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Finanzas

40 años de la nacionalización bancaria, el origen de casi todos los males económicos de México

01-09-2022, 10:03:01 AM Por:

Visto en retrospectiva, fue un error garrafal que sentó las bases de un periodo de crisis que duró más de una década.

El 1 de septiembre de 2022 se cumplen 40 años del decreto anunciado por el entonces presidente José López Portillo en su último informe de gobierno, por medio del cual nacionalizó el sistema bancario. En retrospectiva, dicha acción sentó las bases para un periodo de crisis que duró muchos años más y fue el origen interno de casi todos los males económicos que azotaron al país los años siguientes. Además, las repercusiones generacionales también son evidentes.

“He expedido en consecuencia dos decretos: uno que nacionaliza los bancos privados del país, y otro que establece el control generalizado de cambios, no como una política superviviente del “más vale tarde que nunca”, sino porque hasta ahora se han dado las condiciones críticas que lo requieren y justifican, es ahora o nunca. Ya nos saquearon, México no se ha acabado, no nos volverán a saquear“.

Con estas palabras hace 40 años, se daba forma a una de las mayores tragedias económicas de la historia de México, y posiblemente del mundo, la nacionalización o estatización del sistema bancario nacional.

Cuatro décadas después, en el contexto de un México muy diferente, prácticamente de otro país respecto al que existía entonces, esas palabras y el escenario económico, político y financiero, con el que se tomó tal decisión, no dejan lugar a dudas que fue un error garrafal. México perdió años de crecimiento, se erosionó también por años la confianza de los capitales y el costo en materia de crecimiento y crisis económicas fue muy elevado. Todo para que al final, los bancos hoy están en manos de quienes deben estar siempre: la iniciativa privada.

Lo anterior es muy relevante por donde se le vea, pero lo es mucho más cuando estamos a unos meses de que uno de los bancos protagonistas de la nacionalización de hace 40 años cambie de dueño y, en un contexto en el que incluso el jefe del Ejecutivo mexicano aseguró que su gobierno analizó la posibilidad de comprar el 51 por ciento de Citibanamex para darle forma a la “banca mixta”, que no es otra cosa que una banca nacionalizada encubierta, que de haberse concretado nos hubiera regresado a los tiempos de la “tragedia bancaria”, que ojalá nunca más vuelva a repetirse.

El presidente José López Portillo argumentó en su toma de protesta que el sexenio a su cargo sería el de la “planificación económica”. Sin embargo, en el camino algo sucedió y hubo de todo menos planificación; en retrospectiva, su sexenio estuvo plagado de inconsistencias de principio a fin, que derivaron en medidas de emergencias, desesperadas, con el fin de dejar un legado durante el último año de su mandato, los meses avanzaban y no encontraba la forma de hacerlo, hasta que llegó su último informe de gobierno, aquel infausto 1 de septiembre de 1982.

Las causas de la nacionalización bancaria

En el artículo titulado “La estatización bancaria en México. Una interpretación desde la perspectiva del pensamiento económico“, elaborado por Eduardo Turrent Díaz, por muchos años funcionario del Banco de México, se explica en varios puntos las causas que llevaron a la “tragedia económica” de México, es decir a la nacionalización bancaria de hace 40 años, consignamos estas causas enseguida:

a) El gobierno de José López Portillo aplicó la misma estrategia económica que la administración precedente de Luis Echeverría, a sabiendas de los resultados catastróficos que se habían producido: devaluación, inflación galopante, sobreendeudamiento, crisis de la balanza de pagos, estancamiento de la actividad económica, etcétera.

b) Los encargados de diseñar y aplicar la política económica en los sexenios de Echeverría y López Portillo dejaron puniblemente de tomar en cuenta los incentivos de los agentes económicos. Sobre todo, respecto a la cuestión de las fugas de capital, los incentivos eran exactamente en el sentido contrario de lo que deseaban las autoridades.

c) La intensa especulación que se generó a partir de principios de 1981 no fue impulsada, ni mucho menos causada, por la banca privada.

d) Tal vez a los principales economistas de la administración de López Portillo -y con ellos al propio presidente- los cegó el hecho de contar con la opción del petróleo en un entorno de crecimiento continuo de los precios de los hidrocarburos: “a nosotros no nos va a ocurrir lo mismo”, decían.

e) Un gobierno puede hacer concertaciones con el sector privado para alcanzar una variedad de fines, pero no para negociar el mantenimiento de una paridad cambiaria. En el caso de la administración de López Portillo la Alianza para la Producción tuvo éxito para ese fin.

f) La crisis económica que estalló hacia finales del sexenio del presidente López Portillo fue causada por la aplicación de una política económica semejante a la que se instrumentó durante el sexenio de Luis Echeverría.

g) Aunque los factores causales de esa crisis derivaron de la política económica aplicada, a su estallido contribuyó también el deterioro que sufrieron los términos de intercambio en México desde principios de 1981 y la elevación de las tasas de interés internacionales.

h) Es completamente contradictoria la instrumentación de una política económica de corte expansionista con el mantenimiento de un tipo de cambio fijo o semifijo. Esta lección vale tanto para lo que sucedió en el sexenio de Luis Echeverría como en el de José López Portillo.

