FGR no procesó a Salvador Cienfuegos porque EU no le envió pruebas
En la versión pública de la investigación contra el militar en retiro se asegura que el país vecino no proporcionó elementos suficientes para una acusación.
La Fiscalía General de la República (FGR) decidió no ejercer acción penal en contra del exsecretario de la Defensa Nacional, Salvador Cienfuegos Zepeda, porque la autoridad estadounidense no le envió los suficientes elementos de prueba que permitieran acusar al exfuncionario, de acuerdo con las conclusiones de la carpeta de investigación abierta en contra del general en retiro, cuya versión pública fue dada a conocer por la misma Fiscalía.
“Todas las pruebas que la autoridad estadounidense remitió se refieren estrictamente a mensajes que se dirigieron entre sí quienes eran considerados como integrantes de un grupo delictivo que operaba en el Estado de Nayarit, y ninguno solo de esos mensajes puede adjudicarse” a Cienfuegos, asegura la agente del Ministerio Público encargada de realizar el acuerdo de no ejercicio de la acción penal.
La Fiscalía se refiere a que, como pruebas, solo contaron con el material que el Departamento de Justicia estadounidense le envió al Canciller mexicano, Marcelo Ebrard, en el que se da cuenta de las intervenciones telefónicas hechas por la Agencia antidrogas de ese país (DEA, por sus siglas en inglés) a los aparatos y líneas de presuntos delincuentes que operaban en territorio estadounidense, quienes a su vez se comunicaban con personas que habrían realizado actividades de narcotráfico en México.
En esas comunicaciones, que fueron intervenidas con autorización de un juez norteamericano, se mencionan a diversos exfuncionarios mexicanos, incluyendo a Salvador Cienfuegos, y a una persona apodada como el Padrino, a quien la DEA y el Departamento de Justicia estadounidense identifican como el exsecretario de la Defensa Nacional. La tarde del viernes pasado, ese expediente fue publicado en internet por la Cancillería de nuestro país.
Esos chats telefónicos, contenidos en un documento de 751 páginas, mencionan 14 veces a Cienfuegos, y en 139 ocasiones al Padrino.
Pero estos elementos, a decir de la Ministerio Público que redactó el acuerdo referido, son insuficientes “para ligar el mensaje a persona alguna”. La autoridad mexicana agrega que “se necesita mucho más” para poder establecer una responsabilidad, de lo contrario “se llegaría al extremo de que la sola conversación entre dos personas sirva para imputar a alguien de un delito, lo que atentaría contra la más elemental presunción de inocencia y contra el más elemental sentido común”.
En estas conclusiones, la FGR admite que solicitó “la totalidad” del cuerpo probatorio de la acusación hecha en la Unión Americana contra el exsecretario de la Defensa Nacional, aunque -enfatiza- que solo recibió de las autoridades del país vecino, además de los chats de la DEA, las actuaciones que se hicieron en la Corte del Distrito Este de Nueva York, cuando Cienfuegos Zepeda ya se encontraba detenido en Estados Unidos el año pasado.
Estos últimos documentos son parte del procedimiento inicial contra el general en retiro ante la Corte neoyorquina, se trata de las actas con la lectura de cargos y otros acuerdos entre la Fiscalía estadounidense y el juez del caso, pero no de las pruebas completas que sostienen la acusación hecha en ese país.
Por lo anterior, y a pesar de que la FGR “practicó las diligencias necesarias para el esclarecimiento de los hechos puestos en su conocimiento”, la Ministerio Público advirtió que no se reunían “los requisitos necesarios para el ejercicio de la acción penal, toda vez, que no fue posible establecer alguna conducta descrita por la ley como delito”.
La declaración de Cienfuegos
La versión pública de la carpeta de investigación, que dio a conocer la FGR en su página de internet la noche del sábado pasado, consta de dos tomos contenidos en 60 archivos y ocho anexos. En conjunto son más de 6,000 páginas que -en una buena proporción- están censuradas.
No obstante, en el acuerdo de no ejercicio de la acción penal a favor de Salvador Cienfuegos Zepeda, se encuentra, con poca censura, la declaración que hizo el militar ante el Ministerio Público el pasado 9 de enero. En ella el exfuncionario niega cualquier participación en actividades delictivas, y aporta datos de prueba para controvertir los señalamientos en su contra que se hacen en los chats de la DEA.
Por ejemplo, en las comunicaciones interceptadas a los presuntos delincuentes se menciona que el 10 de diciembre de 2015 el Padrino mencionó estar jugando golf, pero Cienfuegos entregó documentos que certifican que en ese momento se encontraba en una ceremonia oficial en la ciudad de Piedras Negras, Coahuila.
En otra de las conversaciones captadas por la DEA se dice que el Padrino sostuvo un encuentro con un cabecilla del cartel del H2 en la Ciudad de México, en tanto que el exfuncionario aportó a la FGR datos probatorios que indican que se encontraba en una reunión del gabinete de seguridad en Acapulco, Guerrero.
El cartel del H2 era dirigido por Juan Francisco Patrón Sánchez, quien habría sido miembro de la organización delictiva de los Beltrán Leyva en el estado de Nayarit. Patrón, apodado el H2, siempre según los chats de la DEA, habría tenido varias comunicaciones con el Padrino, alías con el que el Departamento de Justicia de Estados Unidos identifica a Salvador Cienfuegos.
El teléfono del general
La FGR afirma que la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) le informó que Cienfuegos nunca tuvo un Blackberry, el dispositivo que según la DEA habría utilizado el Padrino para comunicarse con los presuntos delincuentes.
Al respecto, en su declaración ministerial, Cienfuegos Zepeda comenta que los chats de la DEA son “mensajes transmitidos desde un teléfono Blackberry, siendo que mi teléfono, con número (parte censurada) que utilizaba entonces y que conservo hasta la fecha, no es de esa marca ni características”.
En ese tenor, en el recuento de todo lo contenido en la carpeta de investigación, la Ministerio Público que redactó el acta no reporta que se haya investigado esa línea telefónica, junto con su aparato. Si bien no se trataría de un Blackberry, si el número actual del general en retiro es el mismo que tenía cuando fue titular de la Sedena, según declaró él mismo, una investigación exhaustiva debió incluir la solicitud para que un juez autorizara su intervención.
La Fiscalía tampoco detalla si solicitó a la Sedena el inventario completo de los aparatos telefónicos que se usaban entre los subalternos inmediatos de Salvador Cienfuegos. De hecho, solo se detalla que las solicitudes hechas a la Secretaría de la Defensa Nacional se refirieron exclusivamente al teléfono usado por su extitular.
En contraste, la FGR sí pidió a las compañías de celulares en nuestro país los registros de los aparatos involucrados en la investigación de la DEA, pero estas respondieron que, de acuerdo con la ley, solo guardan ese tipo de información durante dos años, por lo que en México se ha perdido por completo el rastro de esas comunicaciones.
Surya Palacios Periodista y abogada, especialista en análisis jurídico y de derechos humanos. Ha sido reportera, conductora de radio y editora.