Eggflation, la escasez de huevo que impulsa la inflación
El aumento excesivo y descontrolado del precio del huevo ya causa estragos en la frontera entre México y Estados Unidos.
Por Dr. Alfredo Valadez García*
2022 fue un año de retos y complejidades económicas, siendo la inflación una de las más nocivas para el bienestar social. El aumento de los precios tuvo un comportamiento que perjudicó a los bolsillos de la población en gran parte del orbe. En algunas economías, la inflación en 2022 llegó a tasas considerablemente altas, como es el caso argentino, convirtiéndose en una “inflación crónica”, por la magnitud y tiempo que ha perdurado esta situación.
Si se analizan los datos de Latinoamérica, los aumentos de los precios tuvieron un comportamiento diverso. Por ejemplo, Panamá registró una tasa de 1.7% anual, en contraste con Cuba, que reportó un 34.2% al cierre de 2022 (se omiten Venezuela y Argentina por ser casos excepcionales). Ante este escenario, donde los efectos fueron globales, distintas medidas se tomaron por parte de los bancos centrales, para mitigar el avance vertiginoso de los precios. Algunos han conseguido buenos resultados, otros no tanto.
En ese segundo grupo se localiza la economía mexicana. Por un lado, tenemos que los múltiples y necesarios esfuerzos de la Junta de Gobierno del Banco de México (Banxico) al incrementar la tasa en 2022 de 5.50% a 10.50%, no han logrado contener la inflación. Por otro lado, tampoco ha resultado efectiva la medida del Gobierno Federal, nombrada “Paquete contra la Inflación y Carestía (PACIC)”, ya que los precios no ceden, y este esfuerzo en conjunto con un sector del gremio empresarial parece solo una ilusión o algo que se limitó a un escrito y una foto. Ante este escenario de estrategias fallidas, nos encontramos con un inicio de año que se ha traducido en la cuesta de enero más costosa y compleja para los mexicanos desde 2021.
Arrancado 2023, la tónica se ha mantenido. Quienes creyeron que con la entrada de un año nuevo la situación inflacionaria paulatinamente comenzaría a ceder y acercarse a la meta del banco central (3% +/- un punto porcentual), de momento se han equivocado. La realidad de las cosas es que el panorama luce opuesto a esa expectativa, pues recientemente INEGI reportó la cifra que corresponde a la primera quincena de enero, que ubica a la inflación en 7.94% en términos anuales, lo cual supone un aumento de 0.46% respecto de la última quincena del 2022.
Experimentamos un enero acompañado de adversidad y daños para el poder de compra de los mexicanos. A lo ya descrito, hay que agregar un factor que poco se ha divulgado y que ya ha empezado a generar estragos en la región transfronteriza entre México y Estados Unidos: el aumento excesivo y descontrolado del precio del huevo. Hay que pensar detenidamente en los impactos que esto desencadena: la docena de huevos en California, al momento de redactar este artículo, oscila alrededor de 8 dólares (151 pesos al tipo de cambio actual), todo esto por cuestiones de escasez derivado de la gripe aviar, misma que ha hecho que las autoridades estadounidenses correspondientes sacrifiquen a más 50 millones de aves. Y sabemos todos que cuando un producto escasea, el precio tiende a subir. Para situarnos en la perspectiva correcta, por ejemplo, el huevo en Estados Unidos durante las fechas decembrinas costó hasta un 276% más caro que a principios de año y un 210% más que la Navidad previa.
La particularidad de este problema tiene más efectos, ya que este producto es de los pilares de la canasta básica, que lo sitúa como de alta demanda. México es a nivel mundial, el cuarto productor de huevo, donde uno de cada 27 huevos que se producen en el mundo, proceden de territorio nacional y nuestro consumo per cápita anual es de 26 kilos, lo que nos ubica en el primer lugar mundial.
Típicamente en los mercados, ante el aumento del precio de un bien, se opta por un bien intercambiable. En este caso es complejo encontrar un bien sustituto integral que el consumidor pueda tener como alternativa. Esta necesidad importante del huevo en el consumo de las familias ha provocado incluso que exista ya un contrabando de dicha proteína de México hacia Estados Unidos.
Por tanto, nos ubicamos en un contexto donde externalidades como la gripe aviar han contribuido a que se inicie el año aún con presiones inflacionarias, las cuales se han traducido en malestar para la población. Queda pues, esperar la ruta que dicte la Junta de Gobierno del Banco de México en materia de la tasa de interés, ya que ello debería incidir sobre el comportamiento futuro de los precios en la economía nacional.
*Alfredo Valadez es profesor de Tiempo Completo en la Escuela de Administración y Negocios de CETYS Universidad Campus Tijuana
Nota del editor: Este texto pertenece a nuestra sección de Opinión y refleja únicamente la visión del autor, no necesariamente el punto de vista de Alto Nivel.
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