Anasofía Sánchez: la mercadóloga que marca la ruta de Waze México

Hace 12 años, Anasofía Sánchez quiso entrar a Google y la respuesta fue: “Es imposible, si no tienes contactos. Hay demasiadas solicitudes”. Fue persistente. Invirtió dos años para formar parte de la firma.

Anasofía no conocía a nadie en el mundo de la tecnología. Su decisión y el deseo de incursionar en este ambiente la llevaron hasta la dirección general de Waze México, su cargo actual.

La primera clave del éxito de esta directiva es su perseverancia y, en segundo lugar, el perderle el miedo a las cosas. “No dejes de hacer algo por miedo o pena”. Este ha sido uno de los mayores aprendizajes que ha tenido en su carrera.

Recuerda una anécdota crucial para ella cuando trabajaba en YouTube, hoy una empresa de Google. “Cuando íbamos a lanzar el sitio, fui a hablar con mi manager y le dije: ‘Quiero el proyecto’. En el equipo éramos apenas 15 personas. A mí me apasionaba el producto muchísimo, pero le dieron el proyecto a otra persona. Mi jefa me dijo: ‘Qué bueno que te apasiona, pero se lo dimos al más antiguo de la compañía. Lo tuvimos que convencer para que lo tomara’.

De esta experiencia, Anasofía aprendió que siempre hay que levantar la voz por lo que quieres. “Lo peor es que te digan que no se puede. No te quedes con la frustración de preguntarte: ‘¿Y si hubiera hablado?’”. Así, Anasofía asumió el reto comercial de YouTube, lo que le dio mucho conocimiento de la región, porque trabajaba con otros países. “Ahí amplié mi visión y esto no habría pasado si me hubiera quedado en mi rol original”.

Luego enfrentó el reto de hacer crecer el negocio de Facebook en México, básicamente desde cero. Obtuvo crecimientos de tres dígitos y esto la llevó a Waze, que en 2013 fue adquririda por Google. Ella lideró la transición.

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No quería ser alta ejecutiva

Anasofía estudió la licenciatura en Mercadotecnia en el Tec de Monterrey. Después cursó una maestría en Comunicación, Publicidad y Nuevos Medios en el Instituto Nacional Superior de Estudios Económicos y Comerciales de Francia.

Empezó a desempeñarse en publicidad y siempre le gustó. Desde ahí fue encontrando su camino. “Tuve empleos y jefes buenos; otros, no tanto. Es un tema de resiliencia y tratar de ver el lado positivo de las cosas. Lo importante es evaluar lo que quieres en la vida y hacer un plan de carrera”.

¿Y tú querías ser alta ejecutiva? “La verdad, no. No tenía ese objetivo, pero siempre me gustó trabajar por el ejemplo de mi mamá. Hay que cumplir metas, aunque sean pequeñas, y adaptarse a lo que se te va presentando”.

Para Anasofía es muy importante la cadena de favores. “Muchas veces me preguntan si no me gustaría estar en casa, con mi esposo y mis hijos. Por un lado creo que sí. Por el otro, pienso que si ya llegué tan lejos, me gustaría abrir camino a más mujeres; ayudarlas a desarrollar habilidades y a que cumplan sus sueños”.

Su recomendación para las jóvenes que aún no saben qué les apasiona profesionalmente es definir bien qué quieren en la vida y probar un poco. “Al final, lo mejor es encontrar algo que te encante, porque así vas a disfrutar ir a trabajar todos los días”.

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Anasofía dice que no ha sufrido en el mundo empresarial por ser mujer. “Yo creo que mi personalidad influye. Nunca he tenido miedo de opinar ni de repetir las cosas 15 veces hasta conseguir que me escuchen. Alguna vez, en una junta, sí me pasó que di algunas ideas y no me hicieron caso. A los 20 minutos un compañero hombre dijo lo mismo que yo y lo aprobaron. Pero vas agarrando, como yo digo, piel de acero. Muchas de las cosas que pasan se me resbalan”, cuenta la ejecutiva.

Nunca ha tomado la posición de víctima (como nadie me escucha, entonces ya no voy a opinar). “Mi mamá dice que tengo piel de teflón. Que nada me importa. No es eso. Más bien, sé escoger las batallas. Se trata de hacer un análisis estratégico para saber si pelear vale la pena o no”.

Define su carácter como ligero; no se toma las cosas tan a pecho ni se ofende fácilmente. “He escuchado comentarios que tal vez a otra persona la harían sentir mal, pero yo voy para adelante. Las cosas que pasaron, pasaron. No hay mucho por hacer. Hay que aprender de los errores y de los éxitos”.

Anasofía es casada y tiene dos hijos. Afortunadamente, en las empresas de tecnología los horarios fijos no existen. Son más bien negocios de objetivos y resultados. “Obviamente, le invierto muchísimas horas, aunque con la flexibilidad de poder trabajar donde quiera”.

Alguna vez alguien de su equipo le dijo que siempre era muy eficiente. “Yo creo que es la práctica. Sé que tengo que acabar tal tarea en tantas horas y lo hago. La cultura del mexicano es dejar las cosas al final o salir a tomar un café y perder una hora. Yo me organizo bien y estoy enfocadísima en los resultados que necesito obtener”, dice.

La filosofía en frases desde Waze

“Nunca dejes de hacer algo por miedo o pena. A veces nosotras mismas nos echamos para atrás. Tienes que intentarlo; tratar de ir para adelante”.

“Siempre levanta la voz por lo que quieres. Lo peor es que te digan que no se puede”.

“Ve el lado positivo de las cosas”.

“No tomes la posición de víctima”.

“Hay que cumplir metas, aunque sean pequeñas, y adaptarse a lo que se te va presentando”.

“Ten piel de acero o de teflón. Que las cosas malas se te resbalen. Escoge tus batallas. Haz un análisis estratégico para saber si vale la pena pelear”.

“No te tomes las cosas tan a pecho ni te ofendas fácilmente”.

“Si quieres llegar a ser una alta ejecutiva, fíjate con quién te vas a casar. En nuestra cultura todavía es difícil que el hombre entienda que debes salir de viaje o que a veces vas a estar estresada”.

Estivaly Calva Reportera.