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2022: El poder de los propósitos

17-12-2021, 6:00:00 AM Por:
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Cuando nos proponemos alcanzar un objetivo, activamos una parte del cerebro que selecciona, entre todo el ruido e información, aquello que nos permite llegar a nuestros propósitos.

Por MBA Rubén Jesús Martínez Elhore*

José es directivo en una importante empresa financiera. Lo conocí en su primer semestre de la carrera, desde entonces decía que tenía el propósito de ser director de una empresa financiera. José era estudioso y muy trabajador. Tenía beca y trabaja como becario para pagar esta; además, tenía trabajos eventuales para solventar sus gastos.

Desde ese primer semestre se unió a la sociedad de alumnos y, junto a sus compañeros, organizó un congreso donde iban a estar como ponentes, directores de empresas del sector financiero. A él le toco atender a uno de estos directores. Al director le cayó muy bien José y lo invitó en un futuro a trabajar en su compañía. José, por circunstancias de la vida, terminó trabajando en otra institución y empezó a subir de puesto, primero en esta institución y después en otras, hasta llegar al puesto que tiene actualmente.

¿Por qué José logro alcanzar la meta que se propuso? ¿Qué hizo para alcanzarla?

La doctora Marian Rojas Estapé en su libro “Cómo hacer que te pasen cosas buenas”, explica que cada instante, nuestra mente capta varios millones de bits de información. Si tuviéramos un cerebro que asimilara y tratara todos los estímulos, acabaríamos agotados, por lo que cuando nos proponemos alcanzar un objetivo, activamos una parte del cerebro que selecciona, entre los millones de bits de información, aquellos que nos permiten llegar a lo que nos proponemos.

En el caso de José, desde antes de entrar a la carrera, tenía la idea clara de lo que quería ser, cuando se le fueron presentando las oportunas, supo verlas y aprovecharlas.

Si las cosas no suceden es porque no sabemos lo que queremos; cuando se ansía algo con fuerza, seremos capaces de visualizarlo, comenta la doctora Rojas Estapé, y añade “ello no significa que por el mero hecho de desear algo vaya a ocurrir al día siguiente. De lo que se trata es de darle al cerebro objetivos e ilusiones para estar abiertos a ellos si pasan a nuestro lado… Si deseas algo -con cierto realismo- de verdad y lo imaginas con fuerza, puedes conseguirlo. Deja tu corazón volar, haz un plan de acción y ejecútalo”.

Hace varios años, una universidad en Estados Unidos hizo un estudio a un grupo de estudiantes. Se les preguntaba cómo se veían en veinte años y si tenían un plan de vida para alcanzar sus objetivos. Cuando pasaron los veinte años, entrevistaron a la mayoría de los alumnos del estudio y pudieron comprobar que a los que tenían objetivos en su vida y un plan de acción, les había ido mucho mejor en el plano personal y profesional.

El no tener un plan de acción implica ir a la deriva, sin un rumbo fijo, se puede avanzar muy rápido, pero quizá en sentido contrario al que deberíamos ir. El tener un objetivo y seguir un plan, significa tener las riendas de nuestro destino.

Sin embargo, los planes para que funcionen, deben ser flexibles. Peter F. Drucker ponía el ejemplo de los planes de vuelo, pilotear un avión sin un plan de vuelo es suicida, pero generalmente estos planes no se cumplen, ya que se deben ir adaptando a las circunstancias del momento.

El no tener un plan de vida es suicida, pero este plan debe ser flexible e irse adaptando a las circunstancias; y es que en la vida hay tantas cosas que escapan a nuestro control, que no considerar esto, sería ingenuo.

Les deseo un año nuevo en el que, con pasión, ilusión y flexibilidad, puedan cumplir los objetivos que están anhelando.

Nota del editor: Este texto pertenece a nuestra sección de Opinión y refleja únicamente la visión del autor, no necesariamente el punto de vista de Alto Nivel.

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