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Economía

Los Millennials y Centennials no quieren tener hijos, ¿quién pagará las pensiones de los más grandes?

15-12-2023, 11:00:00 AM Por:
© Depositphotos

La seguridad social de la mayoría de los países depende de que sus habitantes tengan familias. ¿Cómo se financiarán las pensiones con una decreciente natalidad?

El líder de Corea del Norte, la nación más hermética del planeta, de la que difícilmente se conocen cifras o datos relacionados con su situación económica y social, ha externado su preocupación por la baja natalidad en su país.

Recientemente, el dictador Kim Jong-un rogó, entre lágrimas, a las mujeres de su país que tengan hijos, señalando incluso que la natalidad es ahora un compromiso con la patria.

Aunque no existen cifras oficiales de natalidad en Corea del Norte, el Fondo de Población de Naciones Unidas (UNFPA) calcula que la tasa de fertilidad más reciente del país asciende a 1.8 hijos por mujer.

El organismo estima que la tasa viene cayendo de forma sostenida en Corea del Norte durante las últimas décadas, aunque; en su caso, el indicador está por encima de países vecinos como Corea del Sur o Japón, afectados por un acelerado envejecimiento demográfico.

Aunque el caso de Corea del Norte es extremo, es un ejemplo más de las alertas derivadas del derrumbe en la tasa de natalidad a nivel global, combinado con el imparable envejecimiento. Todo esto configura un escenario de grandes retos para los próximos años en los sistemas de pensiones.

Y es una tendencia de la que parece que no escapa ya prácticamente ningún país.

Un estudio de Pew Research publicado en 2020 muestra que solamente tres de cada 10 millennials (de 23 a 38 años) en EU tenía una familia propia (compuesta por un cónyuge y uno o más hijos), mientras que un 40% de la Generación X tenía ya una familia en ese rango de edad, y un 46% de los Baby Boomers ya había hecho una.

Y una encuesta del diario británico The Times muestra que solamente un 55% de millennials y centennials planean tener descendencia.

La tasa de natalidad en el mundo va inexorablemente a la baja. Este indicador se calcula con la cantidad de nacimientos en un territorio por cada 1,000 habitantes de ese mismo territorio. Para 2021, la cifra global fue de 17 nacimientos, una década atrás era de 20 y para principios del siglo era de 22. En el Siglo XX, específicamente en la década de 1960, se registró la tasa más alta desde que hay mediciones, con 36 nacimientos promedio por cada mil habitantes; desde entonces se desploma sin parar, hoy dicho indicador es menos de la mitad del que se registraba hace 50 años.

En el caso de Estados Unidos, la economía más grande del mundo, la tasa de natalidad ha caído de 24 nacimientos por cada mil personas en 1957, su pico, hasta 11 nacimientos en 2021. Poniéndolo en porcentajes, la natalidad ha caído 54% en 64 años.

En México, la natalidad ha caído de forma más pronunciada: bajó 70% desde 1950, cuando tuvo una tasa de 49.31 nacimientos por mil habitantes, hasta 14.86 por cada mil, como se puede ver en la siguiente gráfica.

Pero en el mundo hay casos dramáticos: en Taiwán se registra un promedio de 1.07 hijos por mujer en edad fértil (7.8 nacimientos por cada mil habitantes), en Corea del Sur apenas 1.09 (5.58 nacimientos por cada mil), en Singapur 1.15 (7.12 x 1,000), Hong Kong 1.22, Puerto Rico 1.23 y Rumania 1.38 hijos.

Los riesgos, según la OCDE

El 14 de diciembre, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), presentó su reporte titulado “Launch of pensions at glance 2023”, en el que dibujó los retos que enfrentan hoy y los que enfrentarán en los próximos años los principales sistemas de pensiones del mundo.

Desde luego, existen riesgos inmediatos, como el contexto de tasas de interés en el que se desenvuelven las economías del mundo; sin olvidar desde luego los riesgos geopolíticos y las guerras en el orbe.

Todos estos factores siempre mantienen a la expectativa a los inversionistas institucionales, quienes manejan por lo general los recursos de los fondos de ahorro para el retiro.

Más allá, los factores que presionan permanentemente a los sistemas de pensiones en el mundo están ligados a factores clásicos del sector, como el envejecimiento y la caída de la tasa de natalidad a nivel global.

Sin embargo, otro factor se combina con los anteriores para dibujar el escenario de riesgos hacia los próximos años.

Un mundo en déficit fiscal

El déficit fiscal en varias de las principales economías del mundo se ha vuelto un factor de riesgo adicional para los sistemas de pensiones en el mundo, debido a que la capacidad para generar los recursos necesarios en los países se verá diezmada ante el envejecimiento de la población y la caída en la tasa de natalidad.

Un mundo en déficit es lo que se espera los próximos años, incluso habrá países cada vez más endeudados.

Con los años, ¿quién pagará las cuentas si cada vez habrá más viejos y menos jóvenes?, además de países con economías que no son capaces de vivir con recursos propios.

El problema del déficit público fiscal ya es muy importante hoy en muchas naciones, y en los siguientes años se profundizará.

Japón; de hecho, es el país más endeudado del planeta con un equivalente a 257 por ciento de su PIB, la economía de este país lleva décadas estancada y sin inflación, pero al mismo tiempo ostenta una de las tasas de natalidad más bajas del mundo y la nación con el mayor número de personas centenarias vivas. No en vano, cuando se habla de los retos de los sistemas de pensiones, se señala que quizás el más importante es evitar la “japonización”.

Grecia es otra nación con un alto déficit, su deuda es equivalente al 187 por ciento del PIB.

Italia con 143 por ciento del PIB, Singapur con 132 por ciento y Estados Unidos, con 115 por ciento, son otras de las naciones con graves problemas.

Según indica la última actualización de la Base de datos sobre la deuda mundial del Fondo Monetario Internacional (FMI), la carga de la deuda mundial en este año se mantiene por encima del nivel anterior a la pandemia, ya de por sí elevado.

El año pasado, la deuda total se situó en el 238 por ciento del producto interno bruto mundial, nueve puntos porcentuales por encima del nivel de 2019.

En términos de dólares de Estados Unidos, la deuda bruta asciende a 235 billones, lo que supone un incremento de 200,000 millones respecto del nivel de 2021.

Y lo peor es que no parece haber salida inmediata para este problema que, junto al envejecimiento y la caída de la tasa de natalidad, puede llevar al mundo a un callejón sin salida en sus sistemas pensionarios.

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