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Opinión

Cómo gestionar los recursos humanos en la era post pandemia

13-09-2022, 6:00:00 AM Por:
© Depositphotos

Las organizaciones son un producto humano, centremos nuestra atención en ese ser humano, en fortalecerlo, desarrollarlo y potencializarlo.

Por Dra. Hilda Salazar Flores*

Constantemente mencionamos que el cambio es la única constante en la vida y en la vida organizacional, sin embargo, nunca lo habíamos vivido como ahora; esta frase metafórica se convirtió en toda una realidad en los dos últimos años en donde vimos transformarse todos y cada uno de los elementos del entorno humano, incluidos, por supuesto, los recursos humanos.

La reciente pandemia de COVID-19 y todas sus secuelas, tanto en la salud física y mental, como en la forma de desarrollar las actividades cotidianas, puso de manifiesto que las organizaciones, en su gran mayoría, no estaban listas para enfrentar los cambios que nos vimos obligados a instaurar; más aún, nos vino a demostrar lo frágiles de muchas de nuestras empresas que vieron su ciclo de vida llegar a su fin, o que al menos sufrieron fuertes pérdidas económicas y de mercado.

Sin embargo, dentro de todos los problemas que hemos tenido que enfrentar, también es fundamental recuperar los aprendizajes. Estamos aprendiendo a ser proactivos, a adelantarnos a todos los escenarios posibles, a ser creativos en la toma de decisiones y en la forma de enfrentar los retos que tales cambios nos vayan generando.

Dentro de dichos retos, quizás hoy por hoy, el más relevante sea la necesidad de gestionar nuestros Recursos Humanos pensando, primeramente, en lo que cada colaborador de nuestras organizaciones ha tenido que enfrentar en estos años, sus propias pérdidas y transformaciones, y después, en las necesidades presentes y futuras a las que tenemos que dar desahogo.

En muchos ambientes organizacionales fue necesario transitar del trabajo presencial al trabajo a distancia de la noche a la mañana y sin preparación previa, algunas empresas ya lo venían haciendo y eso les facilitó la transición; para muchas otras fue un periodo de ensayo y error, y para aquellas que por la naturaleza de su labor no pudieron llevar a cabo este proceso, se tuvieron que enfrentar a niveles nunca vistos de ausentismo y rotación de personal, lo que a su vez derivó en toda una serie de cambios en los procesos de atracción del talento, capacitación y desarrollo organizacional.

Ahora nos enfrentamos a una nueva situación, la incorporación otra vez del colaborador, en un ambiente mixto, con las competencias ya desarrolladas para el teletrabajo, pero al mismo tiempo, con la necesidad de regresar a ambientes socialmente dinámicos. Recordemos que los seres humanos somos gregarios por naturaleza, necesitamos estar con otros seres humanos, pertenecer a un grupo, sentirnos parte trascendente del mismo y compartir no solo el espacio personal, sino también el laboral.

Estos ambientes mixtos requieren en los gerentes y supervisores, el desarrollo de nuevas habilidades. Hablamos precisamente de la forma de supervisar colaboradores en espacios tanto presenciales como a distancia, y al mismo tiempo, de cómo organizar y coordinar las funciones, actividades y responsabilidades para lograr que nuestros equipos de trabajo alcancen los objetivos y metas propuestos, en colaboración, con eficiencia, potencializando los procesos de comunicación y evitando en la medida de lo posible, los conflictos.

También vienen nuevos retos en el establecimiento de indicadores del desempeño y las estrategias para evaluar los recursos humanos de forma objetiva y equitativa tanto en trabajadores que están a distancia, como en los presenciales, como en los que se desempeñan de forma alternada o que por salud deben de ausentarse por varios días.

¿Cuáles son los aspectos de la vida organizacional que nos exigen más atención en estas nuevas épocas?; definitivamente son muchos, pero el elemento central es la persona y sus diferentes componentes. Resulta fundamental centrar nuestra atención en la vida interna de nuestros equipos de trabajo; los ambientes mixtos pueden generar altos niveles de tensión y estresar o fracturar al equipo; debemos de buscar espacios para fortalecer tanto las relaciones interpersonales de ese equipo, como sus habilidades para el desarrollo de proyectos, la toma de decisiones, la negociación, la planeación y la ejecución del trabajo, además de que ellos deben de sentir que  tanto la supervisión como la evaluación son objetivas y respetuosas de la persona independientemente de que se trate de un colaborador presencial o uno a distancia.

Busquemos espacios para acercarnos a nuestra gente, explorar sus temores y problemáticas laborales y los factores de riesgo personales que pueden impactar en el desempeño organizacional, seamos observantes, practiquemos la escucha activa y seamos muy creativos en la generación de soluciones.

Y lo más importante, debemos de estar listos para el próximo gran cambio. En un mundo tan dinámico y poco predecible, las organizaciones debemos de marchar no uno, varios pasos adelante y tener las estrategias listas para actuar ante el abanico de posibles situaciones a las que nos vamos a enfrentar, desde una nueva pandemia, hasta una recesión económica, un desastre natural o la inminente transformación social.

Las organizaciones son un producto humano, centremos nuestra atención en ese ser humano, en fortalecerlo, desarrollarlo y potencializarlo y entonces los cambios serán en realidad pretextos para avanzar hacia la excelencia.

*Hilda Salazar es profesora de la Facultad de Ciencias de la Salud, Universidad Panamericana, Campus Ciudad de México.

Nota del editor: Este texto pertenece a nuestra sección de Opinión y refleja únicamente la visión del autor, no necesariamente el punto de vista de Alto Nivel.

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