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Economía

SHCP baja estimación del PIB para 2022, y aún así ‘peca’ de optimismo excesivo

04-04-2022, 9:10:57 AM Por:
© Depositphotos

Organismos como el FMI y analistas privados reportan cifras diferentes; tampoco ayuda el PIB nominal potencial calculado por la propia institución hacendaria.

En el plazo de un año, la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) revisó dos veces a la baja la expectativa de crecimiento económico para México.

El 31 de marzo del 2021, cuando entregó al Congreso de la Unión los Pre-Criterios para el Paquete Económico de 2022, se preveía una expansión de PIB en un margen de entre 2.6 a 4.6 por ciento.

Este rango pareciera insignificante en el marco de un documento de proyecciones, que a final de cuentas es eso lo que se presentan: los Precriterios económicos hacen un escenario futuro sobre lo que prevén los encargados de la política económica de nuestro país. Pero el margen de variación tiene más relevancia de la que se considera.

Más tarde, el 8 de septiembre del año pasado para ser exactos, el secretario de hacienda, Rogelio Ramírez de la O, presentó al país y al congreso un estimado del PIB de 4.1 por ciento para este 2022. Ese fue el primer ajuste, aunque se trató ya de una cifra oficial que de todos modos estaba por debajo de la proyección que la misma autoridad hiciera unos meses antes.

Este viernes 1 de abril se registró la segunda corrección a la baja en el estimado de crecimiento económico, a 3.4 por ciento, 0.7 por ciento menos que la base con la que se hicieron todos los cálculos de presupuesto para este año.

Pero la proyección del PIB para 2022, que en los hechos significa el reconocimiento de la realidad que vive la economía mexicana y que echa por la borda la optimista promesa presidencial de crecer a 5 por ciento para este año y también para 2023, tiene otras aristas, dos de ellas muy relevantes.

La proyección habla del PIB máximo esperado, pero hay otra realidad

Líneas arriba hablábamos del margen que la SHCP maneja en sus proyecciones de crecimiento económico; por ejemplo, si revisamos, observaremos que en marzo de 2020 la institución hacendaria presentó en sus Precriterios Generales de Política Económica para 2021 y 2022 que este año el estimado del PIB se movería en un margen de entre 2.6 a 3.6 por ciento.

Pasaron los meses y el optimismo se desbordó en las instancias gubernamentales ante el repunte de la recuperación en la economía estadounidense, por lo que se pensó, con toda razón, que “jalaría” a su contraparte mexicana.

Con lo que nadie contaba era con la desaceleración económica global, y desde luego en México, lo que disminuyó el crecimiento. Ese “optimismo desbordado” fue la base de la elaboración del presupuesto para este año, pero la realidad se impuso y finalmente la SHCP colocó el PIB estimado para este año más cerca del nivel máximo de su margen reportado hace prácticamente dos años, ese margen de entre 2.6 a 3.6 por ciento.

¿Por qué es tan relevante el margen? Porque nos dice que la SHCP ha considerado un crecimiento de 3.4 por ciento para este año, sin que nos diga que ese es el máximo esperado si asumimos que se maneja con márgenes estimados de crecimiento.

Para no utilizar la diferencia de 2 puntos entre mínimo y máximo en el PIB, reportado por la SHCP hace un año para este 2022, utilicemos la diferencia de solo un punto, utilizado hace dos años.

Eso nos lleva a considerar que el PIB de México crecerá este 2022 un máximo de 3.4 por ciento, y un mínimo de 2.4 por ciento, ésta última cifra sería la que corresponde al nivel inferior del margen de variación.

La cifra revisada sigue con exceso de optimismo

El crecimiento esperado del PIB, de 3.4 por ciento para este año, ya revisado a la baja respecto al 4.1 por ciento previo, es una cifra todavía con una buena dosis de optimismo, algo que se entiende en la tarea gubernamental de “anclar las expectativas”, es decir de evitar que los agentes económicos se vuelvan más y más pesimistas respecto a la evolución de la economía mexicana.

Sin embargo, los analistas y otros agentes financieros que siguen de cerca la evolución de la economía del país, tienen proyecciones que hablan de un desempeño menos favorable en el PIB de México.

Por ejemplo, para este año 2022 el Fondo Monetario Internacional (FMI) considera que el PIB del país crecerá 2.8 por ciento, 0.6 puntos abajo de lo que espera la SHCP.

En cuanto al promedio de analistas privados, la estimación del PIB ya se ubica de manera generalizada debajo del 2 por ciento, con una máxima de 1.8 por ciento y un mínimo de 1.3 por ciento, con el 1.5 por ciento como lectura media.

Si en esta batalla de previsiones los analistas privados tienen razón al final del año, entonces el PIB de México habría crecido 1.9 puntos menos que la estimación oficial, y desde luego sumamente alejado de ese espejismo del 5 por ciento que ya sólo quedará como discurso, al margen de que en cualquier momento lo quieran ratificar como una proyección propia producto de un optimismo particular.

PIB nominal potencial dice otra cosa

Seguramente algunas de las estimaciones y cálculos con los que hacen sus proyecciones los analistas de la iniciativa privada es con el PIB potencial de la economía mexicana, que también es utilizado por la SHCP.

Para no entrar en exceso de detalles numéricos, entre 2022 y 2023 el crecimiento nominal de este indicador es de apenas 1.21 por ciento considerando lo esperado para ambos periodos y de acuerdo a la fórmula utilizada por la propia autoridad.

Luego entonces, efectivamente el crecimiento esperado del PIB para nuestro país en este año, e incluso en 2023 (lo que también acaba con el optimista 5% prometido), está más cerca de 2 por ciento que del 3.4 por ciento.

Si atendemos a este indicador, la dosis de optimismo que el gobierno añadió para la revisión que hizo del crecimiento para este año fue de más/menos 1.4 puntos, con la intención de “anclar” las expectativas. Pero la economía se mueve y en este momento no es precisamente hacia arriba.

Es claro que el crecimiento económico será una asignatura pendiente, una vez más, al final de este sexenio. Lo que es peor, amenaza con ser uno de los crecimientos más bajos en décadas, y eso es mucho decir considerando lo mediocre que ha sido este indicador también en las últimas administraciones.

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