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Economía

Centros cambiarios, el talón de Aquiles en la lucha antilavado en México

04-02-2021, 6:15:00 AM Por:
© Depositphotos

Hay tres huecos por los que se pueden introducir recursos de procedencia ilícita en estos negocios.

Si bien nuestro país ha logrado avances importantes en el combate a operaciones con recursos de procedencia ilícita en el sistema financiero, lo cierto es que la tarea está lejos de terminar.

Igual que otras naciones, México enfrenta retos en la materia, pese a estar reconocido como un país de avanzada en el tema, y formar parte de organismos financieros internacionales que combaten decididamente el lavado de dinero, como el Grupo de Acción Financiera Internacional (GAFI), así como otros organismos internacionales.

Una investigación de Alto Nivel revela que en nuestro país existen tres grandes lagunas en el sistema financiero mexicano que todavía son susceptibles al lavado de dinero, aunque no son las únicas ya que estas se pueden extrapolar a otras actividades nacionales.

Estas lagunas están ligadas en parte a la operación de los intermediarios conocidos como centros cambiarios, pero tampoco son los únicos ni son todos porque, como siempre, hay instituciones que hacen lo correcto y otras no tanto.

Aquí lo que se encontró.

1. Centros Cambiarios sin cuentas de cheques, puerta para el mercado negro

En México de acuerdo con la legislación vigente, ningún centro cambiario está facultado para abrir cuentas de cheques ni en pesos ni en dólares en las instituciones bancarias del país o del extranjero, salvo para el pago de impuestos, estas cuentas solamente pueden utilizarse para ese fin y no para la operación del negocio.

El fundamento de la restricción es precisamente el hecho de que, al ser intermediarios con elevado riesgo de realizar operaciones con recursos de procedencia ilícita, se pretende cerrar la puerta a este tipo de riesgos y con dicha medida se impide que los centros cambiarios tengan forma de acceder al sistema financiero mexicano directamente.

Hasta ahí todo bien, entendible la estrategia y los objetivos que persigue.

Pero la restricción orilla a los centros cambiarios a realizar el 100 por ciento de sus actividades cotidianas en efectivo, dólares y pesos, pesos y dólares.

Esta forma de operar quita a las autoridades financieras mexicanas capacidad regulatoria y pone a estas instituciones justo a merced de lo que se pretende evitar: la operación con recursos de procedencia ilícita que, por excelencia, trata de evitar los controles y se realiza ¡en efectivo!

Estamos entonces frente a una medida que tiene un objetivo muy claro pero que, sin quererlo, abre la puerta al mercado negro, al lavado. Quizás podría argumentarse que para eso están las autoridades y las leyes regulatorias, para verificar que las empresas del sector cumplan al pie de la letra con las disposiciones. Le tengo malas noticias.

2. Regulador, con escaso personal

En el año 2019, durante la Convención Nacional de Centros Cambiarios el regulador, perteneciente a la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV), señaló que, para supervisar la operación adecuada y transparente de los centros cambiarios, así como de los Transmisores de dinero, esta área contaba con un total de 50 personas incluyendo a la cabeza.

Se estima que en el país existen entre 2,500 y 3,000 centros cambiarios legales y al margen de la ley (este es otro tema que tratamos más adelante), a lo largo y ancho del país, muchos de los cuáles llegan a tener hasta 3 sucursales.

En contraste, hace poco menos de 2 años había sólo 50 personas que supervisaban su operación, a ver si no en una de esas, gracias a la austeridad republicana, ahora ya incluso hay menos personal.

Lo anterior genera un verdadero caos que hace susceptible a este sector. Además de las operaciones 100 por ciento en efectivo, existen empresas que ya operan al margen de la ley, lo hacen desde hace tiempo porque en algún momento llegaron a obtener alguna autorización, pero una vez vencida jamás la renovaron.

La regulación laxa permite que existan centros cambiarios que no deben operar, pero lo hacen y quién sabe quién tipo de operaciones realicen, en detrimento de los que sí son legales, y desde luego en perjuicio del sistema financiero mexicano.

Un centro cambiario totalmente legal, autorizado, emite por principio de cuentas un comprobante fiscal, está obligado por la ley, los otros en el mejor de los casos otorgan al cliente una papeleta con la operación, o el ticket impreso de la calculadora que “ayudó” a calcular los montos a pagar y/o cobrar.

3. La operación misma

La forma de operar de los centros cambiarios se presta para muchas cosas, ya señalamos algunas de las causas.

Pero puede que no sea exclusiva de este tipo de intermediarios sino sólo un ejemplo de cómo llegan a manejarse las cosas en el país.

De acuerdo con la ley, los centros cambiarios están obligados a reportar todas aquellas operaciones que rebasen los 10 mil dólares diarios o mensuales por parte de un cliente. Además, están obligados a solicitar identificación vigente, de acuerdo con las reglas, a todos aquellos clientes que vendan más de 1,000 dólares diarios.

También deben reportar como operaciones inusuales o sospechosas todas aquellas transacciones que lo ameriten, según sea el caso (por ejemplo, si un cliente no quiere mostrar su identificación, el centro cambiario puede negarle la operación o puede hacerla, pero reportarla a la autoridad).

De hecho, la reglamentación pide a la compañía un sistema informático supervisado por las autoridades, que le impide realizar la operación si no se cumplen los requisitos.

Pero ¿qué pasa si llegan varios clientes al mismo tiempo con 999 dólares a venderlos a la institución? sólo un dólar menos de lo que marca la reglamentación para ser reportados. Trabajadores de centros cambiarios entrevistados por el autor señalaron que este tipo de transacciones son el pan de cada día.

O ¿qué sucede si el mismo centro cambiario le hace a un cliente que quiere vender, digamos 3,000 dólares, cuatro operaciones de menos de 1,000 dólares cada una para evitar su reporte?

Eso en las empresas del sector que andan “por la derecha”, es decir que tienen autorización vigente y todo en regla.

De los centros cambiarios que operan sin autorización se desconoce absolutamente todo, ni siquiera sus sistemas informáticos están regulados.

Como decíamos líneas arriba, lo anterior tampoco es exclusivo de los centros cambiarios, lamentablemente en México siempre se pueden “hacer cosas”.

Estas lagunas y varias más que seguramente existen dentro y fuera del sistema financiero mexicano, hacen altamente riesgoso que se obligue al banco central mexicano a actuar como una especie de caja sin fondo de todas las operaciones con dólares en efectivo que se hagan en el país aparentemente sólo en el sistema bancario, sabemos que la realidad es otra.

Antes de buscar opciones para llevar cientos o miles de millones de dólares al banco central, deberían buscarse formas de tapar las lagunas antilavado que todavía existen en el país desde hace muchos años, negar su existencia no le ayuda en nada a México.

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