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Opinión

La Iglesia le debe un agradecimiento a Amparo Serrano y su virgencita plis 

06-09-2022, 6:00:00 AM Por:
© Federico de Jesús Sánchez

El milagro de la Virgen de Guadalupe se cumplió, y no a través del ayate de Juan Diego, como hace más de 500 años, sino a través de la mercadotecnia.

En México, el porcentaje de población que se considera católica es 77.7%, esto es 19 puntos menos desde 1980 y 10.2 puntos menos desde 2000, de acuerdo con el censo poblacional del INEGI de 2020. La caída debe ser escandalosa para el Vaticano, sobre todo porque en esta tierra Azteca tenían un bastión fuerte, y muy aprovechado durante el papado de Juan Pablo II.

La jerarquía católica admitió, en su momento, que “los malos ejemplos y escándalos de algunos de sus integrantes han originado el desgaste moral de la fe católica”. Eso es muy claro, por ejemplo, con el innombrable Marcial Maciel, fundador de la asociación seglar Regnum Christi y de la congregación católica Legión de Cristo, quien hizo de esta una de las más poderosas del país y también una de las más repudiadas por los 175 casos reconocidos, hasta 2019, de pederastia en su interior.

Ejemplos hay muchos, la pederastia encontró en México un oasis apoyado por la corrupción, la falta de legalidad y de apoyo a las víctimas; pero no sólo eso, también escándalos de corrupción y otros dislates.

En medio de este oscuro panorama surgió Amparo Serrano quien diseñó una Virgen caricaturizada -primero en unos platos de cerámica y después en cientos de artículos que forman parte de una compañía multinacional-. La imagen colorida llegó a los más jóvenes con un mensaje de esperanza ante cualquier adversidad: “virgencita plis”.

Probablemente no incida esta imagen en un incremento de católicos en las próximas generaciones (o quizá sí), lo cierto es que en medio del caos de la iglesia, surgió una nueva forma de verla, a través de ángeles y vírgenes que son muñecos de peluche (peluchirris celestiales) y mochilas, mucho más edulcorado y tierno que cualquier imagen violenta de la iglesia secular.

Amparo Serrano recientemente murió, pero fue tan grande su impacto como diseñadora y empresaria que su legado seguramente seguirá a través de su marca Distroller.

El milagro de la Virgen de Guadalupe se cumplió, y no a través del ayate de Juan Diego, como hace más de 500 años, sino a través de la mercadotecnia que permitió que los rezos de las adolescentes se escuchen en pop.

En entrevista, Ricardo Ledesma Rubio, presbítero teatino y párroco de una iglesia poblana, dijo en el momento más álgido de las virgencitas de caricatura que más imágenes tienen el objetivo de explotar la mercadotecnia y ofrecer un producto que sea agradable al público. “Nosotros como iglesia, podemos decir que no se trata de una imagen sagrada, las características son otras, debe ser una imagen bella que nos invite a la devoción, a comunicarnos con Dios, la virgen y nos posibilite ese encuentro”.

El representante de la iglesia no las descalificó, pero dijo no reconocerlas como válidas ni mucho menos a bendecirlas aunque claro, (giño-giño) reconoció que son muy populares entre los niños y jóvenes.

Mientras continúa la controversia, las virgencitas plis seguirán vendiéndose (caras, por cierto) y la población cada vez menos se casa y se bautiza, ello, seguramente dejará pensando a cualquier administrador de la iglesia si el rumbo es el correcto.

Nota del editor: Este texto pertenece a nuestra sección de Opinión y refleja únicamente la visión del autor, no necesariamente el punto de vista de Alto Nivel.

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autor Directora General y fundadora de Comunicación Spread. Publirrelacionista y experta en manejo de crisis.
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