¿Tener pensión con 100% de tu sueldo? Ningún país lo ha logrado
El presidente López Obrador propondrá una reforma al sistema de pensiones para que los trabajadores tengan una tasa de reemplazo del 100% Pero, ¿es posible?
El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, dijo que mandará una iniciativa de reforma al sistema de pensiones, con la intención de impulsar la tasa de reemplazo para llevarla al 100 por ciento del salario final que devengaba el trabajador, antes de tomar la decisión de jubilarse.
Lo anterior a pesar de que está vigente una reforma impulsada en el año 2020, para elevar la misma tasa de reemplazo de un promedio actual de 45 por ciento hasta un máximo de 80 por ciento en un horizonte de diez años, de modo que para el año 2030 se alcanzaría dicho objetivo, al subir la tasa de aportación de los trabajadores, del 6.5 al 15 por ciento del salario.
Con la reforma de 2020, gran parte del aumento en la tasa de aportación recayó en el sector patronal, aunque sucederá de forma paulatina; esta reforma fue anunciada en su momento con bombo y platillo, pero ahora el propio mandatario la calificó en su conferencia matutina del 9 de enero como “insuficiente”, al tiempo que advirtió que buscaría revertir parte o todos los cambios que llevaron al nuevo sistema de pensiones en 1997 ya que, a su decir, fue injusto.
El problema es que el presidente no ha señalado hasta ahora cómo se conseguirán los recursos para impulsar las pensiones al 100 por ciento del salario del trabajador, tampoco cómo funcionará el sistema y qué papel jugarán las Administradoras de Fondos de Ahorro para el Retiro (Afores), ya que el mandatario también dijo que buscará que el gobierno administre dicho sistema, pero, al mismo tiempo, señaló que las Afores no desaparecerán.
Dejó entrever que el gobierno asumiría el costo financiero de la reforma.
A reserva de conocer los detalles, asumir dicho costo parece muy complicado en este año porque se tratan de miles de millones de pesos que no se contemplaron en el presupuesto federal para este 2024.
Más allá del debate y de los detalles que nos dirán sobre cómo y de dónde saldrán los recursos y quién los aportará, en caso de que la tasa de reemplazo se eleve a 100 por ciento, sería inédito no solamente en México, sino en el mundo entero, ya que ningún país tiene una tasa de reemplazo de 100 por ciento.
La oposición ha acusado al presidente de “oportunismo político” y su propuesta como “ocurrencia electorera”, de cara al proceso electoral de este año. También expertos en economía como Valeria Moy, directora del Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO), señalan que lo dicho por el mandatario parece una estrategia enmarcada en el contexto electoral del país, toda vez que pudo presentarse mucho antes, bajo condiciones diferentes.
Tasa de reemplazo de 100%, sin precedente en el mundo
Jubilarse con el mismo salario que tenemos es un sueño que la mayoría de los trabajadores tenemos: dejar de trabajar y recibir el mismo salario de por vida es lo mejor que le puede suceder a cualquier trabajador.
Pero una cosa es decirlo y otra muy distinta volverlo realidad. Si el esquema bajo el cual se pagará la pensión es de reparto; es decir, se pagará de los recursos que se acumulan en un solo fondo administrado por el Estado, es además de poco probable, muy injusto, ya que si por alguna razón un trabajador gana un buen salario al final de su vida laboral, su pensión la pagarán aquellos que se jubilen con un salario mucho menor, y por aquellos que apenas inician su vida laboral, cuando por lo general perciben salarios bajos.
De hecho, en el mundo no hay país que pague a sus jubilados una tasa de reemplazo de 100 por ciento del salario percibido al momento del retiro, no es posible debido a que los trabajadores deberían ahorrar mucho más, por más tiempo, junto con todos aquellos que aportan, como es el caso de México y de muchas naciones, en los que tanto gobierno como patrones hacen aportaciones a las cuentas de ahorro para el retiro de sus trabajadores.
Ni siquiera los países miembros de la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE), el llamado “club de ricos” del que irónicamente México es miembro, tienen tasas de reemplazo de 100 por ciento del salario. No es que los trabajadores no lo merezcan, ni que sea imposible, pero es algo muy complicado por ser un fenómeno multifactorial que, hasta ahora, no se ha podido completar.
Por ejemplo, en Australia, uno de los países con mayor avance económico-social en el mundo, la tasa de reemplazo es de apenas 40 por ciento del salario del trabajador.
Pero si Australia no le parece un buen referente, veamos el caso de Japón, nación que destaca como la de mayor estabilidad en el mundo y también con los mayores avances laborales que se reflejan en un avanzado sistema de seguridad social que protege a su población, una de las más longevas en el mundo. En el país asiático, ser viejo es un honor conocido y reconocido, son personas a las que se les apoya en todo momento. Pues bien, en ese país la tasa de reemplazo es también del 40 por ciento del último salario del trabajador.
Según la propia OCDE, los países que mayor tasa de reemplazo tienen en el mundo son Portugal y Grecia, ambos con 90 por ciento del último salario del trabajador.
Sin embargo, estos países tienen graves problemas de desempleo, informalidad y crisis en su estructura económica, que los ubica entre los más pobres de la región, es un hecho que las altas tasas de reemplazo en sus sistemas de pensiones no son para todos, sino para una minoría.
Si los ejemplos anteriores no parecen suficientes, veamos los casos de las dos grandes potencias del mundo en la actualidad, Estados Unidos y China.
Tanto el sistema de EE. UU como el de China se apoyan en tres pilares, pero el modelo está mucho más desarrollado en el caso norteamericano.
En Estados Unidos, el importe al que se tiene derecho como máximo una vez que se accede a la pensión del Seguro Social se calcula en base a los ingresos durante los 35 años en los que se cobró más dinero, pero en ningún caso la tasa de reemplazo es igual a 100 por ciento, se considera que el promedio ronda entre 70 y 80 por ciento.
En el caso de China, la cuantía final de las pensiones públicas varía en un margen que depende no solo del tiempo trabajado y del salario percibido, sino del sistema de pensiones bajo el que se cotiza y la provincia desde la que se gestiona. En líneas generales, el esquema al que acceden los trabajadores de las ciudades genera una pensión pública con una tasa de reemplazo media de casi el 60 por ciento, según datos de la OCDE, mientras el de los trabajadores rurales apenas llega al 30 por ciento.
Ojalá los trabajadores mexicanos podamos acceder en algún momento a una pensión del 100 por ciento de nuestro salario al momento del retiro, sobre todo aquellos que tienen salarios bajos y tendrán más necesidades en su vejez.
Sin embargo, no se trata de buenos deseos solamente, los recursos tienen que salir de algún lado, no se pueden generar a partir de buenos deseos o de iniciativas, que casualmente, surgen en momentos de ebullición electoral y de los cuáles no se conocen los detalles.
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