La debilidad global del dólar será de largo plazo
En breve terminará la era del alza de tasas en EU y, con ella, miles de millones de dólares buscarán mayor rentabilidad a otras latitudes.
El dólar se desploma en el mundo. Por ejemplo, todas las divisas del Grupo de los Diez países más industrializados (G-10) registran fuertes apreciaciones en los días recientes.
El yen japonés acumula una ganancia de 4 por ciento en las últimas cinco sesiones; por su parte, el franco suizo alcanza su nivel más fuerte desde 2015, mientras que el euro y la libra esterlina están en su nivel más alto contra el dólar en un año.
Es tan fuerte la caída del dólar que, si hablamos de las divisas emergentes, varias de ellas registran un fortalecimiento inusitado y también alcanzan máximos, con evidente beneficio para este tipo de monedas que, por lo general, suelen estar depreciadas o cuando menos presionadas constantemente contra el dólar.
Es el caso del peso colombiano, que ya se ubica en su máximo nivel de casi 9 años; desde luego el peso mexicano, que está en su punto más alto en 8 años y medio, o bien el sol peruano que ya cotiza en un punto de fortaleza no visto en los 3 años recientes.
De esta manera las divisas emergentes también han avanzado. El índice MSCI de estos activos ha subido 2 por ciento este año, tras caer 4 por ciento en 2022. Prácticamente el consenso en el mercado es unánime en el sentido de que las divisas latinoamericanas, incluidas, especialmente las de Brasil, México, Chile y Colombia, seguirán fortalecidas frente al dólar a lo largo de este año. La mayoría también espera un dólar más débil para este año.
En esencia, el dólar se está desplomando en el mundo entero, pero es apenas el inicio de una trayectoria de largo plazo, la divisa estadounidense vivirá un prolongado “invierno”.
El fin del ciclo alcista de las tasas… y del dólar fuerte
Las alzas en las tasas de interés en Estados Unidos están a punto de finalizar.
Si los datos recientes de inflación tanto al productor como al consumidor en ese país siguen confirmándose, la Fed habrá terminado la tarea y la expectativa es que suba su tasa de interés solamente una vez más, para dejarla estática lo que resta de 2023, porque los mercados no esperan recorte de tasas en este año, aunque sí para el siguiente, por lo que están posicionándose y de ahí el desplome adicional del dólar.
Así, el cercano fin de las alzas de tasas de interés por parte de la Fed, el daño que estos incrementos harán a la economía real, así como la posibilidad de un periodo desinflacionario, propician que otras divisas tomen ventaja contra el dólar.
El juego se llama: rentabilidad
Los grandes fondos de inversión tienen un solo objetivo en la mente: rentabilidad
Y no es para menos, muchos de esos grandes fondos, por ejemplo, gestionan los recursos de millones de pensionados, o de recursos en ahorro para el retiro; proporcionar los rendimientos prometidos es prioridad.
Y no se trata de cifras o montos insignificantes, se calcula que los grandes fondos del planeta mueven alrededor de 115 billones de dólares en inversiones alrededor del planeta, el equivalente a 4.8 veces el valor de la economía de Estados Unidos.
Tan sólo BlackRock, el mayor administrador de fondos en el planeta, gestiona 10 billones de dólares en los mercados.
El alza de tasas estadounidenses movió miles de millones de dólares a los mercados de ese país como un acto de “cobertura de riesgo”, pero ya pasó la tormenta y miles de millones saldrán de “la madriguera” para dirigirse a mercados que pagan más rentabilidad.
Desplome de años
La agencia financiera Bloomberg ya calculó hasta dónde podría caer el dólar en los próximos años.
El consenso de analistas de Bloomberg señala que el euro/dólar pasará del 1.11 a 1.14 para finales de 2024 y al 1.16 para 2027.
Contra el yen japonés el dólar pasaría de 138 a 135 unidades a finales del año siguiente y hasta a 120 unidades hacia el año 2026.
Por su parte, para el índice DXY, que pondera al dólar contra una cesta de divisas industrializadas, la cotización pasará de 100.4 a 94.9 unidades para finales de 2024.
Pero será sólo el inicio, se prefigura una trayectoria bajista para el dólar en los próximos años.
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