Educación financiera en jóvenes, el mayor reto de la inclusión
56% de los jóvenes aceptan que, cuando llega el fin de mes, no cuentan con la solvencia para cubrir sus adeudos crediticios.
Por Juan Manuel Ruiz Palmieri*
La inclusión financiera sigue siendo un reto importante para el sistema financiero nacional, en particular la dirigida a los jóvenes. De acuerdo con la más reciente Encuesta Nacional de Inclusión Financiera (ENIF), en 2021, 56.7 millones de personas de 18 a 70 años en México (67.8%) tenían algún tipo de producto financiero formal (cuenta de ahorro, crédito, seguro o Afore), tomando en cuenta que hacia 2018 la cifra era de 54.0 millones de personas. Por sexo, se identifica que 61.9% de las mujeres y 74.3% de los hombres tenían alguno de estos productos formales, dice esta encuesta.
En el caso de los jóvenes, estos están relacionados con el crédito, incluso antes de ser clientes formales de una institución financiera, a través de su entorno familiar e, incluso, amigos. Su relación con el crédito comienza cada vez que hacen un pago en las plataformas de venta digitales, solicitan un taxi de plataforma o reciben algún producto por delivery. Así saben para qué sirven tales créditos y los beneficios que les brindan. No queda duda de que se debe fortalecer su relación con los productos financieros y cómo darles el mejor uso.
En el caso de los créditos, el reporte de la ENIF señala que en 2015 tenían contratado algún tipo de crédito con bancos o instituciones financieras 22.1 millones de personas, lo cual abarcaba al 29.1% de la población con mayoría de edad. Tres años después, estas cifras habían aumentado a 24.6 millones de personas, que representa el 31.1% de los habitantes del país. Y si nos referimos a lo correspondiente a 2021, 27.4 millones de las personas de 18 a 70 años, tenían al menos un crédito formal, cifra que equivale al 32.7% de la población en este rango de edad. Distinguiendo por sexo, 31.7% de las mujeres y 33.8% de los hombres dijeron tener algún crédito formal.
En comparación con la ENIF 2018, el crédito para las mujeres reportó un crecimiento de 2.5 puntos porcentuales y para los hombres medio punto porcentual. La brecha a favor de los hombres disminuyó de 4.1 a 2.1 puntos porcentuales. Obviamente, una enorme proporción de este crecimiento se debe a la incorporación de los jóvenes a estos esquemas de financiamiento que comprenden la tenencia de tarjeta de crédito departamental (o autoservicio), bancaria; crédito de nómina, personal, automotriz, de vivienda, comunitario, grupal o solidario. Para 2021, incluye crédito contratado por internet o aplicación de celular.
Aquí, sin embargo, no sólo es relevante que se incorporen al mundo de los créditos, sino que adquieran suficiente cultura financiera para no fracasar y generarse problemas de impagos. En un estudio de la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (Condusef), la plataforma de comparación de tarjetas de crédito estableció que 56% de los jóvenes suelen aceptar que, cuando llega el fin de mes, no cuentan con la solvencia para cubrir sus adeudos crediticios. De esta manera, la mayoría de los solicitantes novatos de un crédito recurre a sus padres para pagar, mientras que otro tanto acude con algún familiar.
Un aspecto muy importante que deben aprender es que el crédito representa una forma de pago que les brinda beneficios, el principal, obtener mayor tiempo de pago: “compro ahora, pago después”, pero no un sistema para hacerse de bienes sin costo alguno.
Otro punto de gran importancia dentro del aprendizaje de la materia es que sepan a profundidad el manejo y administración de los créditos. Ellos no suelen indagar más allá y las instituciones no suelen explicar los detalles. Ciertamente, hasta que empiezan a usar los créditos de manera personal es que conocen a detalle las especificidades del uso, como diferenciar entre fechas de pago, de corte, tasas de interés, anualidades o seguros, entre otros.
Aprender el “buen manejo de los créditos” se hace poco a poco y de forma intuitiva. El objetivo es que los jóvenes puedan tener la capacidad de organizarse, aprender y, sobre todo, de demostrárselo a las instituciones crediticias y financieras.
Sin embargo, éstas ponen mayor esfuerzo en la colocación de créditos que en la atención a su manejo y administración. Ahora es necesario reconocer que es responsabilidad de quienes estamos en el sector financiero, instruir a los más jóvenes en materia de educación financiera y en el correcto manejo de los créditos.
*El autor es CEO de la compañía especializada en sistemas de crédito, Círculo de Crédito.
Nota del editor: Este texto pertenece a nuestra sección de Opinión y refleja únicamente la visión del autor, no necesariamente el punto de vista de Alto Nivel.
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