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Defensores públicos de Mario Aburto trazan ruta para que salga en libertad

30-11-2022, 9:13:14 AM Por:

El sentenciado por el homicidio del candidato presidencial Luis Donaldo Colosio Murrieta quiere que se anule la confesión en la que admitió el delito.

Violaciones al debido proceso, y los actos de tortura que habría sufrido en su detención y a lo largo de su internamiento en diversos penales federales, son los fundamentos que apuntalan la ruta para que Mario Aburto Martínez obtenga su libertad, revirtiéndose su sentencia de 45 años de prisión por el homicidio de Luis Donaldo Colosio Murrieta, candidato presidencial del PRI en 1994.

Con una salud deteriorada que lo ubica como una persona vulnerable, a decir de su defensa, Aburto Martínez, de 52 años, tiene la esperanza de dejar atrás los 28 años que hasta ahora ha vivido en reclusión, a partir de dos amparos que -en conjunto-buscan que se le reconozca como una víctima más de las innumerables irregularidades cometidas en la investigación del magnicidio de Colosio.

“Si estas violaciones acarrean una libertad pues por supuesto que es lo que buscamos”, dijo en entrevista con ALTO NIVEL Salvador Leyva, secretario técnico de Combate a la Tortura del Instituto Federal de Defensoría Pública (IFDP), organismo que forma parte del Consejo de la Judicatura Federal.

Leyva dirige al equipo de defensores públicos que, desde marzo de este año, promovieron en un Juzgado federal de la Ciudad de México un amparo indirecto en favor de Mario Aburto, en el que se reclama la dilación y la falta de debida diligencia en la investigación de los actos de tortura denunciados por el preso desde marzo de 1994.

Este juicio se lleva a la par con otro amparo, interpuesto en 2021 en un Tribunal Colegiado del Estado de México, que busca modificar la sentencia condenatoria que lo encontró responsable de los delitos de homicidio calificado con premeditación y alevosía, y portación de arma de fuego sin licencia, en los hechos ocurridos en la colonia Lomas Taurinas, en Tijuana, la tarde del miércoles 23 de marzo de 1994.

Colosio Murrieta, de 44 años en ese año, fue privado de la vida al recibir dos disparos de arma de fuego, uno de ellos en la cabeza, cuando -como abanderado presidencial del Partido Revolucionario Institucional (PRI)- había concluido un mitin de campaña.

El crimen en contra de Luis Donaldo Colosio dejó en la orfandad a sus dos hijos, entonces de 1 y 8 años. El mayor de sus vástagos, Luis Donaldo Colosio Riojas, hoy es alcalde de Monterrey.

Previamente a la sentencia, Aburto confesó en reiteradas ocasiones haber cometido el homicidio, aunque las versiones sobre los motivos por los que habría accionado el arma fueron cambiadas varias veces por el mismo detenido.

El reconocimiento del delito es justo uno de los elementos que se persigue excluir, a partir de que se acredite la tortura que dice haber sufrido: lo importante es que “se excluyan pruebas que hubieran sido obtenidas bajo tortura, como señalamientos, confesiones, testimonios, entre otras pruebas que hubieran podido derivar de los actos de tortura que se cometieron en contra de Mario”, detalla Salvador Leyva.

En el amparo directo en contra de su sentencia, radicado en el Primer Tribunal Colegiado en Materia Penal del Estado de México, la investigación de la tortura se utiliza “con este fin, que es para excluir pruebas”.

Mientras que en el amparo indirecto, tramitado en el Juzgado Segundo de Distrito de Amparo en materia Penal de la Ciudad de México, “lo que estamos buscando es que se persiga el delito de tortura penalmente, y que se determine la responsabilidad de quienes podrían haber cometido estos actos”, agrega el abogado.

¿Victimario fabricado?

Por las características de este caso, en cuya investigación se comprometieron todas las pruebas por las decenas de irregularidades cometidas por la otrora Procuraduría General de la República, persisten las dudas sobre si el homicidio de Luis Donaldo Colosio Murrieta fue cometido por Mario Aburto en solitario, y al mismo tiempo prevalece la interrogante en cuanto a la magnitud de la coacción que este presuntamente recibió para incriminarse.

