¿Las mujeres son mejores líderes en tiempos de crisis?
Diversos estudios han comprobado que las mujeres tienen ciertas competencias más desarrolladas como la resiliencia, la gestión de crisis, el manejo de la ambigüedad y la comunicación asertiva.
Una crisis como la que estamos viviendo representa un importante reto para las organizaciones, pero sobre todo nos brinda la oportunidad para que el liderazgo femenino tome mayor impulso y forme parte de la solución con un estilo más empático, inclusivo y disruptivo, que permita sortear estos tiempos difíciles.
Estamos ante un panorama incierto y volátil, donde los desafíos son distintos y la complejidad nos demanda no seguir haciendo las cosas como lo haciamos antes del COVID-19. Esto, sin duda, simboliza la situación idónea para que las mujeres nos hagamos notar aún más, asumiendo un papel protagónico en esta “nueva realidad”, y marcando la diferencia con nuestras cualidades y particular estilo de dirección.
Para corroborar que el rol de la mujer está cobrando mayor fuerza en esta pandemia, basta revisar los medios, quienes han documentado y destacado el desempeño de Angela Merkel de Alemania, Mette Frederiksen de Dinamarca, Jacinda Ardern de Nueva Zelanda, y otras 4 mujeres más que actualmente están al frente de gobiernos, y que han podido enfrentar con mayor éxito la crisis sanitaria. Sin duda, mucho tiene que ver con el orden y la planeación que le están dando al tema, pero también con rasgos como fortaleza, firmeza, compromiso, elocuencia, sensibilidad y empatía, particulares del liderazgo femenino.
Es importante recalcar que no es que los hombres no estén siendo buenos líderes, sino que diversos estudios han comprobado que las mujeres tienen ciertas competencias más desarrolladas como la resiliencia, la gestión de crisis, el manejo de la ambigüedad y la comunicación asertiva, por mencionar algunas, las cuales les permiten salir avante ante cualquier entorno turbulento y les facilitan la adaptación al cambio. Asimismo, las nuevas situaciones dentro de las compañías requieren una visión bastante cercana y empática, aspectos que naturalmente son asociados al estilo de gestión femenino, al igual que cautela, intuición y multitask (por su habilidad de visualizar y realizar diversos temas a la vez).
Particularidades del estilo
Una de las principales características de la forma de gestionar de las mujeres es que suelen ser más cautelosas a la hora de tomar una decisión, poseen aversión al riesgo y tienden a administrar mejor. Cabe señalar que, al ser más orientadas al detalle, la toma de decisiones no suele ser tan rápida como en el caso de los hombres, pues ellas repasan todas las indicaciones y matices involucrados en un problema antes de llegar a una determinación.
Asimismo, hay que mencionar que son reconocidas como excelentes negociadoras (especialmente para terceros), embajadoras del trabajo en equipo y poseedoras de una alta capacidad de autocrítica; esto último puede ser algo perjudicial, pues tienden a ser duras con ellas mismas.
El estilo de liderazgo femenino también es distinguido por ser persuasivo, lo cual muestra una asertividad más efectiva. Sus habilidades de comunicación son destacadas, al igual que su interés por oír todos los puntos de vista y crear un consenso abierto, inclusivo y colaborativo previo a una resolución. Precisamente, es la escucha activa una de las principales diferencias con respecto al liderazgo masculino, por ello es que se asocia a la mujer con un estilo directivo democrático y participativo; vital ante la compleja situación que enfrentamos a nivel organizacional.
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Limitantes internas y externas
Es una realidad que globalmente existe un avance de la inserción de la mujer al mundo laboral. Sin embargo, su admisión como líder es todavía un asunto que no termina de concretarse y esto se debe a ciertos factores internos y externos que frenan su llegada a altos niveles. Pero son los obstáculos los que suelen volverlas más competitivas y ocupadas en un constante aprendizaje y desarrollo. Esto se refleja con datos, por ejemplo, está demostrado que en México alrededor del 52 por ciento de los estudiantes de posgrado son mujeres. Ciertamente cuentan con el conocimiento, lo que hace falta son más oportunidades (menos del 20 por ciento de los puestos directivos en el país está representado por mujeres) y también que se tengan más confianza, pues en su afán de perfección suelen ponerse freno antes de solicitar un ascenso.
