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Economía

Iberdrola anunció desinversiones en México ¡desde noviembre de 2022!

05-04-2023, 8:59:22 AM Por:
© Europapress

Sí pesó la animadversión del gobierno mexicano, pero hubo un factor más importante y estratégico que ya consideran las empresas de primer mundo.

La salida de una empresa de un país siempre es preocupante, Iberdrola sale de México, se va, hay que decirlo con todas sus letras. Así debe verse la operación que anunció Iberdrola con el gobierno mexicano, que éste último celebró con lo que llamó “una nueva nacionalización”, aunque en los hechos es el adiós de la empresa para enfocarse en mercados más estratégicos y, sobre todo, más ecológicos.

Además, no se puede hablar de una “nacionalización” cuando el mecanismo de compra de los activos de la compañía dejó muchas dudas, sobre todo porque el origen de los recursos, al parecer, no provendrán directamente de las arcas del gobierno, se trata de una operación con altos niveles de opacidad.

La transacción no debe verse como un triunfo del nacionalismo mexicano, cualquier cosa que eso signifique. Por otro lado, la venta de los activos que hace Iberdrola a la Comisión Federal de Electricidad (CFE) no quiere decir que la empresa mexicana obtendrá de manera inmediata más eficiencia y rentabilidad, como no lo ha hecho en estos años.

Incluso, tan pronto se hizo el anuncio, el primer punto de preocupación entre analistas fue la baja capacidad de la CFE para abatir los costos de generación de electricidad, algo que la ha vuelto poco rentable.

Estrategia anunciada

Empresas como Iberdrola no hacen movimientos basados en el humor de sus directivos. Si algo suelen utilizar es la planeación y la estrategia. El plan estratégico de Iberdrola para los siguientes años fue presentado el pasado 9 de noviembre en España y preveía desinversiones y alianzas de 4 mil 900 y 2 mil 500 millones de dólares, respectivamente.

Es cierto, la compañía no señaló específicamente en qué iba a desinvertir, pero era evidente que ante el entorno de animadversión del gobierno mexicano en funciones contra la compañía, el negocio en México era un fuerte candidato.

Iberdrola no vio certeza jurídica en el país, ese con toda seguridad fue el párrafo final del análisis que hicieron los altos directivos de la compañía cuando escogieron el destino en el que iban a desinvertir. Dadas las condiciones políticas, nadie más podría competir con México en estos momentos en los mercados en los que Iberdrola está presente.

Pero no solo fue por temor al gobierno, ni el hecho de que su contraparte española no haya respondido la exigencia de México para ofrecer disculpas por La Conquista, tampoco debido a que esta empresa había contratado al expresidente Felipe Calderón y la exsecretaria de energía Georgina Kessel una vez que salieron de sus funciones; aunque todos estos factores sí determinaban una baja rentabilidad para Iberdrola los próximos años, algo que en el corporativo no estaban dispuestos a permitir, considerando sobre todo la enorme presión de la competencia a nivel global y todos los retos que existen en el sector.

Ante un nacionalismo mal entendido, lo mejor era salir de México y enfocarse en mercados más rentables, por ejemplo, Estados Unidos.

En su plan estratégico anunciado noviembre del año pasado, la eléctrica también se fijó como objetivo ser neutra en carbono para 2030 en sus centrales de generación y consumos propios y en todas sus actividades a partir del año 2040. Con esta operación, la de México, Iberdrola obtendrá parte de los recursos para impulsar y alcanzar estos objetivos.

Las emisiones actuales de CO2 por KWh del grupo eran de 88 gramos al cierre de 2022 (96 en 2021), con una capacidad de generación libre de emisiones en el 85% desde el entorno del 70% actual.

Venta de 80% del negocio mexicano

Iberdrola reducirá notablemente su presencia en México y al mismo tiempo rebajará su generación con ciclos combinados de gas natural; es decir, tratará de reducir su huella de carbono en el balance de sus operaciones globales.

