Vuelven las acciones ‘meme’, ¿otra burbuja financiera?
El riesgo de las acciones meme consiste en que sus precios pueden subir vertiginosamente, pero también caer con la misma velocidad.
2023 trajo de vuelta a las acciones ‘meme’. Puede parecer una broma sin mayor trascendencia, pero cada vez más analistas muestran su preocupación sobre cómo este fenómeno puede poner al mercado en aprietos.
Las acciones meme son denominadas así porque son títulos de empresas cotizadas en el mercado cuyo precio se ve impulsado por plataformas que agrupan a miles de pequeños inversionistas. Las redes sociales también hacen su tarea.
Los comentarios en redes sociales atraen a potenciales pequeños inversores que, de otra manera, probablemente no comprarían acciones. Gracias a la acción conjunta se dispara su valor.
Así ocurrió hace no mucho en un caso de acciones meme, el de la cadena de tiendas de videojuegos GameStop, que llegó a revalorizarse 600 por ciento en unas horas.
Sube y baja
El riesgo de las acciones meme consiste en que sus precios pueden subir vertiginosamente, pero también bajar con la misma magnitud y velocidad. Son altamente riesgosas por su volatilidad, lo que desde luego no es aconsejable para quienes son poco tolerantes al riesgo.
Para algunos, las acciones meme son el reflejo de la democratización de la inversión en bolsa y el auge de las redes sociales como medio de información. En los años recientes, factores como los confinamientos generados por la pandemia incentivaron la operación online y el intercambio entre los inversores, impulsando este tipo de acciones en los mercados.
Las acciones meme también tienen otro tipo de características comunes: son empresas de pequeña capitalización, pero muy conocidas por los inversores, este último factor provoca que muchos usuarios se sientan atraídos por cierto tipo de valores.
Las acciones meme carecen de fundamentales que las soporten y son muy volátiles, es una característica determinante en este tipo de emisoras.
Hay acciones meme que incluso suelen ser empresas que tuvieron su auge años o décadas atrás, lo que estimula la empatía con empresas que ya están lejos de sus mejores tiempos.
Por ejemplo, Nokia, Blackberry, Bed Bath & Beyond, Clean Energy o Microvision, son acciones meme que en este momento los inversores consideran por lo que representaron en su momento.
El riesgo es que este tipo de acciones pueden llegar a registrar burbujas que han explotado en diversas ocasiones, hasta ahora no se ha generado un gran colapso, pero no deja de impactar en los pequeños inversionistas y de representar un riesgo potencial en el mercado, tal como sucedió en 2021 y que estuvo a punto de colapsar Wall Street.
La burbuja de 2023
En 2023, las acciones meme vuelven a la carga: está en marcha una burbuja que tiene a muchos ocupados en generar utilidades, pero a otros los tiene pendientes para tratar de ubicar los primeros signos de lo que puede ser un desastre si la burbuja estalla inesperadamente, como casi todas las burbujas.
Ejemplos existen y son muchos: la compañía estadounidense de venta de coches de segunda mano, Carvana, no es rentable hasta el día de hoy. Además, acaba de reestructurar su deuda para mantener cierta solidez y viabilidad financiera en una economía cambiante y de riesgos. Una empresa pequeña, de muy baja capitalización y nula influencia en el mercado.
Pese a todo lo anterior, la acción de la emisora registra al cierre de este miércoles en la bolsa de Nueva York una espectacular ganancia de 1,077.21 por ciento, algo que podría denominarse como un boom, de no ser por el tipo de emisora que es.
Otro ejemplo, Coinbase, la plataforma de intercambio de criptomonedas se encuentra inmersa en una batalla legal con el regulador del mercado americano (SEC, por sus siglas en inglés) acusada de operar como un bróker sin tener licencia para ello. No obstante, el precio de su acción registra una ganancia 211.24 por ciento en el año, ha más que duplicado su precio inicial de 2023.
Muchas son las emisoras meme que, al parecer, viven un momento estelar medido por el impulso de su acción en el mercado, pero podría no ser una buena noticia en el fondo. Su fragilidad es extrema, en cualquier momento el recuerdo de la sobrevaloración de 2021 en este tipo de emisoras podría regresar y acabar en el mismo desastre para los pequeños inversores, como aquellos que sufrieron las consecuencias de la explosión de la burbuja de hace dos años, que hoy pocos recuerdan.
Pareciera que este tipo de acciones cotizan en realidad por impulsos ficticios o que se hacen ‘virales’ en un momento dado, sin sustento financiero alguno, sin esos llamados “fundamentos” que por siglos han dominado en el mercado y que están al mismo tiempo respaldados por cifras, datos duros y ciencias económico-financieras. Las acciones meme parecen desafiar estas leyes no escritas del mercado.
Acciones meme están inflándose
Lo que sucede en estos meses recientes no ha pasado desapercibido para quienes siguen de cerca los latidos del mercado y escudriñan lo que sucede en él cada día.
Recientemente el Bank of América (BofA) señaló que el posicionamiento minorista en la renta variable es el más alcista desde finales de 2021, especialmente en este tipo de emisoras.
El banco hace un señalamiento a la enorme brecha que, desde su punto de vista, hay entre los inversores individuales y los institucionales. Los primeros han llenado su cartera indiscriminadamente con acciones, al grado de que ya representan 66 por ciento del total de sus activos, mientras que los gestores siguen dentro de la bolsa, pero bajo sus reglas y límites de operación.
Según los especialistas del BofA, hay un dato que debe poner a reflexionar a quienes operan en los mercados de renta variable: según la Asociación Americana de Inversores Individuales (AAII, por sus siglas en inglés), el sentimiento alcista encadena seis semanas por encima de la media histórica, lo que representa la mayor racha desde el verano de 2021, nuevamente una similitud con aquellas épocas, hace apenas dos años.
Este comportamiento genera cautela para algunos analistas, debido al antecedente de 2021, cuando la euforia alcista llevó tan arriba al mercado que lo lógico era el desplome, y sucedió. En esos tiempos, los minoristas se lanzaron a comprar acciones meme por el miedo a quedarse fuera, pero hubiera sido preferible para muchos de ellos.
Pero lo que sucede en este tipo de emisoras es también riesgoso para el mercado en general. Por ejemplo, los analistas explican que este tipo de valores concentran posiciones cortas, por lo que su subida o eventual desplome puede acabar volviéndose en contra del S&P 500 y de la bolsa en su conjunto.
Para varios analistas que vivieron la caída de 2021, el optimismo del mercado podría ocultar un ajuste de fuertes magnitudes si sigue inflándose el mercado, entre otras cosas porque la política monetaria sigue trasladándose a la economía y continuará ralentizándola, podría generar una mayor debilidad en el futuro.
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