Existen diversos estudios que demuestran que para que una colaboradora acceda a un puesto de dirección se tiene que sentir completamente preparada, a diferencia de un hombre, quienes aplican cuando tienen un 50 ó 60 por ciento de los requisitos, mientras que las mujeres no lo hacen hasta tener entre un 80 y un 100 por ciento. A esta teoría se le denomina Techo de Cemento; representa una barrera interna cuyas limitaciones autoimpuestas están relacionadas con los roles y estereotipos de género, y muchas veces tienen que ver con el miedo al fracaso.
Dentro de los obstáculos externos y que suceden dentro de las compañías, se encuentra el llamado Techo de Cristal, que hace referencia a una barrera invisible que existe y no les permite llegar a puestos de liderazgo. Esto puede deberse a políticas, normativas, o simplemente a estereotipos que estén ligados a la parte masculina y que le estén cerrando las puertas a las vacantes. El Peldaño Roto es otra barrera externa que, a decir de los especialistas, es considerada de mayor peso y hace referencia al estancamiento que sufren las mujeres en niveles de entrada; es decir, que no pueden subir la escalera corporativa y, en consecuencia, menos número de ellas se convierten en gerentes.
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Pese a las complejidades, las mujeres continúan en la contienda por una igualdad de oportunidades laborales. Enfocadas en romper los estereotipos del liderazgo masculino, pero también en demostrar que no se trata de superioridad, simplemente comprender que hay otra manera de dirigir las organizaciones y que puede dar también excelentes resultados. Luz Adriana Ramírez, Directora General de Visa México; María Ariza, Directora General de Biva; y Mayra González, Directora General de Ventas Globales de Nissan, son referentes del liderazgo femenino en nuestro país, mujeres que han roto paradigmas y liberado miedos, además de que son prueba fehaciente de los beneficios que otorga a las compañías el que las mujeres accedan a puestos de alto nivel.
Precisamente con el objetivo de que más mujeres se sumen a la lista de modelos de inspiración y factores de cambio, es que a continuación comparto una serie de recomendaciones para que confiemos en nosotras y seamos capaces de buscar nuevas rutas de desarrollo dentro de las organizaciones:
- Entiende el momento en el que está el negocio. Realiza un análisis y determina cómo puedes conectar tu talento y experiencia para ayudar a la organización a adaptarse más fácilmente a los cambios; sé propositiva.
- Re-invéntate. Conviértete en alguien que ayude a la empresa a moverse con más facilidad; esto tiene que ver primero con una reinvención propia, para después volverte parte del modelo de evolución de la empresa.
- Construye tu marca personal. Créala a partir de cómo quieres que los demás te perciban. Esto te permitirá poner en valor tus conocimientos, así como tus habilidades profesionales y personales, y diferenciándote de los demás.
- Inspira el cambio. Ahora lo que más requieren las compañías son líderes que inspiren y moderen el cambio, con todas sus habilidades, principalmente empatía y cercanía con los equipos; sé un agente de cambio positivo.
- Atrévete a correr riesgos. Estamos en un punto de competitividad en el cual las organizaciones requieren más rápidamente que sus líderes se atrevan a tomar posiciones clave. No permitas más que tus miedos te detengan, e incluso si la empresa aún no voltea a verte como opción, atrévete a levantar la mano y forma parte de la solución. Confiar en ti y en tus capacidades, es el primer paso para que los demás lo hagan.
- Haz Networking. Construye relaciones de contacto hacia adentro y hacia afuera de la compañía, que te permita tener mejor visibilidad para realmente lograr las estrategias que tienes en mente y las conviertas en realidad. Busca redes de apoyo entre mujeres, como She for She, y promuévelas en tu lugar de trabajo a través de acciones como celebrar logros de compañeras o darle a tu partner una retroalimentación directa.
Sin duda, la oportunidad para que las mujeres tomemos riesgos y nos atrevamos ya llegó. El momento para que demostremos nuestras habilidades y de lo que somos capaces es ahora, pues dada la situación que estamos viviendo, las organizaciones requieren más que nunca líderes que las lleven a nuevos terrenos, sin mares turbulentos.
Finalmente, quisiera concluir estas líneas reafirmando que no se trata de que los hombres no tengan futuro dentro de las empresas, la visión más bien es de atrevernos a que haya más mujeres en puestos de alto rango y que exista un complemento, para que a través de la inteligencia de género blindemos a las compañías y no sufran severos daños ante esta crisis.
El apoyo al liderazgo femenino es fundamental en un contexto en el que hoy y siempre, las mujeres han destacado en diversas áreas de la vida, como estas 8 mujeres influyentes que admirar.
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Nota del editor: Este texto pertenece a nuestra sección de Opinión y refleja únicamente la visión del autor, no necesariamente el punto de vista de Alto Nivel
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