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¿Cuidar tu talla o tu salud? Falso dilema

03-10-2023, 6:00:00 AM Por:

La gordofobia en "pro de la salud" no está basada más que en prejuicios. Es más importante promover una cultura de la salud que la pérdida de peso.

Por Dra. María Teresa Villanueva Gómez Crespo*

“No hay gordos en África” así inició su clase un profesor que tuve cuando estudiaba Medicina, y con frases como ésa, nos hizo entender lo que para todos ya era un paradigma incuestionable: los gordos son gordos por comer, por voluntad, o más bien, por falta de ésta. El peso de una persona depende de sus buenas o malas decisiones.

Esta enseñanza tiene un doble efecto, estigmatiza a las personas con un cuerpo grande, como desordenadas, indisciplinadas o flojas, mientras enaltece a los cuerpos delgados como responsables, juiciosos, mesurados e incluso inteligentes.

No es menor esta percepción en entornos laborales, y estos prejuicios afectan principalmente a las mujeres. Si la delgadez es sinónimo de inteligencia o capacidad, entonces esto debe correlacionar con mejores puestos, y efectivamente, así es: The Economist hace unos meses señaló en un artículo que las mujeres delgadas tienen acceso a mejores salarios y riqueza, fenómeno que no ocurre de igual manera en la contraparte masculina. Mientras se ha encontrado una relación inversa entre el peso de las mujeres y sus sueldos, en hombres esta relación no existe, o incluso en algunos países es positiva.

Con esta realidad no podemos cegarnos y pretender que las capacidades de las mujeres no son medidas por su figura, un estudio australiano reciente señaló que el anhelo de delgadez en niñas comienza en edades tan tempranas como los ¡6 años! Y a pesar de que la prevalencia de personas que viven con obesidad va en aumento, el estigma, lejos de disminuir, ha crecido a la par. Los costos de salud asociados a personas que viven con sobrepeso u obesidad también han sido un factor que puede explicar este fenómeno.

En el ámbito médico, en donde se esperaría una mayor objetividad, las personas con cuerpos grandes también sufren este tipo de discriminación. La gordofobia médica tiene repercusiones en retrasos diagnósticos, equivocaciones en el tratamiento, desgaste en la relación médico-paciente, generación de culpas, etc.  Paradójicamente, es el médico quien buscando “mejorar la salud” del paciente, en no pocas ocasiones la empeora al volverse cómplice de un sistema que lucra con el anhelo de estereotipos de corporalidad poco realistas.  Las prescripciones de medicamentos tan aberrantes como ´Redotex´, los procedimientos quirúrgicos no indicados, los productos naturistas para bajar de peso son una muestra de esto, en donde se busca una figura por encima de un estado de salud integral (físico y mental).

Ante la gordofobia, también han surgido activistas que promueven la aceptación de la diversidad de los cuerpos, la alimentación intuitiva y saludable, y se le resta importancia al número en la báscula. En este movimiento hay nutricionistas, actrices, psicólogas, ginecólogas (sí, casualmente en su mayoría mujeres) que frecuentemente se enfrentan a la postura generalizada que les responde “No es por discriminación, es por salud”.  En lo personal, como trabajadora de la salud, me he preguntado muchas veces si en verdad lo hacemos por salud, o es lo que nos repetimos desde nuestros propios prejuicios. ¿Habría que bajar de peso a alguien metabólicamente sano? ¿Habría que felicitar a alguien que ha bajado de peso con conductas poco saludables? ¿Tomamos en cuenta a la par la salud mental y física de nuestros pacientes?  

Si tan sólo hubiera algo que nos orientara para tomar las mejores decisiones en pro de la salud de los pacientes, respetando su individualidad, su humanidad y a la vez protegiendo su salud física, sin caer en posturas polarizantes, adoctrinantes o cancelaciones… Afortunadamente, sí lo hay. Se llama ciencia, y lo bueno de la ciencia es que se prueba a sí misma, se desmiente y se perfecciona, rompe paradigmas y crea nuevos. Y ¿qué nos dice la ciencia sobre este tema?

-La excesiva adiposidad visceral está correlacionada con riesgos a la salud, especialmente la mortalidad cardiovascular, la resistencia a la insulina y el aumento de incidencia de algunos tipos de cáncer. La pérdida de peso tan sólo de un 7% en personas con exceso de adiposidad, tiene implicaciones positivas en la aparición de las enfermedades y complicaciones ya mencionadas.

– La adiposidad tiene mecanismos multifactoriales, que dependen menos de decisiones individuales y más de factores genéticos, hormonales, cerebrales, y ambientales.

Las dietas restrictivas NO han demostrado ser un mecanismo eficaz de control de peso a largo plazo, y sí son un factor de riesgo para sarcopenia y trastornos de la conducta alimentaria. Una dieta con alto contenido en vegetales, frutas, granos y grasas saludables, así como adecuado aporte de proteína (independientemente de la densidad calórica) y baja en ultra procesados promueve una adecuada salud cardiovascular.

– Otros factores conductuales independientes de la alimentación, como el sueño y los niveles de estrés, inciden directamente en la ganancia de peso de las personas.

-La sarcopenia (pérdida de masa muscular) está relacionada con el aumento de mortalidad, fragilidad, deterioro cognitivo, osteoporosis y diabetes. El aumento de la masa muscular tiene desenlaces positivos, que son independientes de la pérdida de peso.

Ante la evidencia, en los ambientes laborales y clínicos, es mucho más importante que se promueva una cultura de la salud más que la pérdida de peso o la búsqueda de una talla. Las intervenciones que podemos ofrecer en esta cultura deben de dar mayor importancia a la actividad física en todas sus modalidades y la ganancia de masa muscular, atención al estrés, al burnout y a la salud mental. Promoción de tiempos de descanso y sueño adecuados. Menos estigma y más colaboratividad. Ante el falso dilema que se nos plantea entre ser gordofóbico en pro de la salud, o aceptar todos los cuerpos a expensas de ésta, necesitamos saber que podemos tener lo mejor de ambos mundos. Nuevos enfoques que busquen el bienestar de las personas en la diversidad de tamaños y formas, y tal como dice el lema del día mundial de la Salud 2023: “Salud para todos”.

*María Teresa Villanueva es profesora  y subdirectora académica de la Escuela de Medicina de la Universidad Panamericana.

Nota del editor: Este texto pertenece a nuestra sección de Opinión y refleja únicamente la visión del autor, no necesariamente el punto de vista de Alto Nivel.

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