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Finanzas

Gobiernos del mundo tienen listos sus “Fobaproas” contra crisis bancaria

27-03-2023, 8:57:24 AM Por:
© Especial

Las estrategias asumidas hasta el momento redimen la serie de acciones que tomó el gobierno mexicano hace 28 años: la historia puede repetirse en el exterior.

Entre el sábado 18 y domingo 19 de marzo el gobierno suizo llevó a cabo una acción inédita a nivel global: fueron horas de intensa negociación entre funcionarios federales, banqueros y legisladores, con el fin de evitar la implosión del segundo banco más grande del país y una de las 20 instituciones sistémicas del globo terráqueo.

Cuentan algunas crónicas periodísticas que llegó el punto en el que el gobierno suizo tomó la decisión y así lo comunicó a las partes, de intervenir de manera inmediata el banco utilizando recursos públicos, si no había una decisión antes del domingo sobre la venta del emproblemado Credit Suisse a UBS. La historia la conocemos, ese sábado se anunció el final de una era, 166 años de historia quedaron atrás, el Credit Suisse es parte ya de UBS.

Este sábado 25 de marzo la ministra de finanzas de Suiza, Karin Keller-Sutter, explicó a medios internacionales que “el uso de una ley de emergencia era necesario para estabilizar la situación, y el gobierno estaba dispuesto a tomar cualquier decisión para salvaguardar el sistema bancario del país y los intereses de los inversionistas”.

La funcionaria fue todavía más contundente: “Si no hubiéramos hecho nada, las acciones de Credit Suisse no habrían valido nada el lunes, los accionistas se habrían ido a casa con las manos vacías, el golpe a los ahorradores sería demoledor y la desconfianza en el sistema bancario del país habría sido devastadora”, así de tajante.

En este contexto, la semana pasada la secretaria del Tesoro de Estados Unidos, Janet Yellen, dijo, que el gobierno de su país estaba dispuesto a realizar cualquier acción con tal de proteger a sistema bancario de su país, al tiempo que agradeció junto con la Fed y la FDIC el apoyo de grandes bancos para el rescate del First Republic Bank, por hasta 30 mil millones de dólares, al tiempo que justificó las acciones que llevaron a la declaratoria de quiebra del Silicon Valley Bank y el Signature Bank.

Gobiernos tienen listos sus “Fobaproas”

En estricto sentido, los gobiernos del mundo no han intervenido con recursos públicos, hasta ahora, en el rescate de las instituciones bancarias. Supuestamente el dinero con el que se pagó a los inversionistas del Silicon Valley Bank y el Signature Bank, salió de los fondos de estabilización para el sistema bancario, una especie de IPAB mexicano (Instituto para la Protección del Ahorro Bancario); mientras que en Suiza el Credit Suisse fue adquirido “a precio de ganga” por su archirrival UBS, dejando atrás una historia de 166 años. Eso sí, el gobierno debió flexibilizar en cuestión de horas una ley que impedía la transacción expedita, tal como sucedió.

Pero las advertencias de los gobiernos son claras: los sistemas bancarios no pueden y no deben colapsar, y si es necesario que se utilicen recursos públicos para su rescate, así lo harán.

Fobaproa redimido

A 28 años de que el entonces gobierno del presidente Ernesto Zedillo Ponce de León tomó la polémica decisión de rescatar con recursos públicos al sistema bancario de México, los gobiernos del mundo prácticamente dicen que, de ser necesario un “Fobaproa”, no dudarán en implementarlo. Si bien no lo dicen con ese nombre, el mecanismo que ha sido tan criticado en este país, está listo para replicarse en sus versiones respectivas en cada nación que tenga problemas.

El Fobaproa en México compró a los bancos deuda por 552 mil 300 millones de pesos, de los de entonces. La deuda sigue pagándose y seguirá pagándose por varias décadas más.

Pero la otra opción era la quiebra del sistema bancario mexicano y con ella la del país. Si bien el hubiera no existe, si se hubiera tomado esa decisión con toda seguridad los costos sociales y económicos para México serían inmensos.

Datos del Banco de México (Banxico) de entonces, señalan que el PIB del país se hubiera contraído al menos 5 puntos los siguientes tres años posteriores a la quiebra del sistema bancario y del país, junto con salida masiva de capitales y depreciaciones constantes de la moneda.

La quiebra del sistema financiero representaría cuando menos un lustro de crisis financiera recurrente, con efectos a través del tiempo; se calcula que la caída económica de México por una eventual quiebra del sistema financiero representaría cuando menos el sacrificio de tres generaciones equivalentes en crecimiento económico. Si de por sí el país tiene la enorme deuda de un crecimiento suficiente (promedio de 5 por ciento anual), este sería no solamente insuficiente, sino negativo de manera constante.

No es un juego

Con los argumentos de hoy día por parte de algunos gobiernos ubicados en el populismo, el colapso del sistema bancario también habría sido sorteado con el “hubiera”, sin que tampoco sepamos lo que hubiera sucedido realmente.

Pero, dado que la quiebra del sistema financiero es equivalente a la quiebra del país, las señales que nos mandan algunos de los gobiernos más importantes del mundo, léase Estados Unidos, Suiza, Alemania, Francia y demás, es que no permitirán el colapso de sus bancos porque es igual a aceptar que la economía ha colapsado.

Los gobiernos y los bancos centrales de naciones industrializadas nos hacen ver que están dispuestos a hacer lo que sea para rescatar al sistema bancario, para mantener a salvo a sus economías y no mandar las señales de que han quebrado.

Como hace 28 años en México, los gobiernos tienen listos sus “Fobaproas” para utilizarlos cuando sea necesario.

Al hablar de los “Fobaproa” no nos referimos solamente a alguna institución ni a los mecanismos vigentes en las distintas naciones para el rescate bancario; hacemos referencia a la esencia del concepto, ese que sigue intacto en el mundo y se aplicó exitosamente hace 28 años en México, y que hoy muestra sus frutos pese a que fue vendido como un “monstruo” para, entre otras cosas,  llegar al poder.

Algo saben los bancos centrales y gobiernos del mundo industrializado, han dejado claro que no dejarán quebrar a las instituciones bancarias ni a sus economías, como correctamente no se permitió que sucediera en México hace casi tres décadas; decisión que hoy rinde sus frutos y hace que probablemente la tormenta bancaria en Estados Unidos y Europa solamente nos llegue como una llovizna que limitará la actividad crediticia.

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