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Opinión

Las lecciones de China para enfrentar la guerra comercial con EU y Trump

09-07-2019, 7:47:39 AM Por:
© Depositphotos

China busca ampliar su influencia comercial a través de sus exportaciones, mientras se vuelve autosuficiente en el desarrollo de tecnología

Por Philippe Waechter*

Los tweets del presidente Donald Trump del pasado 5 de mayo agravaron la tensión entre China y Estados Unidos (EU), lo que desencadenó nuevas especulaciones sobre las condiciones de cualquier nuevo acuerdo comercial. China tomó represalias ante los nuevos aranceles de EU sobre sus productos y aplicó impuestos a las importaciones estadounidenses. Esta medida interrumpió un largo periodo de calma que comenzó después de la reunión del G20 el 1 de diciembre.

La campaña de Trump para aplicar nuevos aranceles a China refleja su decisión de regresar el empleo a EU, especialmente del sector manufacturero, y también aliviar la dependencia estadounidense de China.

El año pasado, el país tenía un déficit comercial de 419,000 millones de dólares con China, debido a las fuertes importaciones de bienes a EU, mientras que las compañías estadounidenses batallaban para exportar lo suficiente hacia China. La gráfica ilustra esta situación tan difícil para EU.

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Intercambio EU-China
Alto Nivel Intercambio EU-China

Recientemente, la situación se volvió más desafiante, ya que el otro lado de este superávit comercial chino con EU estaba financiando la economía estadounidense a través de las compras de bonos del Tesoro. Este arreglo funcionó durante mucho tiempo y sirvió para que los dos países permanecieran unidos, ya que los productos chinos encontraron un mercado en EU, mientras que China financiaba la economía estadounidense para compensar el ahorro insuficiente de los estadounidenses. La relación entre EU y China se basaba en un enfoque complementario, pero este equilibrio cambió, ya que la contribución de China al financiamiento de la economía estadounidense disminuyó en meses recientes. En marzo de 2019, la proporción de activos financieros estadounidenses que China mantenía como parte del financiamiento externo total de EU volvió los niveles mínimos registrados en junio de 2006.

Además, EU ya no puede tener la misma influencia sobre China que en el pasado. China se está distanciando y quiere lograr una mayor independencia.

A la Casa Blanca también se le está acabando la paciencia, ya que China se está tardando en cumplir con sus solicitudes. Al imponer aranceles a las importaciones chinas, Washington está tratando de minar la actividad económica del país y existe el peligro de que esto genere una tensión social grave y obligue al gobierno chino a ceder, pues no querría asumir este riesgo social. Los débiles indicadores económicos de China desde el inicio de año podrían dar credibilidad al enfoque de Washington y llevar al gobierno de Trump a asumir una línea aún más dura en el intercambio comercial, aunque este enfoque no necesariamente sea el correcto.

A principios de 2019, la influencia de EU en las exportaciones chinas se desaceleró considerablemente. La dependencia de EU se está revirtiendo, al tiempo que China relanza la Iniciativa Belt and Road, cuyo objetivo es diversificar aún más el mercado chino. China está expandiendo sus mercados y,  efectivamente, imita la influencia de EU en su economía.

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China y Estados Unidos mantienen una guerra comercial
Depositphotos China y Estados Unidos mantienen una guerra comercial

Guerra tecnológica

El otro gran desacuerdo entre Washington y Beijing tiene que ver con la tecnología. En mi opinión, este es el principal punto de discordia entre ambos países. La tecnología china se ha recuperado rápidamente en los últimos 20 años vía transferencias de tecnología y con una reserva sustancial de recursos para facilitar este progreso. Este enfoque ha funcionado bien y el país asiático ahora tiene algo de ventaja sobre EU, particularmente en 5G e inteligencia artificial.

La pérdida del dominio tecnológico de EU es un cambio radical, ya que China tiene los recursos para desarrollar estas tecnologías sin el apoyo estadounidense. Una situación de este tipo pudo haber surgido con Japón hace unos años, pero los nipones siempre se mantuvieron dentro de la esfera de influencia de Estados Unidos y no se puede decir lo mismo de China. El país asiático tiene un gran mercado interno, mientras que el desarrollo fuera del país es vasto, por lo que ahora puede generar un impulso tecnológico autosuficiente.

En los últimos meses, Washington ha sentido una particular tensión sobre este tema, y sancionó al proveedor chino de telecomunicaciones ZTE en abril de 2018, y a Huawei en diciembre de 2018, lo que agravó la tensión.

Los gobiernos europeos también se han visto presionados a mantenerse alejados de la tecnología china. Hace unos meses, Trump incluyó en una lista negra a Huawei, mientras que otras compañías chinas ya no tienen acceso al mercado de estadounidense, como China Mobile.

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Huawei
Reuters

Lo que está en juego es muy sencillo: el país que decida los estándares para las nuevas tecnologías ganará una ventaja competitiva enorme y podrá desarrollar innovaciones más fácilmente. Este es el obstáculo para las negociaciones, ya que China ha invertido recursos sustanciales para reforzar su ventaja tecnológica y no quiere imposiciones de EU. Del mismo modo, es impensable que Estados Unidos acepte espontáneamente el avance de China y obedezca su mandato para emplear dichas tecnologías.

Esta batalla tecnológica de voluntades no se resolverá por sí sola. Ninguno de los dos países está dispuesto a ceder, por lo que un acuerdo es poco probable, a menos que la economía china sufra una desaceleración grave, pero esto no es parte de nuestro escenario.

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5G
Reuters

Sin embargo, esto no acaba ahí. El desarrollo de 5G, por ejemplo, está en el centro de una serie de innovaciones, y otros países fuera de China y EU desarrollan negocios que utilizan esta tecnología. Esto significa que el avance de estas innovaciones a una escala masiva probablemente requerirá del uso de tecnología china, y esto detonará más tensiones con EU.

La dinámica de la economía global está cambiando, pero el nuevo orden mundial no va a emerger de inmediato. Esta es la primera vez en la historia que vemos este tipo de situación y la primera vez que la economía mundial podría optar por una nueva región como resultado de la innovación tecnológica. Cuando el centro de gravedad de la economía mundial se desplazó del Reino Unido a EU, todavía había cierto grado de continuidad, pero no se puede decir lo mismo de la situación actual. Y Europa también deberá encontrar su lugar en este nuevo orden.

Esta transformación anulará la dinámica de la economía mundial y cambiará todo el equilibrio entre las diversas regiones del mundo. Es un momento fascinante para seguir de cerca los acontecimientos globales.

Philippe Waechter es economista en jefe de Ostrum Asset Management, filial de Natixis IM*

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autor Equipo de jóvenes periodistas cuyo objetivo es explicar las noticias más relevantes de negocios, economía y finanzas. Nos apasiona contar historias y creemos en el periodismo ciudadano y de servicio.
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