Subsidios en gasolinas pueden provocar un “hoyo” en finanzas públicas
Finalmente, el gobierno mexicano reconoce lo evidente: sí habrá impacto por el conflicto Rusia-Ucrania, y dejarán expuesto al país en el largo plazo.
El viernes pasado el secretario de Hacienda, Rogelio Ramírez de la O, reconoció lo que de alguna manera trataba de minimizarse: la tormenta económica desatada por la guerra Rusia-Ucrania sí nos impactará.
Incluso, reconoció que el impacto para el país se reflejará en uno de los indicadores más sensibles, los precios de los energéticos, concretamente de las gasolinas.
El sentido común lo indicaba: Si México importa un amplio porcentaje de las gasolinas que utiliza actualmente, aproximadamente el 60 por ciento, y los precios internacionales del petróleo se han disparado ante el deterioro de la situación geopolítica, no había forma de que no hubiera impacto en nuestro país, sin importar que estemos a 10 mil 832 kilómetros de la zona de conflicto y exista un océano de por medio.
“Netearán” ingresos extraordinarios vs alzas considerables
En el argot financiero, se dice que cuando tienes un ingreso de una determinada cantidad y un gasto similar, lo que puedes hacer es “netear”, es decir, utilizar esos recursos para pagar lo que se debe y, de esa manera evitar incurrir en gastos adicionales o en una deuda.
En este sentido, el gobierno mexicano hará lo mismo; “neteará” los ingresos extraordinarios que recibirá en las próximas semanas por el aumento en los precios internacionales del petróleo con los crecientes subsidios que deberá aplicar para evitar que las presiones en los mercados energéticos se reflejen en los consumidores finales.
Para darnos una idea, la cotización del petróleo del Mar del Norte se ha incrementado prácticamente 20 por ciento desde el 24 de febrero cuando Vladimir Putin dio la orden de desplegar las tropas y adentrarse en territorio ucranio.
Pero la noche del domingo 6 en México, ya con los mercados asiáticos abiertos en sus operaciones del lunes, la cotización del petróleo Brent del mar del norte está arriba de 128 dólares por barril. La tormenta continuará, ni duda cabe.
En este contexto, el secretario de Hacienda de México dijo desconocer el monto de los subsidios que deberá ejercer el gobierno mexicano para enfrentar este gasto, lo que sí dijo, sin decirlo, es que a toda costa se evitarán alzas en los precios de las gasolinas. Nada nuevo porque sabemos que es una promesa política del gobierno en turno.
Sin embargo, Ramírez de la O también reconoció que los subsidios durarán mientras duren las alzas de los precios internacionales, lo que podría dar espacio suficiente mientras en el sector público “se hacen los ajustes contables”. ¿Qué quiso decir el secretario de Hacienda?
El secretario sabe que hay dos cosas inevitables: una es el aumento de los precios internacionales de las gasolinas; otra es el impacto sobre las finanzas del país, ya que el “neteo” tendrá sus limitaciones, toda vez que la demanda de gasolina y, por lo tanto, el consumo y los subsidios que deben aplicarse, serán mucho mayores a los ingresos extraordinarios porque, entre otras cosas, México tiene una baja base exportadora de petróleo respecto a otras épocas.
Es decir, el hoyo a las finanzas públicas será mayor a los recursos que tengan para taparlo, por lo tanto, tendrán que hacerse “ajustes” como los llamó Ramírez de la O, por no utilizar conceptos de otras épocas como “reasignación de gasto” o “recortes al gasto”.
Ramírez de la O mantiene apuesta
Llamó la atención que el secretario de Hacienda mantuvo la apuesta de que el PIB de México crecerá 4.1 por ciento este año, pese al contexto bélico. Esta cifra es más del doble del promedio del mercado que ya casi está por debajo del 2 por ciento, y también casi dobla la expectativa de Banxico que revisó a 2.4 por ciento su pronóstico, desde un previo de 3.2 por ciento.
Según el secretario de Hacienda, “no debemos sobrerreaccionar a los eventos”, por lo tanto, mantiene su expectativa y anticipó que no se revisará.
Será muy interesante lo que suceda los meses siguientes. Es la primera vez en muchos años, de hecho en décadas, en que las proyecciones oficiales y privadas están totalmente contrapuestas.
Las altas esferas gubernamentales han apostado por mantener una expectativa de crecimiento económico que, pese a que el año es relativamente joven, parecen inalcanzables, en un claro “enfrentamiento” con las previsiones de la iniciativa privada.
Lo malo, los ingresos extraordinarios no irán al “guardadito”
En este contexto, si bien utilizar los ingresos extraordinarios para subsidiar los inevitables incrementos en los precios de las gasolinas es una medida correcta, porque permite enfrentar la emergencia con ingresos extraordinarios y no utilizar otros recursos ya comprometidos, al menos por el momento, hay una mala noticia a todo esto, una más, que podría ser de largo plazo.
Los fondos de contingencia, que en otros años se consolidaron, para enfrentar momentos de apremio económico como de hecho sucedió entre los años 2020 y 2021, están en mínimos históricos y tienen pocos o nulos flujos.
Los ingresos petroleros extraordinarios previstos por al aumento mundial de los precios del petróleo y las gasolinas, servirán para cumplir una promesa de campaña, la de no aumentar el precio de los energéticos, no dar “gasolinazos”, pero utilizarlos ahora para enfrentar esta coyuntura puede dejar al país expuesto a golpes económicos mayúsculos en años próximos.
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