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Economía

¿Existe el riesgo de que la alta inflación se quede por un largo tiempo?

07-11-2022, 6:15:00 AM Por:
© Especial

El combate a la inflación en México será largo y mantendrá las tasas de interés altas por más tiempo del deseado.

Ante la eventual encrucijada en la que podría encontrarse el Banco de México (Banxico), entre mantener el ritmo de la escalada en la tasa de interés o detener este incremento en algún momento de los próximos meses, pese a que en Estados Unidos la Fed mantenga sus alzas, vale la pena analizar cuáles serían los factores que le ayudarían a tomar sus decisiones, empezando por esta misma semana cuando le toque el turno durante su reunión de política monetaria.

Lo más relevante es vigilar las expectativas de inflación, basadas desde luego en las cifras que arroja la economía; lamentablemente no hay buenas noticias.

En EU habrá nueva tasa terminal, ¿y en México?

Con las palabras de la semana pasada por parte del presidente de la Fed, Jerome Powell, en el sentido de que todavía es prematuro detener el alza de tasas, queda claro que la escalada de este indicador se extenderá más allá del primer trimestre del año entrante, periodo que los analistas consideraban como probable fin en los incrementos.

De acuerdo con las nuevas expectativas, ahora probablemente el periodo alcista se extenderá al último trimestre del año entrante, es decir, continuará subiendo el costo del dinero durante los próximos 12 meses.

También se estima una nueva tasa terminal, lo cual tiene sentido si la Fed mantendrá su estrategia, quizás se modere el ritmo, pero el tiempo se extenderá.

De acuerdo con las proyecciones, la nueva tasa terminal en Estados Unidos, es decir, la tasa máxima que alcanzaría la Fed en este periodo alcista, se ubicaría en un nivel de 5.25 por ciento, 75 puntos base arriba de la proyección anterior que se ubicaba en 4.5 por ciento.

Si llega a mantenerse el diferencial de tasas entre México y Estados Unidos, lo anterior significaría que en nuestro país la nueva tasa terminal estaría arriba del 11 por ciento, entre 11.25 y 11.50 por ciento, muy arriba de la expectativa que se tenía hace un año, los efectos del impulso en los precios generales son más que evidentes.

La pregunta es si el banco central mexicano estaría dispuesto a asumir una tasa terminal en ese nivel, tomando en cuenta que empezó a subir los topos de interés antes que la Fed.

De entrada, es casi un hecho que durante su reunión de esta semana el Banxico deberá elevar su tasa de referencia en 75 puntos base, lo que marcará un hito, ya que con dicha decisión la tasa de interés de referencia de nuestro banco central no solo marcará otro récord no visto desde que utiliza la tasa de referencia como herramienta de política monetaria, sino que además esta llegará al 10 por ciento, algo no visto en décadas. Al menos dos generaciones de mexicanos nunca habían visto en su vida un nivel tan elevado de tasas de interés.

¿Inflación arraigada?

La inflación aparentemente ha empezado a ceder o cuando menos a estabilizarse, al menos eso mostró en septiembre con una lectura de 8.7 por ciento, muy similar a la de agosto.

Pero la victoria en el combate a la inflación está muy lejos, y Banxico lo sabe. La lectura de 8.7 por ciento es más del doble del rango máximo de tolerancia del banco central, que se ubica en 4 por ciento, y también más del doble del objetivo, que como sabemos es de 3 por ciento. Para acabar pronto: la inflación en México está muy alta, en niveles intolerables para el largo plazo.

Pero si la inflación en su lectura mensual es preocupante, existen otras cifras sobre este mismo indicador que ponen todavía más riesgoso el panorama.

De acuerdo con la encuesta del propio Banco de México, en su edición más reciente, entre economistas que siguen de cerca el desempeño de nuestro país, las expectativas de inflación no nos tienen buenas noticias.

La inflación final para este año pasó de 8.48 a 8.54 por ciento, unas cuántas centésimas, pero finalmente una revisión al alza que no coincide con las expectativas de descenso en este indicador vital para la política monetaria del banco central.

Pero si la proyección para el cierre de este año se ha deteriorado, ¿qué se espera para un escenario de más largo plazo?

Para el año 2023, la nueva expectativa habla de una proyección de cierre en 5.09 por ciento, tasa que supera la cifra previa ubicada en 4.81 por ciento; por su parte hacia el año 2024 la proyección pasó de 3.90 a 3.98 por ciento.

En lo que respecta a la inflación esperada de 1 a 4 años, esta subió de 3.97 a 4.08 por ciento, mientras que para el periodo de 4 a 8 años la expectativa aumentó de 2.64 a 3.66 por ciento.

Estas cifras nos llevan a las siguientes conclusiones vigentes al día de hoy, es decir en la fotografía de este momento.

a) La inflación quizás llegó a su tope, aunque no es una garantía de que ahí se quede y no pueda repuntar en algún momento según los escenarios.

b) Es un hecho que la inflación bajará lentamente; por lo tanto, las tasas de interés tampoco retrocederán en forma inmediata, al menos el primer semestre del año que viene veremos tasas de referencia en doble dígito, con todas sus implicaciones.

c) Las proyecciones hablan de una inflación que al menos en el corto plazo tiene o tendrá cierto arraigo, eso supone riesgos adicionales.

d) El abatimiento de la inflación hacia el objetivo de Banco de México, o cuando menos dentro de sus márgenes de tolerancia, será de muy largo plazo. La encuesta no dice que serán necesarios 8 años para ver dicho objetivo, pero sí es un indicativo de que algo así no sucederá al menos los próximos 2 años.

e) Banxico tiene pocas opciones para los meses siguientes. Si decide no mantener el paso con la Fed podría arriesgar a la economía mexicana a un arraigamiento más profundo de la inflación. Sin embargo, el aumento de tasas de interés provocará una desaceleración en primera instancia, y una eventual recesión entre mayores sean las alzas en tasas.

Sin embargo, el mandato de Banxico es claro y es único; mantener el poder adquisitivo de la moneda, y si algo deteriora el poder adquisitivo es precisamente la inflación. Por lo tanto, Banxico deberá seguir el ritmo de la Fed incluso contra las críticas que reciba, a riesgo de que las futuras generaciones padezcan un fenómeno que impactará su bolsillo permanentemente.

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