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Opinión

Humildad, el secreto del liderazgo efectivo

03-11-2022, 6:00:00 AM Por:
© Depositphotos

La humildad se convierte en la llave para convertir un trabajo en equipo en la misión de un grupo unido.

Por Alberto De la Barreda Hernández*

Si en términos monetarios el convencer rápido en una negociación es una eficiente manera de ahorrar en gastos, convencer a toda una organización solo con el ejercicio del liderazgo es la diferencia entre un buen año empresarial y una gran empresa. El secreto del liderazgo más efectivo es la humildad.

Es contraintuitivo asumir que un líder debe ser humilde, pues pareciera que sería débil o que correría el riesgo de perder su posición de poder. Sin embargo, un líder efectivo lo es en la medida de mandar con humildad.

¿Qué es la humildad en el líder?

Podemos conocer la frontera final de nuestras fuerzas y evitar la exageración de las cualidades a través de la humildad. Un examen objetivo que destaca las propias debilidades que nos impiden crecer personal o profesionalmente y, al mismo tiempo, controla el ego cegador. La humildad coloca al líder en igualdad con todos.

La verdad de uno mismo, el reflejo que nos permite diagnosticarnos, es el elemento clave para decidir qué cambiar y practicar una reflexiva evolución que, a partir de la humildad, da pie al ejercicio del liderazgo efectivo.

La humildad no es disminución de la dignidad ni humillación de carácter, sino una guía que motiva a evolucionar las habilidades directivas. Conociendo lo que somos, asumiéndonos incluso como algo menor, podemos ser más. Saber corregir a tiempo, conducir el camino hacia la ruta adecuada y aceptar las carencias propias es el producto inmediato de un liderazgo con humildad.

Grandes líderes como Darwin Smith (Kimberly Clark), Colman M. Mockler (Gillette), George Cain (Abott Laboratories), Charles R. Cork (Wolgreen), Alan Kurtzel (Circuit City), Joseph Cullman II (Philip Morris) e incluso Abraham Lincoln, son claro ejemplo de la compatibilidad del liderazgo con un carácter humilde.

¿Cómo se puede ser un líder humilde?

El liderazgo, definido por el filósofo, escritor, profesor y empresario mexicano Carlos Llano Cifuentes, es la capacidad de consecución de una meta común a través de la confianza que genera la jefatura. La diferencia con la definición de liderazgo conocida de poder ser seguido, radica en la humildad y enfoca el seguimiento no a la persona, sino a la meta.

Ejercer el liderazgo efectivo es el arte de lograr que los demás se apropien del objetivo planteado; el éxito de dicha apropiación se comprende entre la firmeza propia y exigida a los demás, y el tono humano de convencimiento en el mando. La humildad en todos los aspectos del liderazgo es el enlace que une al equipo en torno a la meta y no meramente señala el objetivo.

Humildad y firmeza significan equilibro; es poder corregir sin perder autoridad. Es combatir la arrogancia de no rectificar a tiempo. Buscar no los mejores modos de hacer, sino los mejores modos de ser.

Nadie desea ser gobernado por quien fundamenta su acción de gobierno en sus intuiciones sentimentales. Queremos como jefes a personas que tengan en cuenta, sí, nuestros sentimientos, pero que actúen siguiendo las ideas claras y firmes de su inteligencia”,

Carlos Llano Cifuentes.

El líder no puede, ni debe intentar, dejar de ser humano. Pero en la medida en la que puede gobernarse y atiende a la gente a la que manda con humildad, puede gobernar en un proyecto contagiando su entusiasmo a los demás. No siendo titubeante o débil, sino ejemplo y digno de confianza; siendo auténtico.

El verdadero líder, aquel que logra y reduce conflictos de manera efectiva, es el que lucha contra su propia y natural soberbia en grado permanente. El mejor líder es aquel que apenas se hace notar… El buen líder habla poco, propuso Lao Tse refiriéndose a los líderes reales.

El ejemplo es la herramienta del líder humilde y significa que él mismo sea lo que quiere que sean las demás personas de su equipo, que contagie las propiedades esenciales del carácter que cree son positivas y necesarias en todos para conseguir la meta magnánima que ha planteado.

Al final de una pequeña reflexión sobre la humildad como dimensión fundamental del liderazgo, podemos proyectar el liderazgo propio como el trato de los subordinados en función de una futura jefatura.

El líder efectivo, el que cree en la trascendencia de la organización o de la causa más allá de su propia persona, forma permanentemente a quienes fungirán como directores en el futuro. De ahí que la verdadera delegación creadora, propia de un buen liderazgo, es la de delegar en los demás la tarea de hacerse a sí mismos – Carlos Llano Cifuentes.

El empresario, como líder de una organización viva y productiva, debe asumirse no como jefe sino como guía. El resultado de cualquier organización es el sello mismo de quien la comanda y la cabeza es precisamente lo que necesita que sean sus empleado, seguidores o colaboradores. Así la humildad se convierte en la llave para convertir un trabajo en equipo en la misión de un grupo unido.

*Alberto De la Barreda es licenciado en contaduría, maestro en administración pública y especialista en antropología filosófica. Profesor en la Academia de Control de la Información Directiva de la Facultad de Empresariales de la Universidad Panamericana.

Nota del editor: Este texto pertenece a nuestra sección de Opinión y refleja únicamente la visión del autor, no necesariamente el punto de vista de Alto Nivel.

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