondo parece estar en las condiciones que el gobierno federal mexicano ha fijado, en boca del propio presidente Andrés Manuel López Obrador, para autorizar la venta del banco.

Por tal motivo, Banco Santander tiene dos “pecados”: el primero de ellos es que no es un banco mexicano; el segundo problema es peor, su origen es español y todos sabemos que existe cierta aversión de la administración federal contra varias empresas españolas.

Operación requiere autorización de la SHCP

La operación, es decir la venta de Citibanamex por parte de su dueño Citigroup, requiere la autorización del gobierno mexicano al estar regulada la actividad bancaria; concretamente la autorización debe ser otorgada por la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), que es el brazo financiero del gobierno federal. Sin dicha autorización, simplemente Citigroup no puede vender el banco ya que, si lo hace, el gobierno mexicano no emitirá las autorizaciones respectivas. Sin embargo, como sabemos, para autorizar la operación se han fijado cuatro condiciones.

1) Que el comprador sea mexicano, de capital nacional

2) Que el comprador esté al corriente en el pago de sus impuestos

3) Que pague los impuestos correspondientes

4) Que el patrimonio cultural del banco se quede en el país

Citigroup es el dueño de Citibanamex, pero las condiciones fijadas por el gobierno federal limitan sus opciones, eso es un hecho.

Al rechazar Citigroup la oferta no vinculante de Banco Santander por Banamex, es decir, al rechazar siquiera el inicio de pláticas o cualquier tipo de negociación, lo que deja entrever el mismo Citigroup es que atenderá incondicionalmente los requisitos impuestos por el gobierno mexicano para autorizar la venta del banco, especialmente en lo relativo al origen del capital de quien compre Banamex, mexicano necesariamente.

Santander quiso rebasar por la derecha

Algunos medios han señalado durante meses que la presidenta de Grupo Santander, Ana Botín, lleva una excelente relación con el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador; incluso, se ha reunido con él varias ocasiones, la más reciente en abril de este año.

Bajo dicho argumento, no faltó quien asegurara que dicha cercanía y/o amistad le allanaría el camino para que, aun sin cumplir el requisito de que la institución sea de origen mexicano, pudiera pujar por Banamex y eventualmente hacerse de la institución.

Pero, si algo debemos reconocer a este gobierno, y específicamente al primer mandatario, es la firmeza de sus decisiones, para bien o para mal. Podemos estar o no de acuerdo con ellas, pero es difícil encontrar algún momento en el que, como se dice coloquialmente, “se hayan echado para atrás”.

Santander quiso adelantarse, proponer a Citigroup, iniciar negociaciones por Banamex, lo que recibió fue una rotunda negativa para que le vendieran el banco. La cercanía de Botín con AMLO simplemente no vale, está fuera de la terna para comprar Banamex por el simple hecho de que es una institución extranjera. Y española.

Banorte, Inbursa y casi nadie más

Con Banco Santander fuera, queda existe otro gran banco global con la capacidad para adquirir a Banamex, pero que tiene el mismo ‘defecto’ de ser español, es decir, BBVA.

Asimismo, con el anuncio hace unas semanas del empresario Ricardo Salinas Pliego, dueño de Banco Azteca entre otros corporativos, de que no participaría en el proceso de compra de Banamex, la lista de posibles adquirientes es mínima.

Hoy por hoy, solamente existen dos visibles aspirantes que reúnen todos los requisitos del gobierno federal, y que debe atender Citigroup si quiere que la venta del banco no enfrente obstáculos insalvables.

Banorte, de capital 100 por ciento mexicano, con la mezcla de dos familias de reconocidos empresarios, González y Hank, mexicanos y con suficiente capacidad monetaria, no cabe duda que es un aspirante con serias posibilidades.

El otro interesado y que, para muchos, es el gran favorito por su cercanía con el propio presidente de México, es Carlos Slim Helú y su brazo financiero encabezado por Banco Inbursa.

El empresario más acaudalado del país y de Latinoamérica tiene todo para hacerse de Citibanamex, lo que sería en caso de concretarse más que la cereza de su emporio, una auténtica joya y la corona de su carrera empresarial.

Si acaso algún empresario o grupo de empresarios podría dar la sorpresa y unirse para eventualmente presentar una oferta que pudiera tomarse en cuenta y ser competitiva, se habla de algunos empresarios de Monterrey.

Fuera de eso, es muy claro, la terna por Citibanamex o Banamex es mínima, y no porque Citigroup sea muy exigente o no quiera negociar con los bancos globales, ni tampoco porque los bancos o los empresarios no estén interesados en la institución. Simplemente, hay cuatro condiciones, sobre todo la primera de ellas, que deben cumplirse.

Paradójico, pero Citigroup no puede decidir por sí solo a quién le vende su banco, así están los tiempos.

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