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Opinión

El talento y las habilidades profesionales en tiempos del cambio

24-07-2019, 9:20:14 AM Por:
© Reuters

La realidad tecnológica demanda nuevas habilidades y estrategias laborales, que deben partir de la transformación de métodos y procesos educativos

La generación Z ya se encuentra en su preparación profesional, cuando algunos de los empleos que ocuparán aún no han sido creados. Sin duda, esto representa un desafío para las universidades o institutos de educación superior, pero también representa oportunidades.

Es retador porque impone cuestionamientos de cómo asegurar que el empleador encuentre el talento adecuado que es requerido; cuando, a la par, cada vez más la automatización y la robótica desplazan tareas tradicionalmente realizadas por la fuerza laboral. Por el otro lado, es esperanzador porque significa salir de la “zona de confort” y exige revisar y discutir planes de estudio y escudriñar con cuidado las habilidades necesarias para la empleabilidad.

Es frecuente escuchar que, dada la dinámica de cambio en la que estamos inmersos y donde la tecnología lleva gran parte de dicha tónica, se hace muy relevante el que se requiera un aprendizaje continuo, para toda la vida: lifelong learning e incluso estar dispuesto a “desaprender para aprender”, significando la apertura requerida, incluso para “reinventarse”.

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En este ámbito, las personas se ven obligadas, más que nunca, a aumentar o mejorar sus habilidades, quizá hasta de manera “experimental”, para irse moviendo de sectores fenecientes, a otros de gran potencial.

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De acuerdo con el World Economic Forum (WEF, por sus siglas en inglés), para 2022 se desplazarán 75 millones de empleos en 20 de las principales economías mundiales, contra 133 millones de nuevas plazas originadas por los adelantos tecnológicos. De esta manera, no consiste en “permanentemente competir con la tecnología”, sino escalarla. Para el Grupo Manpower, las fortalezas humanas en esta Cuarta Revolución Industrial, que hacen la mejor combinación, son: blandas, técnicas y digitales.

Así las cosas, se refuerza la importancia de educar en habilidades, que en este sentido las instituciones de educación superior son instancias privilegiadas y obligadas, consecuentemente, para hacerlo. Así, las habilidades más importantes en 2020, de acuerdo con el WEF, para el mundo laboral son: resolución de problemas complejos, creatividad, negociación, juicio y toma de decisiones, inteligencia emocional, orientación al servicio y flexibilidad cognitiva.

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Con relación en las habilidades técnicas, se pueden mencionar: las relacionadas con la arquitectura y análisis de datos, desarrollo de software y diseño de apps, gestión de plataformas, blockchain, inteligencia artificial, robótica, cómputo cuántico, ciberseguridad, entre otras.

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Es una realidad que los departamentos de Tecnologías de la Información se han transformado en la última década y han pasado de ser unidades aisladas a transversales en toda la organización y vitales para su funcionamiento. La digitalización ha provocado la necesidad de contar con perfiles que puedan hacer frente al Internet de la Cosas, pero también al Aprendizaje de Máquinas, pero que a la vez también tengan las competencias para adecuadamente comunicarse con otras funciones administrativas/contables de las organizaciones.

Los nuevos tiempos demandan nuevos métodos, procesos, estrategias educativas. Precisamente a aquellas que permitan transitar a habilidades para un mundo digitalizado, donde la tolerancia a la frustración, la innovación e intraemprendimiento y la respuesta ágil bajo un liderazgo transformacional, que tenga en el centro a la persona y se respete al equipo para que pueda liberar su potencial, serán esenciales para dicho proceso.

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Claramente, los robots se están llevando algunas tareas, pero no los trabajos y menos su dignificación. Más que nunca, las acciones dirigidas a invertir en el desarrollo de talento son un imperativo para lograr un crecimiento inclusivo y sostenido.

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