Buscador
Ver revista digital
Economía

Con muchos menos recursos y más burocrático, así es el “Fonden” actual que nadie conoce

27-10-2023, 11:29:02 AM Por:

En 2010, el Fonden contaba con más del doble de recursos de los que tiene actualmente y se liberaban con la declaratoria de desastre natural.

México necesita un fondo, una estrategia o un seguro que atienda de manera expedita, con los recursos suficientes y sin burocracia, los efectos financieros de fenómenos naturales como el que esta semana devastó al puerto de Acapulco, Guerrero, una de las entidades más pobres del país.

Ante la desgracia y las críticas por la desaparición previa del Fondo para Desastres Naturales (Fonden), el gobierno federal ha reaccionado señalando que sí existen los recursos suficientes para atender los efectos de fenómenos naturales, y que estos son ilimitados.

Lo cierto es que, a juzgar por las evidencias, no hay un rubro particular en el presupuesto que indique que efectivamente hay recursos totalmente disponibles para este tipo de emergencias.

De acuerdo con la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), los recursos actuales de lo que fue el Fonden suman alrededor de 17,156 millones de pesos y están en un apartado específico del Ramo 23; además se tiene contratada una póliza contra daños catastróficos por 5 mil millones de dólares, más un bono por catástrofe hasta por 485 millones de dólares que se activa en caso de huracanes o terremotos.

Pero una cosa es que los recursos existan, asumiendo que sea verídica la información, misma que de entrada contrasta con los dichos también oficiales de que “son ilimitados”, y otra cosa es que sean efectivos y suficientes, se activen de inmediato, se asignen y se distribuyan para iniciar desde el primer minuto después de la tragedia la recuperación.

El Fonden, caso de estudio

De acuerdo con el gobierno federal y los dichos del presidente, el Fonden era un mecanismo de robo y corrupción del pasado. Sin dejar de reconocer que la corrupción es uno de los grandes males que aquejan a México, no se han mostrado pruebas de este caso en específico.

Sin embargo, el Fonden, su historia, sus mecanismos y su diseño de operación, llegaron incluso a ser un caso de estudio en diversas partes del mundo.

El propio Banco Mundial elaboró en el año 2012 un documento de análisis denominado “El Fonden, una reseña histórica”, en el que detallaba y analizaba los factores más relevantes del organismo y su evolución, destacando incluso cómo el mecanismo no solamente era una herramienta financiera contra los desastres naturales, sino incluso parte de sus recursos eran dirigidos a la prevención de los mismos.

El análisis también destacaba dos puntos muy relevantes: los recursos que había llegado a manejar y la eficiencia de su operación.

En el primer caso destacaba cómo en el año 2010 este fondo llegó a administrar hasta 3,500 millones de dólares, que al tipo de cambio actual equivaldrían a 63 mil millones de pesos, y al tipo de cambio de entonces serian de alrededor de 42 mil millones.

Nada que ver con los poco más de 17,000 millones de pesos que, de acuerdo con la Secretaría de Hacienda se tienen hoy en el equivalente al Fonden, sin que se sepa si de verdad están etiquetados para tal fin.

El otro aspecto destacado consistía en el hecho de que bastaba la declaratoria de desastre por parte del gobierno federal para que se dispersaran de inmediato los recursos requeridos en las zonas afectadas.

Hoy el gobierno federal, ante el desastre en Acapulco, ha señalado que mandará a 1,000 “servidores de la nación ” para que hagan las encuestas respectivas y determinar quién debe y puede tener el apoyo del gobierno. Quizás bastaba con saber que, de acuerdo con lo que se ha conocido hasta ahora, el puerto de Acapulco fue devastado en su totalidad; es decir, hay alrededor de 1 millón de seres humanos que de una u otra forma son damnificados.

En resumen, aquel Fonden, analizado en 2012 por el Banco Mundial, contaba con muchos más recursos que el equivalente de lo que hoy tiene un mecanismo que, dice el gobierno actual, cumple las mismas funciones.

Además, a 48 horas de la tragedia no se sabe cómo ni cuándo llegará la ayuda a la zona afectada, todavía habrá que esperar los resultados de las encuestas de los “siervos de la nación”, mientras eso sucede, la situación empeora.

En el análisis de 2012, también se destacaba cómo el Fonden significaba un gran respaldo financiero para las entidades que históricamente resultaban más afectadas por los fenómenos naturales, casualmente encabezadas por los estados más pobres del país: Oaxaca, Chiapas, Michoacán, Quintana Roo, Guerrero, Veracruz y Tabasco.

En otras palabras, estas entidades no contaban entonces, y hoy tampoco, con los recursos humanos, materiales y sobre todo financieros, para hacer frente a grandes catástrofes como la que se vive hoy en Guerrero.

El Fonden no solamente era reactivo

Como señalamos anteriormente, el documento de análisis elaborado por el Banco Mundial dejaba claro que, en 2012, el Fonden ya no solamente era el mecanismo financiero del gobierno federal para enfrentar los desastres, sino que había evolucionado y una parte de los fondos se dedicaban a tareas de prevención, aunque todavía era un porcentaje muy bajo.

El punto es saber desde cuándo el Fonden dejó de cumplir esta función. Como sabemos, la prevención es esencial en las tareas de protección civil. La desaparición del Fonden desde luego acabó con estas tareas de prevención al menos por ese medio, y muy probablemente sucedió mucho antes de que finalizara.

México necesita retomar una auténtica estrategia de protección civil, de prevención y de consolidación de un fondo financiero, o un seguro suficiente, disponible de inmediato para responder a desastres y tragedias como la que devastó hace apenas unas horas a Acapulco, en el estado de Guerrero.

Hoy, el supuesto fondo destinado para tal fin dispone de mucho menos recursos, la reactivación y dispersión de los fondos es mucho más lenta, e incluso tiene un tufo a manejo político, moralmente cuestionable en una situación de penuria y necesidad para cientos de miles de personas.

Por si fuera poco, no cumple con tareas de prevención que son esenciales para que los fenómenos naturales impredecibles e inevitables que de vez en vez azotan al país, impacten lo menos posible, especialmente porque como siempre sucede, son los más pobres quienes más resultan afectados.

MÁS NOTICIAS:

Comentarios