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Opinión

Personas con discapacidad y comorbilidades, olvidadas en jornadas de vacunación

08-04-2021, 6:00:00 AM Por:
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A pesar de los reclamos de varias organizaciones para exigir que se considere a las personas con discapacidad como prioritarias, el único criterio para ser vacunado es la edad.

El reclamo de diversas organizaciones ha sido generalizado: exigir que se considere a las personas con discapacidad como un grupo prioritario y sean integradas a la estrategia de inmunización. Sin embargo, hasta ahora, el único criterio para que se conceda una vacuna en México es la edad, ello, a pesar del riesgo que implica para una persona amputada, con cáncer, diabetes o hipertensión contagiarse de Covid-19.

Estas personas deberían ser parte del primer grupo de prioridad, pues sus síntomas pueden ser muy graves en comparación con las personas que tienen un sistema inmunológico fortalecido.

La Alianza Internacional de Discapacidad, que representa a más de mil millones de personas con discapacidad solicitó a la Organización Mundial de la Salud priorizar el acceso de éstas a las vacunas.

Como miembro de un equipo con más de 100 años de experiencia en la atención a personas con discapacidad, considero que las personas con discapacidad que tienen  alguna condición preexistente como hipertensión, diabetes, cáncer o alguna otra enfermedad, muchas de las cuáles han sido amputadas; presentan un sistema inmunológico que no está en condiciones óptimas por su enfermedad o por los tratamientos de radio y quimioterapia, sí deberían ser considerados como prioritarias al estar en mayor riesgo.

Tan solo en el Instituto Nacional de Rehabilitación Luis Guillermo Ibarra Ibarra, se atiende cada año a más de 2 mil pacientes y la principal causa de amputación es la diabetes (33 por ciento) seguido de causas traumáticas como accidentes viales (41 por ciento) y tumores (casi un 10 por ciento).

En este mismo Instituto, según información de 2019, del total de consultas otorgadas, 75 por ciento son dirigidas a menores de 60 años y de éstos, más del 30 por ciento presentan comorbilidades como diabetes o hipertensión.

Las evidencias están ahí, son cerca de 15 millones de adultos mayores los que necesitan ser vacunados en el país, pero a ellos deberían sumarse con urgencia los discapacitados y enfermos crónicos sin importar su edad.

El Sistema Nacional para el Desarrollo Integral de la Familia (DIF) atiende anualmente a más de 76 mil personas con discapacidad a través de sus más de mil 600 unidades de rehabilitación y de ellos, hay muchos jóvenes amputados de 20, 30 o 40 años que presentan patologías paralelas como la diabetes o la hipertensión que complican más la Covid-19.

El grupo técnico asesor para la vacuna en México, conformado por expertos externos a la Secretaría de Salud, recomendó, además, tomar en cuenta criterios como la pobreza y la desigualdad para la aplicación de vacunas. De los 20.8 millones de personas con discapacidad que dio a conocer de manera reciente el Inegi, menos del 10 por ciento de ellas recibe un estímulo económico de la Secretaría de Bienestar, de acuerdo con estimaciones realizadas y ellas, se encuentran entre los grupos más vulnerables.

La Fundación Paralife estima que 70 por ciento de las personas con discapacidad trabaja en la economía informal, por lo cual dependen de sus actividades diarias para generar ingresos y no pueden guardar la cuarentena, es decir, viven “al día”, lo que incrementa las posibilidades de contagio.

Además, considera como un factor de riesgo el incremento del desempleo en este grupo de población por los recortes en el sector laboral que ha ocasionado la pandemia, así como una mayor exposición al contagio debido a que las muletas, prótesis y sillas de ruedas tienen superficies en las que sobrevive el virus.

En lo que va del sexenio, el gobierno de Andrés Manuel López Obrador ha invertido 9.8 millones de pesos en el Programa Pensión para el Bienestar, en el cual están inscritas 805 mil 244 personas, una cifra muy pequeña si se considera que las personas con discapacidad representan 16.5 por ciento de la población total nacional de acuerdo con el censo más reciente del Inegi.

Un derechohabiente del Programa Pensión para el Bienestar recibe 2 mil 550 pesos bimestrales. Una cantidad ínfima si se tiene en cuenta que el 54 por ciento de las personas con discapacidad vive en condiciones de pobreza, de acuerdo con el Consejo Nacional para la Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval).

Discriminación, otra problemática

En México, las personas con discapacidad constituyen el grupo social más discriminado, de acuerdo con la Encuesta Nacional Sobre Discriminación 2017 del Inegi y aunque desde el Gobierno Federal, la subsecretaria de Bienestar, Ariadna Montiel, ha dicho que el actual presidente Andrés Manuel López Obrador, es “un gran aliado” de la discapacidad, la realidad es que de acuerdo con un análisis del Proyecto de Presupuesto de Egresos de la Federación 2021 indica que las personas con discapacidad en él no son prioridad en la agenda pública.

Y para muestra un botón, el DIF siempre ha contemplado un programa para la atención a personas con discapacidad. Sin embargo, para 2021, ese programa no tiene presupuesto asignado. Tampoco está incluido el Fondo para la Accesibilidad en el Transporte Público para Personas con Discapacidad, que el año pasado recibió 400 millones de pesos.

Mientras que en el sector educativo el asunto se agrava, pues para este año, la Secretaría de Educación Pública no contempla el Programa de Inclusión y Equidad Educativo ni el de Fortalecimiento de Planteles Federales de Educación, mismo caso en la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH), dependencia en la que también, desapareció el presupuesto para el Mecanismo Independiente del Monitoreo Nacional de la Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad, que en 2020 recibió 17 millones de pesos.

Nota del editor: Este texto pertenece a nuestra sección de Opinión y refleja únicamente la visión del autor, no necesariamente el punto de vista de Alto Nivel.

autor Con más de 25 años de experiencia en el sector salud y gran conocimiento de América Latina, dirige Ottobock LATAM, compañía alemana líder en la fabricación de dispositivos protésicos de alta tecnología.
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