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Economía

Si AMLO hubiera comprado Banamex, habría sido muy mala noticia para los capitales

18-08-2022, 8:32:43 AM Por:
© archivo

AMLO admitió que pensó en comprar el 51% del banco, pero los estados soberanos nunca han sido buenos banqueros.

La declaración del presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) en el sentido de que pensó, seguramente junto con su equipo económico, adquirir el 51 por ciento de Citibanamex y convertirse en el mayor accionista del banco, cuyo dueño es el estadounidense Citigroup, es sin duda una alerta para no volver a un pasado que, está demostrado, llevó a grandes problemas al país.

En general, los estados no son buenos banqueros, incluso en países como China, en donde predomina el control estatal sobre la actividad bancaria, las herramientas utilizadas son totalmente de libre mercado porque otras condiciones de operación distintas los acerca a prácticas opacas ligadas a la administración de un banco por parte de algún estado. La estatización de la banca en México en 1982 fue la mayor prueba de lo anterior y por lo tanto un rotundo fracaso.

¿Temor a la reacción de los capitales?

El solo hecho de volver a pensar en la participación directa del estado en el sistema bancario comercial del país, como en otras épocas, por medio de una figura que también ha demostrado su escasa eficiencia y gran limitación como la llamada “banca mixta”, es para considerarse como una alerta.

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Si bien los mercados no lo supieron en su momento y no hubo filtraciones al respecto, el capítulo recuerda lo sucedido con el mercado de las Administradoras de Fondos de Ahorro para el Retiro (Afores), cuando por diversos medios se filtró (Alto Nivel fue uno de ellos), que el gobierno tenía contempladas dos vías para mejorar las pensiones de los trabajadores: la primera de ellas consistía en constituir una Afore gubernamental, que dictara las reglas del mercado, con lo que prácticamente se decretaría la estatización del sistema pensionario; la segunda vía era el abatimiento por decreto de las comisiones y el aumento de las pensiones.

El propio presidente Andrés Manuel López Obrador confirmó todo meses después, cuando finalmente se encontró la salida que permitirá que, en el lapso de una década, los trabajadores tengan una pensión decorosa. ¿Habrían temido una reacción adversa de los capitales en los mercados intentar retomar el control estatal de Banamex?

Los capitales son muy sensibles a este tipo de noticias y ver nuevamente al estado mexicano, es decir al gobierno en turno, participando en el mercado bancario nacional de forma directa y de manera tan apabullante por el tamaño de la institución que pensaba comprar, no iba a ser una noticia favorable.

Citibanamex, bandera para estatización bancaria

El presidente Andrés Manuel López Obrador señaló el 17 de agosto que, de haber tomado la decisión de adquirir el 51 por ciento de Citibanamex, las críticas inmediatas se centrarían en el supuesto regreso de la estatización bancaria.

Las cifras disponibles sobre el tamaño de Citibanamex no dejarían espacio para que se discutiera otra cosa. Es cierto que dicha acción, de haberse llevado a cabo, no representaría una estatización del sistema en su conjunto, pero sí de una institución clave en el mercado nacional, el sistema bancario del país empezaría a reflejar en los hechos grandes alteraciones en su desempeño por la participación directa del gobierno en el mercado.

Citibanamex no es cualquier banco, nunca lo ha sido, en la era de la banca estatal determinaba de hecho en gran medida el costo del dinero y era el gran actor de los sistemas cambiarios y bursátiles, hoy lo sigue siendo.

En activos totales, Citibanamex ocupa el tercer sitio con 12.8 por ciento del total del mercado, sólo detrás de Santander con 14.5 por ciento y BBVA que participa con el 22.3 por ciento. Este banco ocupa también el segundo sitio en el mercado crediticio nacional con el 14.1 por ciento de la cartera total, supera a Santander que tiene el 13 por ciento y se ubica abajo de BBVA que acapara el 22.7 por ciento.

En el primer semestre del año, la filial de Citigroup obtuvo utilidades por 11 mil 137 millones de pesos, 2 por ciento abajo de lo que obtuvo en el mismo periodo del año pasado. Algo que llamó la atención es que el presidente del país señaló que la banca es negocio en todo el mundo, lo que no coincide con la visión social que se esgrime en el discurso y que supuestamente debería servir de base como para que el estado mexicano se decidiera a sacar de algún lado al menos 13 mil millones de dólares que es lo que se supone que tiene como valor mínimo dicha institución. La otra alternativa ya la conocemos y no sería nada agradable para los mercados, la de la expropiación.

La banca mixta tiene muchas limitantes

La figura esgrimida por el primer mandatario con la cual el estado pudo haber participado en el sistema bancario nacional con la adquisición de 51 por ciento de Citibanamex, el de la banca mixta, es un esquema con muchas limitantes. De hecho, ha fracasado en muchas partes del mundo y si bien sus orígenes datan del siglo XIV la mayor prueba de sus limitaciones es precisamente la existencia de la actual banca comercial, enfocada en la rentabilidad de los capitales.

En México lo más parecido es la llamada banca de segundo piso o banca de desarrollo, con instituciones como Nafinsa, Bancomext y el actual Banco del Bienestar. Estas instituciones están enfocadas en impulsar el desarrollo del país mediante el fomento crediticio a pequeñas y medianas empresas, así como a sectores productivos como agricultura, silvicultura y ganadería. Pero no tienen nada de mixto porque todas ellas tienen capital del estado mexicano, son bancos del gobierno.

El hubiera no existe, la era de la banca estatal dejó saldos negativos en el país, las crisis de la década de los ochenta y noventa del siglo pasado son la gran prueba. Los estados soberanos por lo general son malos banqueros, por su esencia.

En este sentido, el fomento al desarrollo debe provenir de otras fuentes, son los estados los que están obligados a generar las condiciones para que el sistema bancario impulse el crecimiento. Ojalá no se retome lo que a todas luces y con las evidencias históricas es una mala idea: el regreso del estado al sistema bancario comercial de nuestro país.

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