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Economía

El peso volvió a caer hasta los $19 por dólar por estas razones

07-02-2023, 8:54:04 AM Por:
© Especial

La moneda mexicana inició el año marcando su mejor nivel contra el dólar desde marzo de 2020; sin embargo, ayer alcanzó los 19.16 pesos en los mercados mundiales.

El peso podría mantenerse relativamente sólido, no hay expectativas al menos en el corto plazo de que se pudiera registrar un periodo de depreciación profunda. Sin embargo, sí existen indicios y factores que señalan la posibilidad de un incremento en la volatilidad cambiaria del mercado, algo que no es de ninguna manera una noticia positiva.

Amplio margen para el peso

Empecemos por exponer lo evidente, que muchas ocasiones dejamos de lado: el peso mexicano tiene lo que en el argot se llama “mucho margen” para moverse en el mercado; la apreciación de la divisa mexicana de los años recientes la coloca en este momento en una posición de ventaja respecto a otros momentos de la historia cercana.

Recordemos que hace prácticamente tres años, nuestra moneda se desplomó junto con las del resto del mundo y alcanzó a finales de marzo de 2020 una cotización máxima para el dólar de 25.13 pesos por dólar en el mercado interbancario.

Si consideramos el precio de cierre del viernes pasado, publicado por el banco central (este lunes 6 de febrero no hubo operaciones en el mercado mexicano por ser día festivo, por lo tanto, no se registró una cotización oficial), se ubicó en 18.9724 pesos por dólar, tenemos que el peso registra una apreciación de 24.5 por ciento, confirmando a la moneda mexicana como una de las que más se ha fortalecido contra el dólar en los años recientes.

De este modo, el peso mexicano tiene un amplio margen de apreciación que le permite “moverse” con cierta soltura en el mercado nacional e internacional. La divisa mexicana es, además, la más líquida de los mercados emergentes y, si bien su economía no registra tasas de crecimiento óptimas, su manifiesta correlación con la mayor economía del planeta, la de Estados Unidos, la coloca en una situación inmejorable cuando los ciclos económicos de esta última son favorables.

Tan solo el año pasado, la expectativa inicial de crecimiento del PIB mexicano se ubicaba en 2.3 por ciento, con el avance del año el “empuje” de la economía estadounidense fue impulsando a su contraparte mexicana de modo, que al final, el PIB nacional creció 3.0 por ciento, bastante arriba de la expectativa inicial. Este factor, entre otros, permitieron que al cierre de 2022 la divisa mexicana se colocara como la segunda de mayor apreciación en los mercados cambiarios globales.

En resumen, el peso mexicano tiene un amplio margen de operación y depreciación, considerando su mínimo histórico vigente (máximo histórico para el dólar), que data de hace prácticamente 3 años y se ubica, como señalamos, en 25.13 pesos por dólar.

El movimiento de los días recientes, depreciación

El peso mexicano se depreció contra el dólar en los días recientes, nada para alarmarse, cuando menos no en el corto plazo; pero sí un aviso de que estamos en un mecanismo de libre flotación y todo puede suceder en cuestión de días, o de horas.

Si consideramos que apenas el pasado miércoles 1 de febrero, el tipo de cambio interbancario del peso contra el dólar registró su nivel más bajo del año en 18.6591 pesos por dólar -de hecho, su nivel más bajo también desde marzo de 2020- y que cerró la semana en 18.9724 pesos, tenemos una depreciación para el peso de 1.68 por ciento en solamente dos días. Pero, este lunes sí hubo operaciones del peso en los mercados globales. En la noche del lunes 6, la cotización se ubicaba ya en 19.1540 pesos por dólar. Lo anterior significa que la moneda mexicana se ha depreciado 2.65 por ciento desde que el 1 de febrero tocó su mejor nivel contra el dólar en prácticamente 3 años.

¿A qué se debe la reciente depreciación del peso?, ¿son factores exógenos o locales? Y, ¿qué tan profundos pueden ser?

Factores de riesgo y volatilidad

El peso, como cualquier moneda en el mundo, siempre está sujeto a factores de riesgo que le pueden imprimir mayor volatilidad, es el caso actual.

