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¿En qué piensa Bic, el gigante de las plumas, en plena era digital?

30-12-2019, 6:25:45 AM Por:
© Cortesía

La planta de BIC en México produce la mayor cantidad de plumas cristal en el mundo, el invento que revolucionó la escritura hace 70 años.

Este texto fue publicado originalmente el 23 de julio de 2019

A mediados de los años 50 del siglo pasado, el inventor francés Marcel Bich revolucionó la escritura y de cierta forma dio un paso importante hacia su masificación y democratización.

Hoy, la vida con el teclado qwerty deja poco tiempo para pensar en aquellos que marcaron la pauta de la modernidad: Bic es una de esas empresas. La firma que más bolígrafos hace en el mundo sigue cosechando los frutos de ser la gran disruptora de la escritura de hace siete décadas.

“En 2020, Bic llega a sus 70 años. La misma edad del bolígrafo cristal, que es el primero del mundo realizado con las especificaciones que hoy conocemos”, dice Mario Berra, responsable de Papelería para las cuatro plantas latinoamericanas de la compañía.

Bic tiene una planta en Cuautitlán, Estado de México, –además de otras 26 alrededor del globo–, un monstruo de 34 mil 500 metros cuadrados cuya extensión no es lo más impresionante, sino su producción: 2 mil 15 millones de productos salieron de esta sede en 2018 con destino a 47 países. Una tasa de 8 millones de productos diarios.

Lee: El nadador mexicano que cruza los mares y dirige BIC en Latinoamérica

Bic
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“El crecimiento de volumen por producción de esta planta en los últimos siete años se puede comparar con la producción completa de otras sedes industriales de la compañía”, asegura Berra.

También en esta sede se crea la mayor cantidad de plumas cristal en el mundo, el producto emblemático de la firma francesa, el que simplificó el proceso por el que la tinta se distribuye hacia el punto y se logra la escritura con el secado instantáneo de la tinta sobre el papel.

Bic: la increíble aventura
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Ese proceso, que para el que escribe se realiza de forma tan automática que no vale la pena pensar en ello, en realidad le tardó a la humanidad poco más de 60 años, desde que el estadounidense John Loud creó un incómodo prototipo de escritura en forma de bola, a finales de los 1880s, hasta que De Bich aprovechó los avances realizados por personajes como el húngaro Laszlo Biro y el químico francés Franz Seech en tiempos de la Segunda Guerra Mundial.

Bic
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La escritura permanece

Con el tiempo, Bic avanzó hacia nuevos negocios más allá de los millones de bolígrafos que vende todos los días en el mundo. En los 70 del siglo pasado lanzó el primer rasurador desechable, una victoria de la comodidad, así como los primeros encendedores de la marca, un triunfo de la seguridad.

Sin embargo, hoy se podría pensar en los diferentes métodos que la estética contra el vello ha puesto en marcha, en encendedores eléctricos e incluso en la obsolescencia del cigarrillo frente a los nuevos fanáticos del vapeo. Y los bolígrafos, tan necesarios en las escuelas podrían ver sus días contados frente a las pantallas y la sustitución de la tinta en la era touch.

“Trabajamos en Bic de forma conjunta y paralela con la evolución digital”, contrapone Berra. “Nos hemos movido de una historia de masa en escritura la relevancia de la actividad de escribir: cada vez es mayor el significado de escribir, y en esa evolución los consumidores requieren y necesitan soluciones distintas”.

La apuesta de Bic ha sido diversificar su catálogo, al menos en la categoría de papelería, que es lo que aquí nos ocupa.

Bic
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Bic pasó de hacer bolígrafos de tinta negra, roja y azul a crear todo un catálogo alrededor de sus principales productos: el bolígrafo cristal, por ejemplo, no solo cuenta con una diversidad mucho más amplia de colores, sino con puntos que van del “punto de aguja”, al “grueso brillante”.

“La escritura no dejará de tener una relación y una fuerte relevancia en términos de desarrollo motriz y cognitivo, particularmente en edades tempranas”, señala el directivo.

“Nuestras familias de productos crecen de forma consistente para mantenernos cercanos y evolucionar con el consumidor”, precisa Berra.

Bic
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De ahí que Bic mantiene un contacto cercano con los consumidores más jóvenes.

En la planta del Estado de México se ofrecen recorridos y talleres para que las escuelas acerquen a los pequeños a la hechura de sus productos. Un descubrimiento que pasa por la automatización de los procesos, las máquinas de inyección de plástico, los robots que participan en la separación de los productos, los barriles de tinta que se exportan a Brasil, la manufactura de productos que ni siquiera se venden en México y un aula destinada para celebrar la escritura.

La temporada que espera Bic cada año está aquí. El famoso Back to School sigue siendo un termómetro para reconocer el crecimiento de la marca.

Plumas Bic
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El año pasado, Bic reclutó un número récord de 2 mil 150 colaboradores para la temporada, número que esperan al menos repetir este año.

A mediados de los 1930, cuando se presentaban nuevos desarrollos del bolígrafo para venderlo en las tiendas estadounidenses, se utilizaba un gran contenedor de agua en el que alguien se hundía y, una vez adentro, escribía con el innovador producto. Hoy la tecnología sigue sin atreverse a tanto. Punto para el bolígrafo.

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