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Economía

¿Powell y la Fed quieren provocar una recesión? Estas son las señales

08-03-2023, 10:30:07 AM Por:

En los últimos días, los mercados se han preguntado si la recesión es la única forma en que la Fed puede parar de una vez por todas la creciente inflación.

Los banqueros centrales son, en su mayoría, conocidos por su lenguaje críptico. La forma en que se expresan es poco clara para la inmensa mayoría de las personas, los titulares de las instituciones monetarias más importantes del mundo, como la Fed, el BCE, el BOJ o el BOE, son seguidos por los mercados muy de cerca, pero nunca por el grueso de la gente. Los medios esperan que los especialistas “digieran” lo que explican los banqueros centrales para incorporarlos a sus noticias.

Sin embargo, algunos banqueros han hecho historia en ser los menos ‘comprendidos’. En los mercados son muy recordados los nombres de Paul Volcker, presidente de la Fed entre 1979 y 1987, y el de su sucesor Alan Greenspan, que dirigió el banco central estadounidense entre 1987 y 2006; sus mensajes y disertaciones en torno a la política monetaria eran un monumento al lenguaje criptográfico, tanto que ni siquiera muchos de los más reconocidos expertos llegaban a entender qué es lo que querían decir, hasta después de que observaban los efectos de sus acciones.

Powell habla más claro, pero no en exceso

El actual presidente de la Fed, Jerome Powell, no es la excepción en este sentido, aunque dista mucho de ser Greenspan o Volcker. Sin embargo, su lenguaje, aunque un poco más claro, no es excesivamente transparente, sobre todo porque sabe de los efectos que tienen sus palabras en los mercados.

En las últimas sesiones, precisamente los mercados se han preguntado si lo que la Fed quiere es provocar una recesión, aunque sea moderada, en la mayor economía del planeta.

Por ejemplo, ayer martes la economista Gabriela Siller, directora de análisis de Banco Base, señaló en un tweet lo siguiente: “Me da la impresión de que la Fed quiere provocar una recesión. Parece ser la única salida para regresar la inflación al objetivo”.

Por otra parte, y aunque en apariencia en un contexto diferente, el director del Banco de Pagos Internacionales (BIS), Agustín Carstens, señaló: “Será difícil regresar a un entorno con niveles de inflación bajos y estables a nivel mundial“.

¿Qué tan difícil?, es la pregunta que un reportero debería hacerle al doctor Carstens si lo tuviera de frente. O también, ¿una recesión es la única salida.

Pero Jerome Powell, el actual presidente de la Fed, manda señales que al parecer los mercados empiezan a interpretar en cierto sentido. Ayer mismo sus palabras en el Senado de Estados Unidos, en donde compareció como lo hace cada año, sacudieron a Wall Street.

Powell dijo cosas muy relevantes, pero sin duda lo más importante fue lo relacionado con la política monetaria que el organismo a su cargo lleva a cabo en estos momentos, lo medular fue lo siguiente.

De acuerdo con su testimonio, en diciembre del año pasado la Fed esperaba una tasa terminal para los fondos federales en aproximadamente 5.1 por ciento; Powell recordó que en su más reciente reunión de política monetaria el organismo disminuyó el ritmo de alzas en la tasa de fondos federales al pasarla de 50 a 25 puntos base.

Sin embargo (mucho ojo, amable lector, con lo que viene enseguida), los datos de la economía en enero pasado, relacionados con la inflación y el consumo, sugieren una economía más fuerte de lo esperado; por lo tanto, posiblemente la Fed deberá hacer más.

Los mercados tomaron estas palabras en dos sentidos:

1) El titular de la Fed no está satisfecho todavía con la evolución de la tasa de inflación, pese a que está a la baja; hay algo que le inquieta y que, por lo tanto debe inquietar a los mercados.

2) Esas últimas palabras “la Fed deberá hacer algo más”, fueron interpretadas como una velada advertencia de que el organismo podría subir la tasa nuevamente en 50 puntos base, es decir volverse más agresivo.

De materializarse ese escenario previsto, es probable que la Fed suba su tasa de referencia a cuando menos 5.50 por ciento en su nivel terminal antes de que haga una pausa para evaluar los resultados. Sin embargo, no son pocos los participantes de los mercados y analistas que consideran probable un nivel de hasta 6 por ciento.

Recesión, la consecuencia

Estas señales de Jerome Powell, en el sentido de que la Fed debe hacer más, lleva también a muchos analistas a interpretar cada vez con más certeza que lo que Powell advierte, desde hace tiempo, es que la Fed está dispuesta incluso a provocar una recesión para llevar a la inflación al objetivo de 2 por ciento anual.

Un banquero tan experimentado como Agustín Carstens ya advirtió que será muy difícil regresar en el corto plazo a un entorno de baja inflación permanente, él ya fue banquero central y no olvidemos que el BIS es una organización internacional propiedad de los bancos centrales, algo debe saber.

¿Una tasa de 6 por ciento provocaría una recesión en Estados Unidos? No lo sabemos, quizás los propios banqueros centrales tampoco, pero conforme suba la tasa, subirá la probabilidad recesiva, de eso no hay la menor duda.

Al parecer, la volatilidad financiera no se irá pronto de los mercados, es probable que un día veamos ganancias importantes y fuertes desplomes en otro. En todo el mundo sucederá y las consecuencias no solamente se observarán en las bolsas de valores, ayer mismo el peso se depreció de 18 a 18.13 unidades por dólar, ante la incertidumbre en los mercados.

Los mismos mercados han contemplado un escenario de recesión desde hace tiempo, pero aparentemente cada vez lo consideran más probable. Ayer mismo Gabriela Siller consignaba un dato que es para pensar en serio sobre la probabilidad de este fenómeno.

“La ‘inversión’ de la curva de rendimiento de Estados Unidos entre los vencimientos a 2 y 10 años, subió a 99 puntos base, algo no visto desde el 22 de septiembre de 1981”.

De acuerdo con especialistas, esta “inversión”; es decir, que la tasa de corto plazo pague más que la de largo plazo, es preludio de una recesión y se ha cumplido al pie de la letra al menos desde hace 50 años, es decir desde 1973 cuando se empezó a llevar el registro.

Ante este panorama, quizás lo que evaluarán los mercados en los próximos meses o semanas ya no será la probabilidad de una recesión, sino qué tan hábil será la Fed para salir de este fenómeno en el menor tiempo posible y provocar el menor daño que se pueda a la economía del país. En otros países deberían estar más preocupados.

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