¿Crédito, débito o efectivo? Usa el mejor medio de pago
No existe un ideal, pero sí la combinación correcta. Aprende a ser disciplinado para disfrutar los beneficios de cada uno.
Si cuando sales llevas en tu cartera todas las tarjetas que tienes de todos los bancos, y llega el momento de pagar y no sabes cuál elegir, esto te interesa. Aunque parece básica, hay muchas personas
que no tienen claro cuál es la diferencia y cómo opera cada medio de pago. Así
que nunca está demás hacer un repaso y despejar algunas leyendas urbanas.
Tarjetas de crédito, no rebases tu capacidad
Este
tipo de plásticos suelen ser emitidos por instituciones bancarias o grandes
comercios. La diferencia entre unas y otras es dónde las podemos utilizar, pues
las bancarias las podemos usar en una gran variedad de lugares, mientras que
las .tarjetas
no bancarias –como las de Liverpool, Costco o Palacio de Hierro, entre
otras– solo se pueden ocupar en las sucursales de la empresa que las respalda.
Ambas
funcionan de manera similar pues sirven para financiar al portador de las
mismas. Es decir, permiten hacer compras, aunque éstas se liquiden después. Sin
embargo, por este préstamo se suele cobrar un interés. De ahí que su uso deba
ser racionalizado.
Tener
una .tarjeta
de crédito no implica tener más dinero, solo significa que alguien nos
presta por unos días, y si no le pagamos en el plazo acordado (por lo regular
45 días) nos cobrará una tasa de interés (en promedio actualmente de 35% o
40%). Lo ideal es .utilizarlas
sin rebasar nuestra capacidad de pago y liquidar el monto total para no
generar intereses cada mes, porque además eso nos genera un buen historial
crediticio para el momento que deseemos solicitar un préstamo de otro tipo.
Tampoco se recomienda disponer de efectivo con ellas, pues las comisiones que
cobran por hacerlo son muy altas.
Tarjetas de débito, gasta lo que tienes
El débito es el mejor sustitución
del efectivo
A diferencia del crédito, con estas tarjetas solo puedes gastar el dinero
que tienes guardado en ella; es decir, no existe un financiamiento como tal.
Al
momento de hacer una transacción con ella el dinero se retira inmediatamente de
tu cuenta, por lo que disponer de efectivo tampoco suele ser un problema, solo
hay que garantizar que el banco no nos cobre una comisión por hacerlo. La
mayoría no lo hace siempre y cuando uses un cajero de la misma institución
bancaria en la que abriste la cuenta.
Algunos
bancos, como medida de seguridad, establecen un límite de retiro de efectivo por día, por lo que también es una
restricción que se debe tener en cuenta en el manejo de nuestras finanzas.
Aquí
la recomendación es utilizarlas para compras que impliquen montos grandes, de
más de $1,000 pesos, sobre todo por cuestiones de seguridad y comodidad, pues resulta menos tentador que cargar con
tanto efectivo en la cartera. También procura.
no guardar tus ahorros en la misma cuenta que utilizas como cuenta eje de
tus operaciones financieras, pues la tentación de gastarte todo el dinero es
mayor.
Monederos electrónicos y efectivo
Estos
dispositivos por lo general también se presentan en forma de tarjeta y son lo más cercano al efectivo, pues en este caso no existe una cuenta bancaria asociada
a ellas, sino que sirven como un medio
de prepago. Es decir, uno abona cierta cantidad a ellas de la que
posteriormente se puede disponer. Por lo regular se usan con montos pequeños
que no rebasan los $5 mil o hasta $10
mil pesos.
Pueden
resultar prácticos para trasladarse con ellos, sin necesidad de cuidarse como
se haría con el dinero en billetes y monedas. Además facilita más el control
del dinero, pues se puede definir un presupuesto y no gastar más de lo que haya
en el monedero.
Los
monederos electrónicos son medios de pagos que no generan intereses ni
comisiones, por lo que suelen ser bastante accesibles para la población que aún
no forma parte del sistema financiero.
Por
otro lado, el manejo de efectivo históricamente ha sido el medio de pago más
utilizado; sin embargo, la tecnología y la inseguridad ha hecho que su uso cada
vez se reduzca más. Lo importante del efectivo no es solo cuidar que nos lo
roben, sino que además sea auténtico, pues existe un mercado de billetes falsos
del cual también se puede ser presa.
Aunque
los sistemas de seguridad del papel moneda cada vez son más sofisticados, los
criminales dedicados a la falsificación siempre encuentran maneras de engañar,
por eso es importante seguir las recomendaciones que hace el Banco de México, y
en cuanto identifiquemos un billete falso reportarlo de inmediato.
¿Cómo elegir la mejor forma de
pago?
Ya
que sabemos las características de cada medio de pago, decidir cuál utilizar
depende de la transacción que vayamos a hacer. Lo ideal es manejar una
combinación de los tres.
Siempre
es conveniente traer algo de efectivo
en la cartera, pues todavía existen comercios (sobre todo informales) que no
aceptan tarjetas como medios de pago, o simplemente se trata de montos tan
pequeños que resulta más engorroso pagar con tarjeta que si sacamos un par de
monedas.
Ahora
bien, el débito debe ser empleado
para transacciones electrónicas, para nuestros gastos corrientes o para compras
de montos grandes, de más de $2,000 pesos, y el crédito solo para aquellas transacciones planeadas o fijas en las
que podemos sacar ventajas del financiamiento o los meses sin intereses.
Administrarse
es tarea de cada persona y está relacionada con sus necesidades.
Hay personas que utilizan sus tarjetas de
crédito –que, por cierto, .nunca
es recomendable tener más de dos– para hacer todas sus compras del mes, y
así acumular puntos en los planes de
lealtad o aprovechar promociones,
y al final del periodo pagan el monto total con el dinero que tienen guardado
en su tarjeta de débito
(normalmente, de nómina). Esa puede ser una estrategia correcta para los que
son disciplinados. De hecho es la mejor, porque se saca provecho a todos los
medios de pago.
Pero
si eres de los indisciplinados que no resiste la tentación de gastar más de lo que tiene, lo mejor es solo cargar con el débito o efectivo, y dejar
guardadas las tarjetas de crédito en casa para utilizarlas solo en casos
extraordinarios. La decisión está en tu manos.