De este tamaño son las pérdidas que deja el ‘superpeso’ en las remesas
Un dólar débil explica el aumento de remesas hacia México: para tratar de resarcir la pérdida de poder adquisitivo.
El peso mexicano es la segunda moneda más fuerte del mundo en este año. Al cierre del 8 de agosto registraba una apreciación acumulada ligeramente superior al 14 por ciento, solamente por debajo del peso colombiano, que gana casi 19 por ciento en este 2023.
La apreciación del peso tiene diversos factores, todos ellos ya señalados, incluso hemos anotado cómo esta fortaleza de nuestra divisa está ligada mucho más al ámbito externo y menos a lo interno.
Muchas son las ventajas de la fortaleza cambiaria para nuestro país, especialmente ha contribuido a disminuir la trayectoria de la inflación, que se había disparado el año pasado y amenazaba con alterar el rumbo de la economía. La diferencia de tasas entre México y Estados Unidos, que hace más atractivas las inversiones en pesos mexicanos, es otro de los factores benéficos para nuestra divisa.
Sin embargo, la fortaleza cambiaria también tiene costos: el sector externo es el que más efectos negativos registra, las exportaciones son cada vez menos competitivas porque las empresas, al convertir los dólares recibidos a pesos, tienen cada vez menos ingresos.
Pero hay otro factor en la apreciación cambiaria que golpea de lleno a muchos mexicanos individualmente, la gran mayoría de ellos seguramente pertenecientes a las clases bajas, y que tienen en las remesas un alto porcentaje de su modus vivendi.
Nos referimos a los familiares de los mexicanos que emigraron a Estados Unidos básicamente para conseguir mejores oportunidades laborales y que mandan recursos todos los meses a México. Estos ingresos personales ya registran un fuerte deterioro, las cifras son alarmantes y poco o nada se puede hacer porque, como sabemos, la paridad cambiaria se encuentra sujeta a las fuerzas del mercado.
Caída histórica en el poder adquisitivo
Un análisis de Banco Base, con cifras del Banco de México, pone de relieve el impacto de la fortaleza cambiaria este año en el poder adquisitivo de las remesas; es decir, el poder de compra que tienen millones de mexicanos que viven de estos recursos en nuestro país.
La entidad bancaria hace proyecciones considerando los factores que podrían influir en lo que queda del año en la cotización del tipo de cambio en México, a partir de ahí evalúa también cuánto pueden crecer las remesas este 2023 y en qué nivel podría cerrar la tasa de inflación en nuestro país.
De acuerdo con sus proyecciones y expectativas, este año el poder adquisitivo de las remesas podría registrar su caída más pronunciada desde que se tiene registro de este tipo de ingresos para las familias mexicanas.
Medido por el tipo de cambio promedio, así como su apreciación o depreciación, este año 2023 el poder adquisitivo de las remesas además interrumpiría una racha de 9 años consecutivos de incrementos y registraría al cierre del año una caída de 11.12 por ciento, superando el récord anterior que data del año 2010 cuando este mismo poder adquisitivo registró un ajuste negativo de 10.45 por ciento.
Los supuestos se realizaron considerando un incremento anual de 8.1 por ciento en las remesas para este año, un tipo de cambio promedio de 16.80 pesos y una inflación de 4.6 por ciento al cierre del año.
Historia de depreciaciones
La fuerte apreciación del peso es un factor al que poco están acostumbrados los mexicanos que reciben remesas y que tienen estos recursos como fuente de sobrevivencia o parte de su gasto corriente.
En caso de concretarse la pérdida de poder adquisitivo este año, para los usuarios de las remesas, sería apenas la octava ocasión en que se reportaría dicho fenómeno en 27 años.
Lo anterior significa que, en realidad, el peso mexicano registra una historia de constantes depreciaciones desde prácticamente el inicio de la libre flotación cambiaria hasta nuestros días. Esta racha de depreciaciones ha impactado a nuestra economía de manera severa; es el fenómeno inverso que ahora padecen los receptores de remesas ya que evidentemente un peso débil y un dólar fuerte son favorables para quienes reciben dólares y los convierten a pesos.
En el análisis elaborado por Banco Base destaca lo sucedido en el año 2003, cuando se ha registrado el mayor beneficio o crecimiento del poder adquisitivo de las remesas en nuestro país al subir nada menos que 64.46 por ciento.
Es decir, hace 20 años la depreciación del peso ante el dólar sumió a la economía mexicana en graves problemas, pero los receptores de remesas registraron importantes beneficios, los mayores de la historia hasta el momento.
Así, la integración de México con la economía estadounidense es de tal magnitud, que hoy más que nunca los movimientos cambiarios entre ambas divisas tienen una diversidad de efectos, positivos y negativos.
Por lo pronto, quienes reciben remesas en este año tendrán que acostumbrarse a contar con menos recursos en pesos. De acuerdo con el análisis, quizás este deterioro del poder adquisitivo de las remesas explica una parte del crecimiento de los flujos hacia México, toda vez que los trabajadores mexicanos en Estados Unidos aumentan sus montos enviados para tratar de resarcir en parte esta pérdida de poder adquisitivo de sus familiares en México.
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