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T-MEC: Buenas intenciones y la realidad ambiental

05-08-2022, 6:00:00 AM Por:
© archivo

Es necesario cambiar los parámetros con los que medimos la riqueza, el bienestar social y la noción misma de desarrollo.

Por Scarlet Monroy Mañón*

Llevamos 2 años de que el Tratado Comercial entre México, Estados Unidos de América y Canadá (T-MEC) entró en vigor.

Mucho se espera del mismo, poco se ha visto en concreto. Aún quedan dudas y, sobre todo paneles, reclamos y demandas por posible incumplimiento de algunos acuerdos.

En materia ambiental todo sigue siendo un panorama nuevo y con poca información, lleno de buenas intenciones pero con algunas necesidades que se deben atender previamente, sobre todo en la legislación entre los 3 países.

Bajo el modelo consumista del libre comercio, se tiene un profundo efecto sobre la conservación de los ecosistemas y es necesario reorientarlo para mantener un medio ambiente sano que garantice recursos para las generaciones venideras. 

La economía, el comercio y el medio ambiente están íntimamente ligados de múltiples maneras y  gran parte del daño ambiental que nuestro planeta enfrenta es causado por el incremento de la actividad económica y el comercio a escala global. 

Muchos recursos naturales, tales como los minerales, los suelos, las pesquerías e incluso la energía necesaria para producir bienes provienen de la naturaleza.

Al final del ciclo, el medio ambiente también recibe los desechos resultantes de las actividades económicas. La evidencia del daño es innegable, los mares se han convertido en basureros; hay sobrepesca; los suelos se encuentran agotados y contaminados; los bosques y las selvas, deforestados; todos estos son indicadores de la crisis ambiental que se vive en la actualidad.

En este contexto, el comercio internacional representa una de las piedras angulares de la actividad económica en el mundo y, a la par, constituye una causa importante del daño ambiental. Mientras la integración económica avanza, los retos ambientales se vuelven más evidentes, provocando una creciente incongruencia entre los sistemas de leyes y políticas públicas que rigen el manejo de los recursos naturales y el comercio a diferentes escalas.

Los diversos tratados de libre comercio buscan ser una respuesta a este desencuentro entre la disponibilidad de los recursos naturales y el uso de los mismos, creando un sistema económico  regulado que busca compatibilizar los objetivos del comercio internacional y los de la conservación ambiental, maximizando ambos al límite de lo posible. Asimismo, los tratados comerciales como el T-MEC buscan crear un sistema de reglas coherentes entre socios comerciales que superen el caos regulatorio y disminuyan las contradicciones entre sus sistemas regulatorios nacionales. 

Las escuetas disposiciones del TLCAN en materia ambiental fueron complementadas en el Acuerdo de Cooperación Ambiental para América del Norte (ACAAN), un instrumento paralelo que fue exigido por el expresidente Bill Clinton y la fracción demócrata del Congreso estadounidense para aprobar el TLC, porque temían que México tomara una ventaja comercial de su deficiente marco jurídico y su endeble institucionalidad ambiental. Dicho acuerdo representó un paso fundamental e innovador en la perspectiva del desarrollo sustentable asociado al libre comercio, tomando en cuenta la necesidad de conservar la biodiversidad para garantizar el bienestar social de las generaciones presentes y futuras. Hubo quienes incluso calificaron al TLCAN como un acuerdo comercial verde gracias a esto.

Más de un cuarto de siglo después de la firma del TLCAN, los gobiernos de Estados Unidos, México y Canadá reafirmaron su compromiso con el medio ambiente y el desarrollo sustentable, ante la cada vez más innegable evidencia de que el deterioro de los ecosistemas naturales tiene un efecto negativo en el bienestar y en el futuro de la humanidad. 

Lo innovador de este tratado fue incluir un capitulo particular para el comercio y medio ambiente; además de incorpora disposiciones para atender en el tema de solución de controversias.

Entre las disposiciones del capítulo ambiental destacan las siguientes, que son relevantes para COPARMEX, pues van de la mano con la agenda de desarrollo ecológico y sustentable: 

  • Comisión para la Cooperación Ambiental: Se afirma la importancia de dar continuidad a esta comisión en el marco de la firma de un nuevo acuerdo paralelo dedicado por completo a la cooperación ambiental, afirmando su papel como la organización encargada de coordinar diversos proyectos e iniciativas bajo la dirección de las partes.
  • Contaminación del Aire: El capítulo reconoce la necesidad de proteger la capa de ozono y regular la contaminación atmosférica, que representa una grave amenaza a la salud humana y de los ecosistemas.
  • Responsabilidad social y corporativa: Aunque se reconoce la importancia de que las empresas sean responsables con el medio ambiente y las comunidades que habitan en los ecosistemas, no se adquieren obligaciones concretas.

El T-MEC representa una oportunidad enorme para que los tres países demuestren que el paradigma del desarrollo se puede actualizar hacia una visión más sustentable, en la que el bienestar social, el comercio internacional y la conservación de los recursos naturales vayan de la mano.

Pero, para que eso suceda, es indispensable cambiar la vieja percepción de que los recursos son inagotables, los hidrocarburos son el futuro y el crecimiento económico desmedido es la meta de la humanidad. Eso ya no va suceder.

Es necesario cambiar los parámetros con los que medimos la riqueza, el bienestar social y la noción misma de desarrollo, para que se incluya la imperante necesidad de restaurar los ecosistemas y tener un nuevo paradigma, en el que aceptemos nuestro vínculo con la naturaleza y lo importante que es mantener un medio ambiente sano para nuestra supervivencia. #OpiniónCoparmex

*Scarlet Monroy es presidenta de la Comisión Nacional de Desarrollo Ecológico y Sustentable

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autor Equipo de jóvenes periodistas cuyo objetivo es explicar las noticias más relevantes de negocios, economía y finanzas. Nos apasiona contar historias y creemos en el periodismo ciudadano y de servicio.
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