Buscador
Ver revista digital
Finanzas

El salario mínimo, la eterna maldición de los mexicanos

30-10-2017, 6:00:29 AM Por:

La voz es unánime: el salario mínimo debe subir, sin embargo, ¿Qué efectos tendría esto en la economía?

En México, los 7.57 millones de trabajadores que ganan hasta un salario mínimo, 2,441pesos mensuales, están a la expectativa de recibir un incremento en las próximas semanas, lo cual no solo es un tema de justicia social, sino que también cobra relevancia en el contexto de la renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN).

“Los salarios mínimos generales deberán ser suficientes para satisfacer las necesidades normales de un jefe de familia, en el orden material, social y cultural, y para proveer la educación obligatoria de los hijos”, dice el artículo 123 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.

No obstante, el actual mínimo ni si quiera cubre la línea de bienestar de 2,899.60 pesos mensuales que calcula el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) y lo cual implica un salario de 95.07 pesos diarios. Actualmente es de 80.04 pesos.

Esta línea de bienestar mínimo contempla los gastos de la canasta alimentaria y no alimentaria, esta última incluye educación, salud, transporte, vestido, esparcimiento, entre otros y solo cubre las necesidades de una persona. La línea de bienestar mínimo cambia cada mes conforme se mueven los precios de las mercancías y servicios que contempla.

Un bajo salario mínimo, además genera un efecto gravitacional al resto de los salarios, ya que los empleadores pueden usarlo como justificación para no pagar una mayor remuneración.

Pero ahora ha sido parte del sector privado quien pide un ajuste al salario mínimo. La Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex) ha pedido elevarlo a 95.24 pesos diarios, mientras que el Consejo Coordinador Empresarial (CCE) ha dicho que primero se debe contar con los estudios de las entidades gubernamentales correspondientes, para determinar si el incremento se hace en un solo paso o paulatinamente.

El Consejo de representantes de la Comisión Nacional de los Salarios Mínimos (Conasami) concluyó la semana pasada que existen las circunstancias económicas que justifican un aumento del salario mínimo, aunque no dijo el monto en que se incrementará.

En este escenario, el secretario del trabajo, Alfonso Navarrete, dijo en una entrevista al diario Reforma que, lo recomendable sería llevar el mínimo a 90 pesos, ya que los 95 no generan consensos entre los actores involucrados.

“La propuesta de la Coparmex viene de un análisis técnico, desde ese punto de vista es viable para los empresarios subir el salario a los 95 pesos, pero ahora el gobierno dice que no, sin argumentos técnicos”, comentó en entrevista el responsable de incidencia de Acción Ciudadana Frente a la Pobreza, Héctor Rubio.

El llamado de la Coparmex a elevar el salario mínimo resuena en medio del proceso de renegociación del TLCAN, en el que los gobiernos de Estados Unidos y Canadá, han señalado a México por usar sus bajos salarios como una ventaja competitiva.

México paga los salarios más bajos de los países que integran la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), según sus estimaciones. Al año, el salario mínimo real, es decir, descontando los efectos de la inflación, es de 1,896 dólares; en Colombia es de 6,950, en Estados Unidos de 14,892 y en Canadá de16,792 dólares.

¿Qué genera el aumento?

A finales de 2016, el anuncio para aumentar el salario mínimo de 73.04 a 80.04 pesos diarios provocó temores de que esto causara efectos adversos en la economía, como mayores tasas de inflación. Hasta ese entonces el mínimo solo aumentaba por debajo de la inflación.

La evidencia empírica en México ha demostrado que estos aumentos no afectan los precios. En 2012, cuando el gobierno de Felipe Calderón unificó las zonas económicas en las que se dividía el país para el pago de los salarios, el mercado laboral se vio beneficiado y además, no se registraron aumentos de inflación.

El salario mensual real creció en 4.2% para los trabajadores de la zona B. Mientras que el aumento para los trabajadores de menores ingresos fue de 6.6%, según el estudio ‘El impacto del salario mínimo en los ingresos y el empleo en México’ de la CEPAL.

No obstante, el aumento a los 80 pesos que entró en vigor en 2017, fue devorado por la inflación generada por la depreciación acumulada del peso frente al dólar de 2015 a 2016 y el alza en los precios de las gasolinas y el diesel, lo que hasta ahora se ha comido cerca de 40 pesos de un salario mínimo.

“Con el aumento de la inflación no vimos los efectos del salario mínimo. Lo que nos dice la experiencia internacional es que hay efectos positivos, aumenta el consumo, hay una activación económica. Lo que veríamos son beneficios a las ventas de los empresarios y tendrían una compensación”, dice Rubio.

Untema de justicia social y distributiva

La discusión por la recuperación del salario mínimo comenzó desde hace cuatro años, impulsada por el jefe de gobierno de la Ciudad de México, Miguel Ángel Mancera y el secretario de Desarrollo Económico, Salomón Chertorivsky.

El origen del bajo nivel del mínimo es el resultado de la manipulación salarial para contener las presiones inflacionarias en la década de 1980. La inflación causaba la necesidad de ajustar el tipo de cambio para evitar la sobrevaluación de la moneda, pero el ajuste al tipo de cambio causaba más inflación.

“La inflación hacía necesario incrementar los salarios para evitar una merma en el poder adquisitivo, pero el aumento en el costo laboral unitario causaba inflación. Con el afán de eliminar esta “inercia” y reducir la inflación, se decidió que era vital romper estos círculos, por lo que se determinó aumentar el salario mínimo por debajo de la inflación con el fin de lograr una mayor estabilidad de precios”, explican los economistas Jonathan Heath y Sergio Martín en el artículo ‘El salario mínimo. Un recuento del debate público’.

“México tiene un verdadero rezago del salario mínimo, siempre sale mal pareado. En términos de justicia el salario mínimo exacerba la desigualdad. Básicamente es un tema de justicia distributiva. Este es justo el momento adecuado para hacerlo porque ningún partido político se lo puede atribuir”, comentó Marcelo de la Jara, director del programa de crecimiento económico y mercado laboral del Centro de Estudios Espinosa Yglesias.

En este sentido Rubio indicó que los ajustes al salario mínimo deben realzarse de manera periódica, para evitar aumentos agresivos.

autor Economista-Reportera, escribo sobre política fiscal y monetaria
Comentarios