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Finanzas

2022, el año del gran desastre en las Bolsas de valores

30-12-2022, 9:16:10 AM Por:
© EFE

No se había visto una caída igual desde 2008, cuando estalló la crisis de las hipotecas subprime en Estados Unidos.

Aunque en la penúltima sesión del año la bolsa de Nueva York registró un avance importante y trató de recomponer lo sucedido a lo largo de estos casi 365 días; incluso considerando que este viernes vuelva a ganar de forma relevante, lo cierto es que 2022 fue el año del gran desastre bursátil.

Si lo vemos en términos históricos, este año se liga al de 2008 y también a los albores del presente siglo, como los de mayores pérdidas bursátiles.

La acción de los bancos centrales en materia de política monetaria, elevando sus tasas de interés a niveles no vistos en décadas, impactaron irremediablemente el desempeño de las bolsas de valores en el mundo.

Aunque lo realizado por los bancos centrales no fue el único factor. Sin duda también pesaron en el ánimo de los inversionistas factores como la hasta hace un año inesperada guerra Rusia-Ucrania, los efectos de los confinamientos en China, los estragos en las cadenas productivas y de suministro, una especie de “guerra” paralela en el sector energético global, las expectativas de desaceleración y la posibilidad de una recesión para 2023, más otros.

Por eso, al margen de las cifras, es importante el contexto económico-financiero en el que se desempeñó la evolución de los mercados a lo largo de 2022 para entender las razones del desplome que experimentaron.

Se cumple la regla no escrita de los mercados

“Cuando las tasas suben, la bolsa baja. Cuando las tasas suben fuerte, las bolsas se desploman”; así dice más o menos la regla no escrita de los mercados, una de tantas que perduran a lo largo de las décadas, y que una vez más se cumplió en 2022.

A principios del año, los bancos centrales todavía se debatían entre si el repunte observado de la inflación era “transitorio” o se trataba de una tendencia de largo plazo. Pagaron caro esos meses de “reflexión”, o mejor dicho, le provocaron a los mercados un gran desplome por la tardía reacción para intentar contener la inflación.

El hubiera no existe, pero muchos analistas consideran que si los bancos centrales hubieran mandado la señal al inicio de año sobre alzas en las tasas de interés para contener el repunte inflacionario, quizás no se hubieran visto en la necesidad de subir tanto las tasas, y de provocar la caída bursátil en la magnitud que hemos observado, pero todo quedó en el pasado, lo hecho ya no puede remediarse.

Al final, los bancos centrales, encabezados por la Fed de Estados Unidos, se vieron obligados a subir las tasas fuertemente, desde el cero absoluto hasta 4.5 por ciento en el caso del banco central estadounidense, un aumento de 450 puntos base, suficiente para causa el desplome bursátil del que fuimos testigos en este año.

Es la economía

También resultó evidente que los mercados reaccionaron a las condiciones adversas de la economía.

Si bien durante 2021 se registró “el gran rebote”, después del desplome del crecimiento en 2020 por los confinamientos causados por la pandemia, este repunte no fue suficiente para una visión de impulso económico de largo plazo.

En 2022 el crecimiento será positivo, pero estará ensombrecido hacia al futuro, y lo peor es que existe la expectativa de una recesión que para muchos puede ser moderada, pero otros analistas de prestigio consideran que podría ser profunda y duradera. Mientras el panorama se aclara, en 2022 el desempeño de los mercados de valores se vio ensombrecido también por este factor, la economía no funciona adecuadamente, es un hecho.

Como diría el clásico: “Aquí la frialdad de los números”

Al final del año lo que queda son las cifras, mismas que con toda contundencia reflejan lo que sucedió a lo largo de este periodo de 365 días. A reserva de que este viernes, en el cierre de año, se registre un suceso auténticamente histórico, consistente en un repunte jamás visto en la bolsa de Nueva York para una sola sesión, el balance preliminar arroja lo siguiente:

El mercado Nasdaq fue el más castigado de Wall Street, a una sesión de que termine el año reporta una caída de 33.02 por ciento, prácticamente todas las grandes tecnológicas se desplomaron en sus precios, algunas como Tesla, propiedad del que hasta principios de diciembre era el hombre más acaudalado del planeta, Elon Musk, registró la mayor caída de su historia, preliminarmente de 62 por ciento.

El índice S&P500, que como sabemos acoge a las 500 emisoras de mayor capitalización en los mercados globales, arroja una pérdida preliminar de 19.23 por ciento; este indicador se mantuvo a lo largo de todo el año entrando y saliendo del Bull Market, es decir, de la zona que define un mercado bajista de uno alcista; para efectos prácticos se ubica al cierre del año como un indicador en zona de pérdidas, las cifras lo demuestran.

El mítico Dow Jones, un indicador que a lo largo de los años sigue como el referente más importante para muchos en el mercado, aunque no lo sea, resultó ser el más “defensivo” del mercado de Nueva York, aunque no pudo evitar un balance negativo; el balance preliminar señala que retrocede 8.58 por ciento.

En términos generales, estamos ante las mayores pérdidas para la bolsa de Nueva York y de gran parte del mundo desde el año 2008, hace 14 años, cuando asoló al planeta la crisis subprime originada en Estados Unidos.

Así, 2022 fue un año de grandes pérdidas bursátiles; la expectativa para 2023 no es buena, al menos en el inicio de año, ante la posibilidad de que la Fed vuelva a subir su tasa de interés en febrero. Pero como diría otro clásico: “Esa será otra historia.”

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