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Opinión

La era de la desinformación (o cómo las redes sociales alimentan las noticias falsas)

10-07-2023, 6:00:00 AM Por:
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En los mercados financieros, cuyo propósito es generar riqueza y dinero, las noticias falsas están al acecho.

Las noticias falsas o fake news no son recientes. Lo nuevo es el fenómeno pues, antes de la era digital, las mentiras se limitaban a círculos de personas y ahora tienen efectos sociales, debido a que su difusión es masiva, inmediata y a gran velocidad, y afectan de manera especial en los ámbitos de la política, la salud y la economía.

Pero, ¿cuál es el motivo detrás de las mismas? Puede ser meramente ideológico, a fin de influenciar la opinión de la gente, aunque más bien su objetivo –al principio y al cabo– suele ser obtener beneficios. Y en los mercados financieros, cuyo propósito es generar riqueza y dinero, las noticias falsas están al acecho.

Ahora bien, ¿por qué las personas creen en noticias sin sustento o que son directamente mentiras? De acuerdo con diferentes análisis e investigaciones recabadas por el medio público alemán Deutsche Welle (DW), una de las razones es el sesgo cognitivo, es decir, la tendencia a buscar, interpretar y recordar la información que confirma nuestras creencias previas.

Esto significa que los individuos se exponen selectivamente a fuentes de información que coinciden con su ideología o sus intereses, y rechazan o ignoran las que les contradicen, lo cual genera una cámara de eco donde sólo se escuchan opiniones afines y se refuerza la propia visión del mundo.

Otra razón es el efecto de verdad ilusoria, que consiste en que una fake news se percibe como más verdadera cuanto más se repite. Esto se debe a que la familiaridad con una afirmación aumenta su credibilidad, independientemente de su veracidad.

Una tercera causa es la influencia social, esto es, el impacto que tienen las opiniones y actitudes de los demás en nuestro propio juicio. Las personas tendemos a conformarnos con lo que piensa la mayoría o lo que dicen las figuras de autoridad, especialmente si nos sentimos inseguros o confusos.

Así es como aquellos que difunden mentiras pueden aprovecharse de esa tendencia, a fin de manipular la opinión pública creando una falsa sensación de consenso o apelando a la emoción y al miedo.

Éstas son sólo algunas de las explicaciones psicológicas y sociales que pueden ayudarnos a entender por qué la gente cree en noticias falsas. Sin embargo, no debemos olvidar que también hay factores educativos y culturales que influyen en el desarrollo del pensamiento crítico y la alfabetización mediática (que es el conocimiento, la actitud y las habilidades para tratar con los medios de una manera competente).

Y no hay duda de que las fake news suelen difundirse ampliamente por los medios de comunicación (desde luego, incluidas las redes sociales), lo que hace que muchas personas las asuman como ciertas, sin cuestionarlas.

Un análisis en profundidad sobre Twitter, realizado por la revista Science del Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT), revela que las noticias falsas son retuiteadas con más frecuencia que las verdaderas, por lo que tienen más difusión.

“La falsedad se difundió significativamente más lejos, más rápido, más profundamente y más ampliamente que la verdad en todas las categorías de información. Mientras –señala la publicación–, la verdad tardó unas seis veces más que la falsedad en llegar a 1,500 personas”.

Lo impresionante de esto es que no han sido bots los que lanzan la mayoría de las falsedades, sino mujeres y hombres reales y comunes. Por lo general, los usuarios “verificados” y los que tienen muchos seguidores no suelen ser la fuente de las publicaciones virales falaces más populares.

El proveedor de inteligencia financiera Institutional Investor estima que las noticias falsas le han costado al mercado bursátil estadounidense hasta 39,000 millones de dólares anuales.

Noticias falsas apelan a las emociones

Como seres primordialmente emocionales, las personas basamos nuestra toma de decisiones más en lo que sentimos que en lo que razonamos. Las finanzas y la política no están exentas de ello.

Por eso las pasiones encendidas terminan a menudo en discusiones sociales o en compras y ventas de activos en los que lo conveniente sería hacer justo lo opuesto.

Miedo y ambición son sentimientos tan poderosos que debemos aprender a dominarlos o nos arriesgamos a cometer los mismos errores una y otra vez.

La experiencia demuestra que no importa qué tan preparados, inteligentes o estudiosos seamos, todos estamos sujetos a ser víctimas de noticias falsas, estafas o estrategias de inversión equivocadas en cualquier momento. Por favor, nunca baje la guardia.

Nota del editor: Este texto pertenece a nuestra sección de Opinión y refleja únicamente la visión del autor, no necesariamente el punto de vista de Alto Nivel.

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autor Máster en Economía de la Escuela Austríaca; liberal, especialista del mercado del oro y editor del boletín de inversiones Top Money Report
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