La compañía eléctrica venderá prácticamente todo su negocio en el país al Gobierno de México a través de un fondo de infraestructura, pero mantendrá su presencia en renovables.

Los activos que venderá Iberdrola en México son: los ciclos combinados de gas Monterrey I y II, Altamira III y IV, Altamira V, Escobedo, La Laguna, Tamazunchale I, Baja California y Topolobampo II y III, junto con el parque eólico terrestre La Venta III, que operan todos ellos bajo el régimen de Productores Independientes de Energía contratados con la Comisión Federal de Electricidad, y los ciclos combinados de gas privados Monterrey III y IV, Tamazunchale II y Enertek.

Según datos de la Comisión Reguladora de Energía (CRE), hasta marzo pasado cada megawatt hora generado por la CFE tuvo un costo de 1,349 pesos (73.50 dólares), mientras que el de los Productores Independientes de Energía (PIE’s) fue de 976 pesos (53.18 dólares).

El valor de la operación es de 6,000 millones de dólares estadounidenses (aproximadamente 5,480 millones de euros al tipo de cambio actual), aunque la cantidad podría modificarse en función de la fecha de cierre de la transacción y de otros posibles ajustes, que son usuales en este tipo de acuerdos.

La salida del país le permitirá concentrarse en operaciones más rentables, con mayor certeza jurídica y bajo estándares de sostenibilidad que le ayudarán a conseguir objetivos relacionados con la que es la tendencia de la industria hacia el futuro. Según cifras del Foro Económico Mundial (WEF), hacia el año 2100 las compañías eléctricas que mantengan su generación a partir de carbono, enfrentarán un entorno global adverso y serán fuertemente sancionadas junto con su país de origen, al parecer en Iberdrola están más que conscientes, no así en otras empresas.

Iberdrola seguirá en renovables

La compañía conservará su negocio de renovables en el país, con 1,059 MW; pero también otros 1,166 MW de ciclo combinado y 202 MW de cogeneración. Es decir, un total de 2,427 MW.

Esta parte del negocio que mantendrá Iberdrola en México representa apenas una cuarta parte del negocio que había logrado armar la compañía en el país; para efectos prácticos se reducirá al mínimo posible. Aunque, seguirá en un segmento que la empresa considera más que estratégico para el futuro, como lo ha dicho en innumerables ocasiones.

No salió de México, la corrieron; dudas sobre la operación

El anuncio de desinversión tiene un contexto que muchas veces se nos olvida, pero que no debemos dejar de lado.

En 2020, Iberdrola canceló una millonaria inversión para una planta de ciclo combinado en la costa atlántica de México, luego de que la Comisión Federal de Electricidad (CFE), no autorizara el suministro de gas que la planta necesitaba para funcionar.

El gobierno mexicano respondió diciendo que asumiría la inversión. Además, el año pasado, el regulador mexicano, la Comisión Reguladora de Energía, multó a Iberdrola con 9,000 millones de pesos (equivalente a 466 millones de dólares) por incumplir la ley al vender electricidad a sus socios, una demanda impuesta por CFE.

De este modo, Iberdrola se va de México, conserva una pequeña parte sí, pero la salida de 80 por ciento o más de la operación, es equivalente a irse del país.

Por el lado del nacionalismo mexicano se dirá que se fortalece la soberanía energética, eso se verá con el tiempo.

Al momento de escribir estas líneas la operación estaba un tanto en la opacidad, se señaló que sería financiada con recursos del Fonadin (Fondo de infraestructura), pero al mismo tiempo que llegarían recursos de un fondo privado.

En entrevista radiofónica la secretaria de energía, Rocío Nahle, señaló que el Fonadin a su vez puede endeudarse, lo que contradice la información inicial del propio secretario de Hacienda, Rogelio Ramírez de la O, al señalar que no habría nuevo endeudamiento y que el Fonadin no estaba en la estructura del presupuesto, lo que deja serias dudas sobre el origen de los recursos.

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