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2020: La prueba para la Cuarta Transformación

27-12-2019, 6:00:41 AM Por:
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La Cuarta Transformación tendrá la oportunidad de mostrar que para su segundo año de existencia ha gestado una administración pública eficaz y eficiente. Será el momento de cumplir con las expectativas.

Nota del editor: El siguiente artículo forma parte de las perspectivas económicas de varios especialistas en The Golden Book 2020 de Alto Nivel, ya a la venta al público.

Por José Luis de la Cruz Gallegos*

La crisis de 1982 representó un punto de quiebre, un cambio estructural del que México no ha logrado reponerse. Ante la falla del modelo económico, los sucesivos gobiernos han implementado diversas políticas asistencialistas que no fueron capaces de superar las restricciones generadas por la falta de crecimiento y el aumento en la inequidad. El resultado electoral del 2018 se encontró asociado a casi cuatro décadas de un crecimiento mediocre (el famoso 2%) que incubó pobreza (52 millones de mexicanos) porque el mercado laboral es predominantemente informal (57%) y de bajas remuneraciones (cerca del 70% de los mexicanos no gana más de 3 salarios mínimos).

Dicha realidad económica y social, junto con la inseguridad y corrupción, fue lo que impulsó a millones de mexicanos a votar por un cambio.

En este sentido, durante el 2020 la Cuarta Transformación será sometida a prueba. A la herencia citada se debe agregar la deuda social y económica contraída en 2019.

El cero por ciento de crecimiento implicó una generalización de la precariedad: más población tiene que vivir con un nivel de riqueza similar a la acumulada hasta el 2019.

El nulo crecimiento fue acompañado por una recesión en la actividad industrial, una tasa negativa en la inversión pública y privada, así como un consumo privado que aumentó 0.9% en los primeros meses del 2019. No debe sorprender el bajo nivel de la inflación cuando el consumo no aumenta.

Sin el T-MEC (no aprobado hasta el momento en que se escribe esta opinión), con la desaceleración industrial de Estados Unidos y Europa, así como una crisis social, política y económica en América del Sur, México tendrá que ver hacia su mercado interno, si desea evitar un segundo año de debilidad económica. Negar la relevancia del crecimiento económico ya no será una opción.

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No será una tarea fácil. La Cuarta Transformación aún no cuenta con un modelo económico propio: el presidente López Obrador confía en la política industrial, pero en la práctica sigue vigente la lógica de apertura comercial heredada desde el gobierno de Ernesto Zedillo.

En el mismo sentido, la política fiscal es de un modelo clásico, no de un Estado Desarrollador: se reduce la inversión física (-5.4% para el 2020) y se insiste en mantener un superávit primario para evitar un conflicto con los organismos financieros internacionales.

La austeridad aplicada en 2019 ha condicionado al gasto de gobierno: para el 2020 el gasto corriente tendrá un impacto marginal en el crecimiento. Hay dos razones: desde el 2004, es decir estructuralmente, el gasto público no genera valor agregado y los cambios implementados en la administración pública implican una curva de aprendizaje que no ha concluido.

Hay un riesgo importante: el gobierno elaboró un presupuesto basado en un crecimiento de 2% y un aumento de 200,000 barriles diarios en la plataforma de producción diaria de petróleo. Si ello no ocurre tendrá que recurrir a lo que resta del fondo de estabilización para compensar los ingresos faltantes (en 2019 ya utilizó 150,000 millones de pesos, el 60% del total).

El crecimiento de 2% es algo poco factible y en Pemex se encuentra la respuesta sobre la capacidad de aumentar la producción de petróleo. Ahí se definirá si el gobierno contará con los recursos que ha planificado. En ese terreno estarán las calificadoras financieras para evaluar si el modelo de Pemex alcanzó los objetivos que el propio gobierno planteó.

La Cuarta Transformación tendrá la oportunidad de mostrar que para su segundo año de existencia ha gestado una administración pública eficaz y eficiente. Será el momento de cumplir con las expectativas.

De momento, la tendencia de la economía nacional indica que el 2020 seguirá el mismo sendero del 2019, pero con un riesgo importante: sin un acuerdo político con el sector privado, la debilidad económica pondrá en riesgo la salud de un mercado laboral que ya vive en la precariedad.

*José Luis de la Cruz Gallegos es director del Instituto para el Desarrollo Industrial y Crecimiento Económico (IDIC)

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autor Equipo de jóvenes periodistas cuyo objetivo es explicar las noticias más relevantes de negocios, economía y finanzas. Nos apasiona contar historias y creemos en el periodismo ciudadano y de servicio.
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