México se queda fuera del plan de inversiones global de Iberdrola
La tercera compañía eléctrica más grande del mundo invierte 75,000 mde en el periodo 2020-2025. Pero México no figura en los destinos preferidos.
La salida de Iberdrola de México no es poca cosa, se trata de un gigante global que además tiene una de las estrategias más contundentes en lo que será el futuro de la energía: la sustentabilidad. Eso se traducirá en miles de millones de dólares en inversiones que ahora se pensará más de dos veces destinarlos al país ante el entorno adverso para el capital.
Un gigante global
Iberdrola es la tercera compañía más grande del sector eléctrico a nivel global.
De acuerdo con cifras de Statista.com, la mayor eléctrica del planeta es la estadounidense NextEra Energy, con un valor de mercado de 160 mil millones de dólares al cierre de 2022. La segunda más importante es la italiana Enel, cuyo valor de mercado en la misma fecha fue de 158 mil 800 millones de dólares.
Iberdrola, de España, ocupa la tercera posición en el ranking con un valor de mercado de 90 mil millones de dólares. Cierran el top 5 la estadounidense Duke Energy con un valor de 79 mil millones de dólares y la asiática China Yangtze Power que tiene un valor de mercado de 73 mil millones de dólares.
La Comisión Federal de Electricidad (CFE) no aparece en los primeros 20 sitios del ranking.
La salida de una empresa de un país siempre es lamentable, pero más impacta cuando se trata de compañías globales y de vanguardia, como es el caso de Iberdrola, empresa que en los hechos ha dejado de operar en el mercado eléctrico mexicano, salvo por una mínima presencia en el área de renovables.
Inversión histórica en el mundo, México fuera
Iberdrola contempla inversiones históricas para los próximos años, miles de millones de euros, o dólares, en un plan estratégico enfocado en lo que ha llamado la Green Recovery, o Recuperación Verde.
En noviembre pasado, Iberdrola informó lo siguiente a sus accionistas.
“Ante la crisis sanitaria, económica y social provocada por la pandemia de la COVID-19, se ha intensificado el debate sobre la relevancia del clima, el medioambiente y la biodiversidad para la salud de las personas. Importantes instituciones y líderes políticos y sociales proponen la recuperación como una oportunidad para impulsar la transición hacia un nuevo modelo socioeconómico que sea climáticamente neutral, resiliente, sostenible e inclusivo”
Con estas palabras puso en manos de sus accionistas e inversionistas su plan estratégico de crecimiento e inversión.
En dicho plan la compañía definió los países más relevantes y de mayor potencial para sus inversiones, México no estaba considerado desde entonces.
Pero lo más grave es que, en dicho plan, nuestro país no aparece mencionado en ningún rubro.
Iberdrola detalló en su plan estratégico el monto de las inversiones que realizará en los próximos años en el marco de su estrategia de inversión.
Este plan lo definió como: la ejecución de un plan de inversiones histórico dirigido a consolidar el modelo de negocio de la compañía, basado en más energías renovables, más redes, más almacenamiento y más soluciones inteligentes para sus clientes.
Enseguida, definió los montos de sus inversiones.
“La compañía ha lanzado un plan de inversiones histórico de hasta 75,000 millones de euros para el periodo 2020-2025 (6 años), de los cuáles 68,000 millones de euros son inversiones orgánicas y 7,000 millones se destinarán a la adquisición de otros recursos.
Iberdrola señalaba que las inversiones estarán focalizadas en países con ambiciones climáticas y rating A.
Por geografías, el 85% se destinará a Europa y los Estados Unidos y, en conjunto, a más del 83% en países con calificación crediticia A.
Por negocios, el plan refuerza el compromiso de inversión en redes y renovables. Así, el 51% de ese crecimiento orgánico se destinará a renovables, enfocado principalmente en los Estados Unidos y Brasil.
Oportunidad perdida
México perdió una gran oportunidad de captar un porcentaje de los miles de millones de dólares de Iberdrola, ojalá no se vaya a volver una tendencia en la industria ante la falta de piso parejo, reglas claras y certeza jurídica.
El nacionalismo del Siglo XXI ya no puede ser idéntico al de los años setenta del siglo pasado, hoy el mundo está globalizado se quiera o no.
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