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Economía

Gracias a guerra comercial, México se consolida como el principal socio de EU

14-02-2024, 8:38:18 AM Por:
© Depositphotos

Por primera vez en 21 años, nuestro país rebasó a China como la nación que más vende al mayor consumidor del planeta.

Antes de Ucrania y Gaza, el mundo vive desde hace varios años una intensa guerra en la que no se usan armas de fuego, pero que tiene consecuencias para la economía. Como en toda guerra, hay quienes padecen y aquellos que salen beneficiados; irónicamente, México sin participar en el conflicto, ha resultado uno de los grandes favorecidos de esta intensa guerra comercial entre Estados Unidos y China.

Las estrellas se alinearon

Las tensiones geopolíticas han causado un gran reacomodo de capitales de corto y largo plazo, México se encuentra en este momento en el lugar y momento preciso, parece que como hacía muchos años que no sucedía, las estrellas se alinearon a favor del país. En 2023, las compras de Estados Unidos a China totalizaron la cantidad de 427,200 millones de dólares, lo que representó una contracción de 20 por ciento frente al año previo.

Por el contrario, las ventas de México hacia la mayor potencia global sumaron 475,600 millones de dólares, un incremento de 4.6 por ciento con respecto al año anterior. La cifra fue suficiente para que nuestro país le arrebatara a China el primer sitio como el país que más le vende a Estados Unidos, algo que no se observaba desde hacía más de 20 años.

Pero no estamos frente a un factor coyuntural, en realidad nos enfrentamos a una tendencia que se origina desde hace varios años y que tiene como contexto la creciente rivalidad entre la segunda y la primera potencia del planeta, China y Estados Unidos.

Esta rivalidad provoca, entre otras cosas, fuertes aranceles entre ambas naciones desde el año 2018 y ha provocado que Estados Unidos diversifique paulatinamente sus fuentes de suministro, con el objetivo de reducir su dependencia del gigante asiático, al tiempo que incrementa su intercambio comercial con los países considerados más afines ideológicamente, y más seguros estratégicamente.

Por si algo faltaba para completar el escenario, las consecuencias logísticas de la pandemia de Covid19 y los cuellos de botella que se generaron en las cadenas de suministro globales convencieron a grandes potencias como China y Estados Unidos sobre la conveniencia de contar con sus fuentes de suministro lo más cercanas posible.

Pero la tendencia podría continuar, según opinan los expertos, y parece que hay razones para creer eso.

La Administración del presidente Joe Biden tiene planeadas nuevas alzas de aranceles sobre productos chinos como los vehículos eléctricos, equipos para la generación de energía solar y semiconductores menos avanzados, es casi inminente, como lo será la respuesta de China; es decir, la guerra sin cuartel y sin fin.

China y estados Unidos tenían una relación comercial muy favorable, que le generaba grandes dividendos a ambas naciones y a muchos otros países en su respectiva región y fuera de ella.

El ingreso de China a la Organización Mundial de Comercio en 2002 incrementó las exportaciones del país hacia la nación más consumista del mundo. La relación era de mutua conveniencia: por un lado, un país convertido en “la fábrica del mundo” y por el otro, una nación que demandaba todo lo que se producía en esa fábrica. Pero la guerra comercial inició con la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca, aunque ya existían indicios en años previos por las advertencias de funcionarios y organismos internacionales en el sentido del creciente déficit estadounidense con China y su cada vez mayor dependencia comercial del gigante asiático.

A partir del año 2018, cada país subió los aranceles sobre los productos del contrario y la rivalidad geopolítica y económica se trasladó al sector tecnológico, algo que fue determinante por el papel estratégico del sector.

Después de la obligada pausa de la pandemia, los datos del año pasado indican que la tendencia ha regresado en pleno, la guerra comercial se ha profundizado y las empresas siguen trasladando sus fábricas a países vecinos como Vietnam y México; de hecho ambas naciones son las más beneficiadas por este fenómeno, por esta “bendita guerra…comercial”.

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