Al final, se tomó una decisión que generó un efecto multiplicador y negativo en la confianza de los capitales, mismos que se erosionaron en primera instancia y enseguida se radicalizaron. Lo que se llamó en el gobierno de entonces “fuga de capitales”, “saqueo” y “sacadólares”, no fue otro cosa sino la reacción natural de los grandes inversionistas a las medidas y errores de política económica, con lo que se anticipó un escenario de crisis de largo plazo para la economía mexicana, que finalmente sucedió.

El costo de la nacionalización

Recientemente, en la revista Nexos, el historiador Enrique Krauze publicó una serie de cifras relativas a la nacionalización bancaria, que detallan el enorme costo que para la época tuvo la medida política adoptada por el gobierno.

El autor explica que, con la nacionalización, el gobierno adquirió 37 bancos privados, por lo que se convirtió también en accionista (en algunos casos mayoritario) de al menos 100 empresas del país como El Palacio de Hierro y Grupo Bimbo.

Por lo anterior, el gobierno se comprometió a pagar en un plazo de 10 años alrededor de 144 mil 440 millones de pesos, pero sólo por el costo de la propiedad ya que la cifra se incrementó exponencialmente por la reposición de valores.

En el caso del pago a accionistas, el monto ascendió a 64 mil 737 millones de pesos. Quienes más recibieron fueron los dueños de Banamex, con 19 mil 375 millones de pesos; Bancomer, 18 mil 967 millones, y Banca Serfín, con 6 mil 740 millones de pesos, todos estos montos a pesos de los de 1982.

Pero el mayor costo no fue ni siquiera monetario, o no puede medirse de esa manera porque fue de tal magnitud que sería muy difícil hacerlo. El verdadero impacto a la economía es incalculable: la confianza de los capitales en el país se alejó por muchos años, la serie de errores iniciales no se corrigieron por un largo tiempo, se inició el ciclo perverso devaluación-recesión, fue también el comienzo de la “década perdida” y al final llevó al gran colapso bancario, con un rescate que hasta la fecha pagamos.  

La banca de hoy dejó atrás la “pesadilla”

Hoy la banca está en manos de inversionistas privados, pero no podemos olvidar el gran colapso del sistema bancario de 1982, derivado de una crisis cambiaria que data desde la época de la nacionalización por otro de los decretos del presidente José López Portillo, el control de cambios, que no se corrigió en los dos sexenios siguientes a pesar de las evidencias que existían en el sentido de no mantener un tipo de cambio fijo o semifijo por los graves riesgo.

Ese colapso llevó al rescate del sistema bancario, que virtualmente quebrado no tenía más opción, declarar la bancarrota generalizada de los bancos en ese entonces, equivalía a declarar la misma condición para la economía mexicana, si el costo fue muy elevado, en este escenario había sido muy superior.

Hoy el sistema bancario es uno de los más sólidos del mundo, los activos del sistema bancario comercial representan el 42.9 por ciento del PIB nacional y el 44.8 por ciento del sistema financiero del país, no hay instituciones financieras más importantes que los bancos comerciales, y también aquellos que tienen participación gubernamental. Más aún, entre los grandes bancos comerciales del país solamente uno de ellos, Banorte, es de capital 100 por ciento nacional, las otras grandes instituciones son filiales de grupos bancarios globales.

La banca mexicana dejó atrás la pesadilla de la nacionalización decretada hace cuatro décadas, que impactó al país en su economía como pocas veces ha sucedido, un error histórico que no debe ser replicado nunca más en México.

Nacionalización del sistema bancario mexicano

  • Fecha: 1 de septiembre de 1982
  • Decreto: José López Portillo, Presidente constitucional de los Estados Unidos Mexicanos
  • Bancos nacionalizados: 37 instituciones
  • Bancos exentos de la nacionalización: Citibank
  • Costo: 144 mil millones de pesos de 1982
  • Plazo de pago: 10 años
  • Costo total: incalculable

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