Balanza de pagos: ¿qué es?, ¿cuáles son sus características y qué nos dice de México?
Podría decirse que la balanza de pagos es una especie de registro contable de la relación de México con el resto del mundo.
Por Alejandro J. Saldaña Brito, economista en jefe, GF BX+
Podría decirse que la balanza de pagos es una especie de registro contable de la relación de México con el resto del mundo. En esta, se capturan todas las entradas y salidas de divisas durante un periodo determinado, derivadas de las transacciones económicas entre residentes y no residentes del país (individuos, empresas o gobiernos).
Los componentes de la balanza de pagos son la cuenta corriente, la cuenta de capital, la cuenta financiera, y los errores y omisiones; también es común que la balanza se resuma en dos cuentas, la corriente y la de capital (agrupa cuenta de capital y cuenta financiera). La cuenta corriente esencialmente captura los resultados del comercio exterior de bienes y servicios, las utilidades, dividendos e intereses, las remuneraciones a empleados, y las remesas. Por el lado de la cuenta de capital y la financiera, se obtienen los registros de las operaciones de capital y activos financieros, dentro de la cual podemos encontrar conceptos como la inversión extranjera directa y de cartera, y los activos de reserva.
Al ser un registro contable, la suma de dichos componentes debe de ser cero. Para poner un ejemplo, la exportación de un producto hecho en México -podría ser desde un aguacate hasta un automóvil-se registra en la cuenta corriente, donde se encuentra el comercio exterior; por otra parte, el movimiento en los activos asociado al pago del bien mexicano exportado se apunta en el lado de la cuenta financiera.
El análisis de la balanza de pagos resulta ampliamente útil, puesto que, por ejemplo, nos permite detectar cómo México financia los desequilibrios que pudieran presentarse en algunas cuentas.
En 2022, la cuenta corriente registró un déficit por 13.4 mil millones de dólares, resultado a su vez del déficit en el comercio de bienes petroleros -agudizado por el incremento en los precios internacionales del crudo después de que se detonara la guerra en Ucrania-, servicios de transporte y el ingreso primario -que cuenta el pago de intereses por la deuda-. Lo anterior no logró ser compensado por el superávit en el comercio de bienes no petrolero y en el ingreso primario -que captura los ingresos por remesas-.
Por el lado de la cuenta financiera, se observó un endeudamiento neto por 12.8 mil millones de dólares -se lee como una entrada de recursos-, en función de los fuertes flujos netos de inversión extranjera directa, lo que más que compensó las salidas en inversión de cartera. La diferencia entre cuenta corriente y cuenta financiera se vuelve cero, si incorporamos los 72.4 y los 711.5 millones de dólares de la cuenta de capital y los errores y omisiones (operaciones no identificadas), respectivamente.
Muchas conclusiones podemos obtener al analizar la cuenta financiera. Una de ellas, es que el endeudamiento neto de la cuenta financiera nos dice que México presta recursos del exterior (inversión extranjera) y utiliza los ingresos por remesas para financiar el crecimiento económico y cubrir el déficit en el comercio internacional de bienes y servicios.
Nota del editor: Este texto pertenece a nuestra sección de Opinión y refleja únicamente la visión del autor, no necesariamente el punto de vista de Alto Nivel.
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