Sin embargo, luego de un periodo relativamente prolongado de apreciación, el peso mexicano podría vivir una era de mayor ajuste o depreciación, sin que por el momento tenga el potencial de alcanzar sus mínimos históricos contra el dólar, debido a varios factores de riesgo, entre los que destacan:

1. Contexto geopolítico

El proceso de apreciación del peso en los años recientes estuvo ligado preponderantemente a factores externos; por lo tanto es lógico que si entra en un proceso de depreciación estos mismos factores jueguen un papel relevante.

En este contexto, el escenario geopolítico es una amenaza constante. Parece que las tensiones entre las dos grandes potencias, China y Estados Unidos, no terminan; el episodio más reciente estuvo relacionado con el derribo de un globo de origen chino, aparentemente de estudio y análisis científico, en los cielos estadounidenses.

Por otra parte, es prácticamente un hecho que la guerra Rusia-Ucrania cumplirá un año y no se ve cuándo pueda terminar. A su vez, Rusia mantiene una actitud amenazante contra otras naciones europeas, y tampoco cesan las sanciones económicas hacia dicha nación. En el contexto latinoamericano, las cosas tampoco pintan bien, con un convulso continente (Brasil, Argentina, Perú, Bolivia, Venezuela, Colombia, Nicaragua, El Salvador, más los que se acumulen). En lo geopolítico, es probable que el dólar sea más utilizado los meses o semanas siguientes como divisa de cobertura, debilitando a otras monedas, como el peso mexicano.

2. ¿Recesión en EU?

Las apuestas a favor y en contra siguen. Al inicio de año parecía que el pesimismo se desvanecía un poco. Incluso, el Fondo Monetario Internacional (FMI) revisó al alza la expectativa del PIB para este año, incluyendo desde luego a México y Estados Unidos. Sin embargo, la incertidumbre prevalece. De manera especial, se teme que la mayor economía del planeta no pueda evadir un proceso o periodo recesivo después de la segunda mitad de este año. Sin embargo, el temor no gira tanto en torno a la probabilidad de una recesión, sino a la posibilidad de que la misma pueda profundizarse si algunos factores de riesgo se incrementan, o simplemente se hacen realidad.

3. La Fed y los bancos centrales

El banco central de Estados Unidos ya advirtió que subirá más su tasa de interés para seguir en su lucha contra la inflación; apenas el pasado viernes los datos del mercado laboral estadounidense salieron muy positivos, lo que demostró la solidez de este indicador y una señal inequívoca de que las alzas en tasas de interés no han “enfriado” lo suficiente a la economía líder del mundo, de paso confirmando la necesidad de que suban más las tasas de interés.

La Fed ha dejado entrever que la tasa terminal; es decir, la tasa a la que debería llegar antes de contemplar la posibilidad de hacer una pausa en su escalada, se ubica arriba de 5 por ciento. Si la tasa actual está en un máximo de 4.75 por ciento significa que cuando menos habría un aumento adicional acumulado de entre 30 y 40 puntos base. Los efectos en el mundo serán diversos. En este contexto, hasta ahora el banco central mexicano ha logrado mantener el diferencial de tasas con su contraparte estadounidense, de aproximadamente 600 puntos base. Pero no sabemos si Banxico tiene la solvencia suficiente para subir más la tasa de referencia, que actualmente está en 10.5 por ciento, sin riesgo de generar una profunda desaceleración económica, o peor todavía, una recesión. Entre más suba su tasa de interés la Fed, más va a presionar al peso, y la Fed ha dicho que la subirá hasta donde sea necesario.

4. Algunas cifras relacionadas con la economía mexicana no son favorables

Por ejemplo, la inflación sigue totalmente fuera de los límites establecidos por el banco central, como en otras economías del mundo. También México profundizó su déficit comercial el año pasado; por otra parte, el crecimiento de la economía simple y sencillamente no sale de los registros mediocres desde hace décadas, cuando crece. A su vez, la alta dependencia de las remesas y los flujos financieros de corto plazo para mantener la apreciación del peso es un arma de doble filo. Por mencionar algunos factores. Esto no juega a favor del peso si los mercados lo evalúan con detenimiento.

En resumen: el peso mexicano tiene, por el momento, mucho margen gracias a la apreciación de los tres años recientes. Sin embargo, no deja de estar sujeto a factores de riesgo que, además de imprimirle volatilidad, pueden modificar su trayectoria en cualquier momento.

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