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Economía

¿Quiénes son los padres de las Afores en México?

07-03-2024, 11:06:04 AM Por:
© FMI

¿Actuaron con dolo y mala fe, como los acusan hoy?, ¿O fue el momento histórico el que determinó sus acciones?

Apenas iniciaba la segunda mitad de la década de los noventa cuando el país todavía estaba sacudido por la brutal devaluación del peso y sus consecuencias, pero algunos ya advertían sobre la inminencia de otra gran crisis: la del sistema de reparto para las pensiones.

Con una población en crecimiento, bajos salarios y también bajos ingresos públicos, así como mínimos márgenes de maniobra para las finanzas nacionales, se calculaba que en un horizonte de 20 a 30 años el país viviría una gran crisis que iba a empeorar las ya de por sí bajas pensiones.

Las tasas de reemplazo también eran una miseria

Quizás pocos lo recuerden, pero efectivamente, las pensiones de entonces eran ridículas por las tasas de reemplazo que se ofrecían, en un promedio de 25 al 30 por ciento del salario del trabajador.

El sistema de reparto, como estaba en ese momento, era absolutamente inviable, algo había que hacerse; vale la pena decirlo en descargo de los “padres” de las Afores.

El problema es que no se tomó en cuenta la realidad del mercado laboral mexicano, con lo que se cometieron dos errores que abordaremos más adelante, por ahora vale la pena recordar quiénes fueron los padres de las Afores.

  • Ernesto Zedillo Ponce de León, presidente de la República.
  • Guillermo Ortiz Martínez, secretario de Hacienda y Crédito Público.
  • Genaro Borrego Estrada, director del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS).
  • Fernando Solís Soberón, presidente de la Comisión Nacional del Sistema de Ahorro para el Retiro (Consar).

Ernesto Zedillo validó un nuevo sistema pensionario

Por supuesto que el expresidente Ernesto Zedillo Ponce de León tiene toda la responsabilidad histórica por la creación de las cuentas individuales en el Sistema de Ahorro para el Retiro (SAR), pero no olvidemos que los presidentes muchas veces solamente validan lo que proponen sus subordinados.

Zedillo es, desde luego, responsable, pero no se puede decir que exista mala fe o dolo en sus acciones, el sistema financiero mexicano acababa de salir de la bancarrota y se buscaban opciones para darle viabilidad de largo plazo al país.

En México, el ahorro voluntario no es algo que sea constante, los activos de casi 6 billones de pesos que tiene hoy el SAR, equivalente a 21 por ciento del PIB, seguramente no existiría de no ser por la creación de las cuentas individuales en el SAR. El ahorro forzoso no estaría en el diagrama actual de la economía del país, eso no dicen los críticos de las Afores, los melancólicos que defienden el viejo sistema de reparto con todo y que se sustentaba bases totalmente inestables, si bien las cuentas individuales y las Afores no fueron la solución perfecta y, de hecho, no han resuelto el problema de más bajas pensiones, como está demostrado, sí desactivaron una gran crisis en las finanzas públicas, hoy el país enfrentaría gastos exorbitantes que mantendrían permanentemente presionadas las finanzas del país.

Guillermo Ortiz Martínez, la crisis de 1994 fue su referente

El funcionario público que jugó un papel estelar en la segunda mitad de la última década del siglo pasado fue Guillermo Ortiz Martínez.

Al inicio del sexenio de Ernesto Zedillo, ocupaba la cartera de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes, pero tras la devaluación del peso, Jaime Serra Puche fue removido de su cargo y en su lugar arribó Ortiz Martínez.

A él le tocó la parte más dramática de aquella que, por mucho, ha sido la peor crisis económica en la historia del México contemporáneo.

Pero sus acciones poco a poco dieron frutos con el regreso de la estabilidad financiera del país, sus acciones seguramente también estaban encaminadas al inicio de un nuevo sistema de pensiones en México, basado en cuentas individuales, siguiendo las tendencias de aquellos años en el mundo, para ello el modelo a seguir era Chile, país en donde las Administradoras de Fondos de Pensiones (AFP) estaban vigentes desde 1980 y que, a pesar de que ya reflejaban ciertos problemas, todavía estaban consideradas como un éxito en la captación de ahorro forzoso.