Al respecto, enfermo de las vías respiratorias, Rubén Aburto Cortés, el padre del sentenciado, reiteró vía telefónica desde California, en Estados Unidos, su convicción sobre la inocencia de su hijo. “Pues yo nomás lo que sé es que mi hijo es inocente, y es un chivo expiatorio de ese gobierno de ese entonces”, afirmó.

Uno de los argumentos presentados en los juicios de amparo en favor de Mario Aburto es que las confesiones hechas por el preso estarían condicionadas por la tortura, las amenazas, y presuntos tratos crueles e inhumanos, aunque esto todavía no se acredita fehacientemente.

No obstante, y aunque desconoce los esfuerzos jurídicos que la defensoría pública federal ha emprendido en favor de Mario, su padre mantiene la misma versión que ha dicho a la prensa desde 1994.

“A mi hijo me lo sentenciaron a 45 años, que no tienen pruebas contundentes, no tienen evidencias, yo quiero saber, yo quiero ver el video, el video que tienen pues ellos, ver cuál es la cara del que le está disparando ahí a Colosio”, reiteró Rubén Aburto Cortés.

Si bien hasta ahora no existe una evidencia fílmica que muestre el rostro de quien disparó en la cabeza de Luis Donaldo Colosio, y tampoco se conoce a ciencia cierta si hubo un segundo tirador que hirió en el abdomen al candidato, la apuesta de los abogados de Aburto Martínez es demostrar que se trasgredió el debido proceso.

“Cuando hay casos tan plagados de irregularidades como podría ser este, entre cientos, si no es que miles de otros casos, nosotros como defensoría pública lo que buscamos es asegurar que se respete el debido proceso, si ocurrió tortura, si se fabricaron culpables, si hubo coerción, pues eso implica que ya no se respetó el debido proceso”, explica Salvador Leyva.

¿Nuevo juicio?

De acuerdo con el secretario técnico de Combate a la Tortura del IFDP, si los videos y documentos escritos -en los que Mario Aburto reconoce el homicidio- se obtuvieron mediante tortura, “y si el juez así lo considera, entonces tendrá que excluirlas (como pruebas) y no las podrá tomar en cuenta al momento de dictar una sentencia”.

Lo que se pretende obtener, al menos, es la reposición del procedimiento, lo que implicaría un nuevo juicio por el magnicidio, en el que parte del material probatorio sea suprimido.

“Lo que nosotros estamos haciendo es justo en esta finalidad de cuidar por que se le respete el debido proceso, es poner ante el juez o la jueza, los elementos que podrían hacer que ese tipo de declaraciones se excluyan”, argumenta Leyva.

En contraste, el Equipo Especial de Investigación y Litigación para el caso Luis Donaldo Colosio Murrieta de la Fiscalía General de la República (FGR) asegura que Aburto Martínez no fue torturado tras su detención, y durante el proceso penal en el que se le sentenció, según informó el agente del Ministerio Público Jesús Salvador Amaro Ramírez ante el Juzgado Segundo de Distrito de Amparo en materia Penal de la Ciudad de México.

Amaro Ramírez está a cargo de las nuevas investigaciones del caso Colosio, luego de que la FGR conformó, el pasado 4 de abril, el Equipo Especial de Investigación y Litigación para retomar las indagatorias del homicidio del candidato presidencial del PRI.

Sin embargo, el juez Antonio González García ya ordenó a la FGR, desde el mes de agosto de este año, que pruebe la ausencia de tortura que alega Aburto y niega la Fiscalía, pues en este tipo de actos, de carácter omisivo, la carga de la prueba para demostrar la negativa del acto reclamado recae en la autoridad señalada como responsable.

Esto significa que, dado que a la FGR se le demanda en amparo que no ha investigado la tortura que habría sufrido Mario Aburto, es esta misma dependencia la que debe demostrar que -en efecto- ha investigado los hechos, y en su caso aportar los resultados de la indagatoria con las pruebas que concluyan que el sentenciado no fue sujeto de tratos crueles e inhumanos.

En síntesis, aunque puede parecer una paradoja, a partir de los reclamos de Mario Aburto podría ser factible una nueva explicación del crimen en el que Luis Donaldo Colosio Murrieta fue privado de la vida, un reto que al final deberán sortear los órganos jurisdiccionales encargados de conceder o negar, a un sentenciado por homicidio, el amparo y protección de la justicia federal.

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autor Periodista y abogada, especialista en análisis jurídico y de derechos humanos. Ha sido reportera, conductora de radio y editora.
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