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Economía

Repunte en precios de petróleo llega en el peor momento para México y el mundo

15-02-2022, 6:10:00 AM Por:
© Especial Producción de petróleo en EU.

La inflación ya tiene fuerza propia justo cuando se necesita mayor dinamismo económico y no un alza de crudo.

Los precios internacionales del petróleo se acercan a los 100 dólares por barril. Para hablar en términos coloquiales, dicha franja está prácticamente “a tiro de piedra” y más bien los analistas ahora especulan sobre qué tan lejos pueden llegar cuando toquen el nivel psicológico del triple dígito.

En la tarde-noche del lunes, la mañana del martes 15 de febrero en los mercados asiáticos, la cotización del barril de petróleo Brent se colocaba en 96.12 dólares por barril, con el nerviosismo creciendo como la espuma después de que algunas fuentes noticiosas dieran cuenta de que las tropas rusas se han colocado en posiciones de ataque en la frontera con Ucrania, al tiempo que muchas más embajadas, entre ellas la de nuestro país, apresuraban los trámites para desalojar a su personal, ante los temores de un conflicto bélico.

El mayor impacto económico será en el sector energético, concretamente en las cotizaciones del petróleo y del gas con el primer disparo, cuyo estruendo se escuchará mucho más allá de la zona del conflicto y afectará los mercados energéticos globales.

El problema es que el repunte de precios se presenta en el momento menos oportuno para el mundo, justo cuando se pretende salir del gran impacto generado por el desplome económico de 2020, con muchas naciones, entre ellas la nuestra, que no se ha podido recuperar de la recesión generada por la pandemia.

Paradójicamente para un país petrolero como el nuestro, el repunte de precios es una muy mala noticia.

La inflación tiene fuerza propia

El principal factor negativo es el de la inflación, los precios de los energéticos pegan directamente y prácticamente ningún país tiene forma de evitarlo, puede disminuir sus efectos con medidas internas, pero no hay control sobre los precios internacionales.

Justamente hace un año, en febrero de 2021, el mundo observaba con azoro el repunte de los precios, ante dicho fenómeno la respuesta de los banqueros centrales, empezando por el poderoso jefe de la Fed, Jerome Powell, se centró en una palabra: transitoria. Así quisieron inyectar confianza en los mercados y dejar claro al mundo que el incremento general de los precios era pasajero, un año después es evidente que se equivocaron.

Pero hay algo todavía más peligroso, está el riesgo de que una mala lectura del fenómeno pueda llevarnos a un repunte inflacionario constante, lo que sucede cuando la inflación se alimenta por sí misma.

Es un hecho que la inflación está afectando a todos los hogares del mundo, de todos los estratos sociales. Lo que empezó como un fenómeno transitorio se ha consolidado y afecta ya prácticamente al universo de bienes y servicios.

De acuerdo con cifras del Instituto de Finanzas Internacionales (IIF por sus siglas en inglés), hasta el 90 por ciento de los componentes del IPC (Índice de Precios al Consumidor) de Estados Unidos, tiene una inflación superior al 2 por ciento, el supuesto límite de tolerancia de la Fed.

Asimismo, en países como Alemania la subida de precios afecta a más del 70 por ciento de la cesta de productos. Los economistas del IIF son contundentes y nada optimistas: “La inflación está por todas partes, parece tener fuerza propia”, aseguran.

También advierten: “los bancos centrales tendrán que dar varios golpes para contener el alza de los precios y el descenso de estos será más lento, en un escenario optimista. En un contexto más complejo, nada lejano, la inflación le dará muchos dolores de cabeza al mundo, con sus consecuencias”.

Pero hay un factor que para estos analistas y muchos es un riesgo constante, se trata de los precios de la energía.

El repunte de precios como el petróleo pareciera ser una gran noticia para las finanzas de los países petroleros, como México. En realidad no lo es, cuando menos en este contexto de alta inflación y bajo crecimiento, llega justo en el momento menos deseado. Estas naciones quizás no lo van a aceptar, pero la mayoría de ellas, incluyendo a nuestro país, preferirían que repuntara el dinamismo económico aunque los precios del petróleo se mantuvieran relativamente bajos.

Este sería el impacto petrolero

El aumento fuerte, pero especialmente prolongado del precio del petróleo podría dañar a la economía primero por el lado de la inversión/oferta, con problemas de costos para las empresas, sobre todo para las compañías globales, que como cabezas de sector impactarán en todas las industrias.

En segundo lugar, llegaría otro impacto por el lado del consumo/demanda debido a que los hogares tienen que gastar una mayor proporción de sus ingresos en el pago de energía y tendrán en consecuencia que reducir la demanda de otros bienes y servicios.

Hay un factor que muchos pasan por alto y otros no lo conocen. La energía es uno de los pocos bienes rígidos por el lado de la oferta, debido a que las familias y las empresas en general no tienen la capacidad de sustituir las fuentes de energía que usan cotidianamente por otras más baratas o eficientes, en el corto plazo.

Bloomberg ya ha calculado el efecto, sus economistas señalan que un incremento del precio del barril de petróleo a niveles de 100 dólares llevaría subiría la inflación en aproximadamente medio punto porcentual en Estados Unidos y en Europa para la segunda mitad del año, justo cuando se pensaba que empezaría a bajar.

Por si fuera poco, en el caso de la zona euro el crecimiento económico sería impactado cuando menos 0.3 puntos en el primer trimestre de este año y aproximadamente 0.15 puntos en el siguiente periodo.

Otros analistas consideran que el incremento mensual de la inflación de 0.6 por ciento podría mantener la inflación anual cerca del 7 por ciento durante el resto del año. Un escenario así obligaría a la Fed y también a otros bancos centrales del mundo a actuar más agresivamente, sin la menor duda, pero la recesión sería una realidad cada vez mayor.

Otra consecuencia también sería probable, por ejemplo, la posibilidad de una corrección de hasta 20 por ciento en los mercados de renta variable de Estados Unidos, es decir, Wall Street.

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