Guillermo Ortiz Martínez tiene, sin duda, cierto porcentaje de paternidad en las Afores, aunque ni fue el único y tampoco puede decirse que su actuación fue de mala fe o dolosa.

Genaro Borrego Estrada, desde el IMSS tenía el pulso de las pensiones

Este funcionario público fue director del IMSS desde el año 1993 con el presidente Carlos Salinas de Gortari, y hasta el año 2000 al final de la presidencia de Ernesto Zedillo Ponce de León.

Genaro Borrego conocía las entrañas de la seguridad social en el país. Aunque político es un político de carrera, manejaba cifras y datos que advertían sobre la inviabilidad de los sistemas de reparto en las condiciones en las que se encontraban, sus opiniones fueron determinantes para llevar a cabo un gran cambio en el sistema de pensiones del país.

De hecho, crónicas de la época lo ubican como uno de los más cercanos al presidente Zedillo, y es de sobra conocida su posición crítica hacia los sistemas de reparto y la admiración de entonces para el sistema pensionario chileno.

En el año 2004 Borrego Estrada, ya como senador de la República, dio una conferencia en el Instituto de Desarrollo Empresarial (IDEA), de la Universidad Anáhuac, en el que reivindicó su postura, advirtiendo que, con el cambio al sistema de pensiones, se evitó una gran crisis en México.

Fernando Solís Soberón, la mano operativa

Como primer presidente de largo plazo de la Consar (antes hubo dos funcionarios que duraron unos meses en el cargo), con un mandato del 1 de marzo de 1995 al 31 de enero de 2000, sin duda fue uno de los artífices no solamente de configurar el nuevo sistema de pensiones de cuentas individuales, sino de implementarlo ya que todavía fue el dirigente del organismo regulador casi tres años más después de que iniciara la operación de las Afores el 1 de julio de 1997.

Los cuatro funcionarios anteriores son sin duda alguna los “padres de las Afores”

Sin embargo, a diferencia de lo que se señala desde algunas instancias gubernamentales actuales, sería difícil acusarlos de dolo y mala fe en la creación de un sistema pensionario que, en ese momento histórico, requería una solución.

Quizás, en retrospectiva, los dos errores que se cometieron sin mala fe ni dolo (aunque hoy prácticamente se les acuse de eso), fueron los siguientes.

La realidad del mercado laboral mexicano

Un mercado inestable, con una elevada tasa histórica de informalidad y bajos salarios. Aún hoy con la recuperación salarial en este sexenio, el deterioro es notorio. Además, los nuevos tiempos, concretamente desde el inicio de este sexenio, hacen más difícil la estabilidad laboral y las aportaciones constantes a las cuentas de ahorro para el retiro.

Los mercados laborales son complejos por definición, pero el mercado mexicano ha sido mucho más.

Una baja tasa de aportación

Está quizás sí sería la mayor crítica a quienes diseñaron el nuevo sistema de pensiones, aunque tiene sus matices y tristemente son políticas.

Cuando se diseñó el sistema se fijó como aportación inicial el 6.5 por ciento del salario base de cotización, pensando en elevar dicha tasa de forma paulatina, nadie imaginaba que el primer ajuste al alza se daría 23 años después.

Tiene una explicación, los tiempos políticos se modificaron sustancialmente a partir del inicio del siglo con la cada vez mayor fuerza de las entonces oposiciones políticas, mismas que bloqueaban una y otra vez cualquier intento de cambio a la tasa de aportación,  argumentado un supuesto daño para los trabajadores.

Con los años, esa oposición política se ha hecho del poder y, paradójicamente, esos cambios que antes bloqueaba ahora los impulsó.

Podrá decirse que el ajuste de la reforma de 2020 se recarga en las aportaciones de los patrones, pero es un hecho que ya en el poder tuvieron la intención política que antes no tuvieron.

Esos dos factores son los que han impedido que el sistema de cuentas individuales llegue a ser la solución definitiva para los pensionados del país, se supone que con la reforma de 2020 se logrará un gran avance, pero tampoco hay certeza absoluta, sobre todo si el tema se política, como se ha politizado.

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