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Recursos Humanos

Competencias laborales, metacompetencias y power skills

14-08-2023, 8:45:00 AM Por:
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Las power skills son un diferenciador de desempeño. El incremento de conocimiento y dominio de habilidades son generadores de valor agregado para las organizaciones.

En la búsqueda por optimizar sus operaciones, todas las organizaciones han desarrollado diversos esquemas que permiten pronosticar y, en su caso, evaluar el desempeño de su personal.

Desde los más simples esquemas que únicamente consideran habilidades para realizar tareas estandarizadas y conocimientos básicos, hasta los más sofisticados y modernos que contemplan la adquisición, dominio y perfeccionamiento de las denominadas power skills como un camino hacia el éxito de los colaboradores.

El proceso evolutivo de estos mecanismos se manifiesta con mayor intensidad tras el surgimiento del concepto de competencia laboral, entendido como los comportamientos observables y medibles que generan un nivel de desempeño laboral que define a una persona como competente en su trabajo.

La conjunción de competencias (hard y soft) con las metacompetencias dio origen a las power skills

El modelo británico de competencias laborales considera cinco componentes fundamentales:

  • Conocimientos (knowledge)
  • Habilidades (skills)
  • Actitudes (attitudes)
  • Comportamientos (behaviors)
  • Contexto (context)

En tanto, la mayoría de los modelos de origen norteamericano coinciden en contemplar:

  • Conocimientos técnicos (technical knowledge)
  • Habilidades transferibles (transferable skills)
  • Habilidades técnicas (technical skills)
  • Habilidades interpersonales (interpersonal skills)
  • Competencias conductuales (behavioral competencies)

A partir de lo anterior, se plantea que el desempeño competente se deriva de una combinación de conocimientos y capacidades técnicas a las que, en conjunto, se denominó hard skills, con habilidades interpersonales y conductuales a las que se llamó soft skills; entre estas últimas, se destacan:

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Resolución de problemas

El incremento de conocimiento y el dominio de las habilidades se convierten en generadores de valor agregado para la organización.

Sin embargo, la conjunción de las hard skills y soft skills, así como la adquisición de un alto grado de dominio de ambas no bastaban para explicar por qué algunas personas logran un desempeño superior al competente. Surge entonces un cuestionamiento adicional: ¿qué características poseen estas personas que les permiten superar los estándares establecidos?

En tal sentido, es posible observar que, quienes alcanzan niveles de desempeño superior que los ubican en la frontera de la trascendencia, poseen hábitos operativos buenos; definidos de esa manera porque no les provocan daño, no perjudican a otros con ellos y, además, producen beneficios materiales o inmateriales, no sólo para sí mismos, sino también para su entorno; es decir, conforme se desarrollan como mejores personas, obtienen mejores resultados para la organización.

El saber prudencial

Una característica fundamental de quienes transitan hacia la trascendencia por su desempeño es el ejercicio cotidiano de la toma de decisiones sustentadas en el saber prudencial.

Lo anterior significa que son capaces de hacer lo correcto en el aquí y el ahora como consecuencia del análisis de los hechos para conocer las condiciones objetivas de la situación, así como sintetizar la información de mayor relevancia e impacto para construir un diagnóstico inicial del problema a resolver, a partir del cual se determinan alternativas de solución que son evaluadas para seleccionar la que se considere óptima.

Sin embargo, más allá de contar con un método que fundamenta las decisiones, en una profunda y objetiva reflexión sobre las circunstancias, es importante que quien toma la decisión posea el hábito de la prudencia para incrementar el grado de certeza sobre la conveniencia (o inconveniencia) de las acciones a implementar y que, como todo hábito, es adquirido a partir de la repetición del acto operativo y se integra paulatinamente a la forma de vida de las personas.

El proceso evolutivo de los distintos mecanismos se manifiesta con mayor intensidad tras el surgimiento del concepto de competencia laboral.

Las metacompetencias

Es así como surge el concepto de metacompetencias para incorporar a un grupo de hábitos operativos buenos (también conocidos como virtudes humanas) a los componentes de las competencias profesionales, siendo estos hábitos los que determinan la diferencia entre un desempeño competente y uno superior o trascendente.

En este contexto, el Centro de formación y perfeccionamiento directivo (ICAMI) diseña y desarrolla un modelo de formación integral dirigido a los mandos intermedios de las empresas productoras de bienes o prestadoras de servicios; dicho modelo establece una relación directa entre las competencias blandas (soft skills) y las metacompetencias (virtudes humanas), generando un binomio que propicia el crecimiento personal y la optimización de los resultados en el ámbito laboral.

Para lograr los resultados esperados, el modelo considera que, en paralelo a las acciones necesarias para adquirir o, en su caso, ampliar el grado de dominio de una competencia blanda, se incorpore la experiencia de vivir una metacompetencia, ya que, para adquirir éstas no basta con conocer su definición y composición teórica, sino que se requiere de una vivencia constante y permanente para su consolidación como hábito operativo.

Descubrir conocimientos, perfeccionar una habilidad y vivir una virtud humana son los procesos que constituyen las denominadas power skills, que determinan las características necesarias que una persona debe poseer para lograr un desempeño exitoso en los nuevos entornos laborales; entornos que se han generado luego de fenómenos inéditos como la reciente contingencia sanitaria y el acelerado desarrollo de tecnologías como la Inteligencia Artificial (IA).

Las power skills son la respuesta a la volatilidad, incertidumbre, complejidad y ambigüedad (VUCA, por sus siglas en ingles), que describían el ambiente en el que se desarrollaba la vida humana hasta antes de 2020; pero también a las nuevas variables que, desde la emergencia sanitaria, describen el contexto como: frágil, ansioso, no lineal e incomprensible.

En la búsqueda por optimizar sus operaciones, las organizaciones han desarrollado esquemas que permiten pronosticar y evaluar el desempeño de su personal.

La conjunción de competencias (hard y soft) con las metacompetencias (virtudes humanas) dio origen a las power skills. Sin embargo, este concepto ha ampliado su alcance e implica considerar la evolución que han tenido algunas habilidades, cuya definición se ha transformado, dado que hoy en día se plantean requerimientos de las organizaciones en términos de trabajo colaborativo, toma de decisiones ágiles, resiliencia y liderazgo trascendente, entre otros.

Depositphotos.com Trabajo colaborativo que impulsa a las organizaciones.

Conclusiones

En la era digital y de la IA, las power skills se constituyen como el diferenciador del desempeño superior, ya que, el incremento de conocimiento y el dominio de las habilidades se convierten en generadores de valor agregado para la organización.

Asimismo, con la vivencia constante y permanente de una metacompetencia, se agrega valor para la existencia de las personas, no solamente en el ámbito laboral, sino también en el familiar y social; lo que produce (de manera intrínseca) la búsqueda del bien común, que representa uno de los objetivos de orden superior de la humanidad.

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  • Este artículo fue escrito por el C.P. y P.C.FI. Carlos Jesús Vargas Vallejo, Director General de ICAMI Región Centro. Mtro. Jaime López Aguilar, Director de Formación Integral de ICAMI Región Centro.

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