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Nos quedamos sin direcciones IP, ¿será el colapso de internet?

23-08-2023, 12:18:27 PM Por:
© Cortesía.

¿Qué pasaría si nos quedamos sin direcciones IP y cómo nos afectaría en la vida diaria? Las consecuencias pueden verse bajo dos escenarios, el catastrófico y el real.

Por Manuel Moreno*

Cuando la internet hizo su aparición pública por la década de 1990, se tuvo poca o nula visión de la relevancia que tendría en la historia mundial de la comunicación y de la cantidad de nuevos dispositivos que vendrían para conectarse a ella. Una comunicación basada en la construcción de una red de computadoras interconectadas entre sí, a través de un protocolo que permite agregar fácilmente más nodos a la red.

De ahí surge el protocolo IPv4, diseñado para utilizar direcciones de 32 bits o poco más de 4 mil millones de direcciones IP posibles, pero el boom de la interconexión y la llegada de los dispositivos inteligentes, así como el internet de las cosas, significó el considerable aumento de uso en las direcciones y, como consecuencia, un agotamiento de éstas, pues actualmente hay cerca de 29,300 millones de dispositivos conectados a internet en el mundo, de acuerdo con Cisco.

¿Qué pasaría si nos quedamos sin direcciones IP y cómo nos afectaría en la vida diaria? Las consecuencias pueden verse bajo dos escenarios, el catastrófico y el real, en  sectores como el financiero y de salud, entre otros, por lo que para evitar complicaciones futuras en la conectividad de la infraestructura de internet, la adopción masiva del IPv6 se vuelve imperativa y urgente.

Desde la perspectiva más dramática, si nos quedamos sin direcciones IPv4 disponibles, las nuevas empresas que surjan tendrán dificultades para acceder a direcciones IP, limitando su crecimiento y presencia en línea. Las organizaciones existentes podrían enfrentar obstáculos al expandir sus operaciones y servicios en el mundo digital; la consecuencia inmediata, una posible desaceleración económica donde las posiblidades de innovación y competencia se verían limitadas.

En el sector financiero, los servicios digitales, como las transacciones electrónicas, la banca en línea y comercio electrónico, pilares fundamentales de la economía moderna, podrían interrumpirse o incluso colapsar debido a esta falta de direcciones.

La ciberseguridad también se convertiría en una preocupación, ya que el IPv4 limita la capacidad de implementar técnicas avanzadas de protección, lo que dejaría vulnerabilidades expuestas, y en el sector salud se comprometería la capacidad de conectar dispositivos médicos y sistemas de información, obstaculizando la prestación de servicios y la investigación médica.

La realidad de este problema es que, internet no colapsará ni dejará de funcionar; sin embargo, pagaremos más por usar la red, ya que los proveedores de internet incrementarán su trabajo para asignar números con las reservas que tienen o reutilizar aquellos que ya están en desuso, llegando, incluso, a duplicar sus costos, lo que acaba repercutiendo a los usuarios y organizaciones, pues la reventa de las IPv4 se ha convertido en un lucrativo negocio a precios de oro.

Esto se debe a que, en un inicio, se repartieron gratuitamente direcciones IPv4 en unas pocas compañías y organizaciones, millones de ellas sin utilizar, lo que provoca que veamos máximos históricos debido a que cada vez hay menos disponibles y se prefiere pagar por las direcciones antiguas antes de realizar la transición a IPv6.

Las IP en México tienen un costo aproximado de 15 dólares al mes dependiendo del proveedor, lo cual las hace una de las más caras en Latinoamérica, por lo que la adopción masiva del IPv6 es la respuesta a este problema de agotamiento de direcciones y su reventa, y no, no se trata de un producto a vender, sino de una actualización en la herramienta informática que mueve la conectividad de la vida del siglo XXI.

IPv6 ofrece un espacio de direcciones virtualmente infinitas, si IPv4 podía albergar poco más de 4 mil millones de direcciones IP, ahora la capacidad es de 340 sextillones de direcciones, lo que prácticamente está asegurado que nunca volveremos a padecer del agotamiento de IPs.

Este nuevo protocolo también abre la puerta a un mundo de nuevas oportunidades, permitiría una experiencia en línea más fluida y segura para nosotros como ciudadanos y a las organizaciones por igual. Además, se permitiría la automatización, mejora de procesos y creación de soluciones innovadoras para abordar los desafíos actuales y futuros, gracias a la amplia variedad de dispositivos conectados.

A pesar de los múltiples beneficios del IPv6, su adopción ha sido lenta precisamente por el lucrativo negocio que representa la reventa de IPv4 en el mundo. Algunas organizaciones y proveedores de servicios de internet todavía no han transicionado ya que hay resistencia al cambio y la inversión requerida lo obstaculiza significativamente. Sin embargo, no tomar medidas ahora solo aumentará los costos y riesgos en el futuro. La respuesta está en contar con personal o proveedores preparados que tengan el conocimiento para hacer la transición de manera segura y confiable, proporcionando nuestra interconectividad por muchos años más.

*Manuel Moreno es director de Habilitación de Ventas de Seguridad en IQSEC

Nota del editor: Este texto pertenece a nuestra sección de Opinión y refleja únicamente la visión del autor, no necesariamente el punto de vista de Alto Nivel.

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autor Más de 15 años de experiencia brindando soluciones integrales e innovadoras de ciberseguridad e identidad digital.
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