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Opinión

¿Cuál es la receta para ser un país rico?

13-01-2022, 6:00:00 AM Por:
© Depositphotos

Si México quiere ser rico, tendrá que entender cuáles son sus fortalezas y debilidades, ser mucho menos ideológico y mucho más pragmático.

Aparentemente no hay receta para ser rico o pobre. Hay países de occidente y de oriente (Japón, Corea del Sur) que son ricos. Ubicarse en el hemisferio sur o norte tampoco es fundamental: Australia y Nueva Zelanda son ricos.

Los recursos naturales no son determinantes: hay países ricos con muchos recursos naturales como Estados Unidos, Australia y Canadá; países como el Congo, con muchos recursos y mucha pobreza; y países ricos con pocos recursos, como Japón o Inglaterra.

Hay países con suerte, como Noruega que aprovechó muy bien su riqueza petrolera, y países sin suerte, como Alemania (llegó tarde al desarrollo, perdió 2 guerras, tuvo que incorporar a Alemania del Este y soportar a países menos productivos en la UE) que, a pesar de ello, es rico. Suecia no tiene petróleo y es igual de rico que Noruega, pero ¡ah! como apoya a sus empresarios.

México es un país con suerte, pues tiene recursos y excelente geografía (dos mares, vecindad con EUA, excelentes paisajes y playas) que no ha sabido aprovechar.

Haber sido rico o pobre en el pasado tampoco importa. Hace 50 años, Corea del Sur era más pobre que Corea del Norte. Venezuela era rica y ahora es pobre. Argentina era rica y ahora es clase media. China era muy rica en el siglo XIX y luego fue muy pobre, y ahora es clase media.

El tamaño tampoco importa. Hay pequeños países que son muy ricos y son ciudades-estado como Singapur, Hong Kong, Liechtenstein y Mónaco.

Tener mucha historia o poca como país, tampoco importa, Israel es un país joven y rico. Los Emiratos Árabes Unidos son todavía más jóvenes y ricos.

Altos impuestos y programas sociales tampoco son la regla. Hay países con altos impuestos que son ricos y países con bajos impuestos que también lo son. Lo mismo para los países pobres. Aunque los países ricos siempre tienen gobiernos eficientes.

Todos los países ricos supieron entender y aprovechar sus fortalezas y, por el otro lado, minimizar o neutralizar sus debilidades o carencias. Más importante aún, todos se enfocaron en crear riqueza.

¿Qué tiene México a su favor para ser rico? Geografía, población, juventud, recursos naturales y tratado comercial con los EUA. Además, cuenta con suficiente estabilidad financiera, un banco central independiente y todavía es una democracia electoral.

¿Qué tiene en contra? Mal gobierno y falta de un Estado de Derecho. Esto le resta estabilidad y confiabilidad, principal elemento para ser rico. El país está a la merced de los caprichos y privilegios de sus políticos en turno.

Todos los países ricos tienen reglas claras que se cumplen por todos y un gobierno eficiente que trabaja para los ciudadanos. En México no es así, las reglas no se respetan, no hay un Poder Judicial fuerte e independiente y su gobierno es sumamente ineficiente.

Pero más allá del mal gobierno, México es un país que no ha entendido la importancia de crear riqueza y generar crecimiento económico. No respeta la propiedad privada, no valora al empresario o la libre empresa, del tamaño que sea. Tampoco es muy pragmático; se pierde en posturas ideológicas o búsqueda de privilegios que le generan conflictos en lugar de acuerdos y soluciones.

Estas debilidades se han manifestado con mucha claridad con la llegada del populismo de AMLO. Si el crecimiento era mediocre y el gobierno era malo antes del 2018, ahora tenemos una economía estancada, una estrategia energética equivocada, menor inversión privada y un gobierno francamente inoperante que se dedica a crear conflictos, incumplir acuerdos, destruir riqueza y hacerle la guerra a la empresa privada.

Si México quiere ser rico, tendrá que entender cuáles son sus fortalezas y debilidades, ser mucho menos ideológico y mucho más pragmático, entender que para ser rico hay que crear riqueza (suena obvio, no lo es) y hacer un muy serio esfuerzo por mejorar su gobierno y su Estado de Derecho, con reglas claras y vigilancia permanente. 

Nota del editor: Este texto pertenece a nuestra sección de Opinión y refleja únicamente la visión del autor, no necesariamente el punto de vista de Alto Nivel.

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autor Director y fundador de Semáforo Delictivo.
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