Continuará solidez del peso, pero aumentos de tasas de interés golpearán a México
De este modo, la estabilidad cambiaria relativa será entorpecida por el ajuste de tasas más importante en el presente siglo.
El escenario económico y financiero para los próximos meses en nuestro país está “dibujado”, a menos que suceda algo que modifique diametralmente las cosas.
Podemos decir que, en dicho escenario, hay una noticia buena y una mala, de lo que suceda en el mundo dependerá qué tanto nos beneficia una y qué tanto nos perjudica otra.
Tipo de cambio, acabamos con los demonios
Hace todavía algunos años las turbulencias cambiarías golpeaban con fuerza a nuestro país cuando la volatilidad global se incrementaba.
No quiere decir que no vaya a suceder, pero al menos en lo inmediato hay factores que hacen del peso una divisa relativamente estable.
La mejor prueba la tuvimos la semana pasada, cuando los bancos centrales de Inglaterra y Corea del Sur intervinieron en sus mercados para tratar de estabilizar sus divisas que se hundían contra el dólar.
Asimismo, el banco central de China, que no es cualquier banco, aconsejó a los 5 bancos comerciales más grandes de su país estar preparados para intervenir en el mercado, de ser necesario, ante la fortaleza del “Super-dólar”; el Banco de Japón y el Banco Central Europeo también mandaron señales de sus preocupaciones por lo que sucedía en los mercados cambiarios.
Mientas tanto, en México el peso se mantuvo dentro de un rango de flotación entre 20.10 y 20.40 pesos por dólar, nada mal si se consideran las turbulencias cambiarías globales.
Lo hemos señalado muchas veces, mientras nuestro país mantenga su diferencial de tasas con Estados Unidos, poco tendrá de qué preocuparse.
También debemos reconocer que las finanzas públicas están relativamente estables y que se mantiene la disciplina fiscal heredada de otras administraciones.
Salvo que suceda otra cosa que mueva lo anterior, es posible que el peso siga más o menos sólido, sin grandes variaciones.
Esto será sin duda una buena noticia porque la economía mexicana se ahorrará varios dolores de cabeza con un peso estable que no contamina con más inflación.
Tasas, el impacto será fuerte
Hace unos meses era casi imposible pensar que las tasas en México alcanzarían el doble dígito.
Lamentablemente las proyecciones más recientes ya no solamente consideran una tasa de doble dígito para el corto plazo en la economía mexicana.
Además, esperan que podría ir más allá de 10 por ciento, ubican ya un nivel de hasta 11 por ciento y con riesgo al alza.
De este modo, la estabilidad cambiaria relativa será contrariada por el ajuste de tasas más importante en el presente siglo, las nuevas generaciones no sabían, hasta ahora, de tasas e inflación tan elevadas.
El aumento de las tasas va a desacelerar a la economía, en el mejor de los casos. Pero en el escenario más negativo, que muchos ya consideran, habrá una recesión derivada de este aumento de tasas.
Algunos economistas consideran que incluso lo mejor que le podría pasar a México sería un período de estanflación, es decir bajo o nulo crecimiento con inflación relativamente alta.
Este escenario sería mejor que el de una recesión, que es el panorama menos conveniente siempre, pero hacia donde podrían ir la economía de México y el mundo.
El riesgo del escenario anterior consiste en que refleja una economía muy frágil y, como se decía antes: “una economía agarrada con alfileres”.
Esto último no es privativo de nuestro país, pero es todavía más preocupante ya que esta mismo “escenario dibujado” depende mucho de lo que pase fuera de nuestro país, en donde ni las autoridades ni los mercados mexicanos tienen forma de controlar lo que suceda.
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