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Economía

¿Por qué la desaceleración de China puede tener un efecto dominó global?

18-07-2023, 9:55:54 AM Por:
© Depositphotos China

El gigante asiático sigue preocupando al mundo; en el segundo trimestre no superó las expectativas de crecimiento.

China es, sin duda, uno de los principales epicentros económicos del mundo. Las noticias del gigante asiático, sean buenas o malas, pueden sacudir las expectativas en todo el orbe.

El 17 de julio, China informó que su PIB del segundo trimestre creció a una tasa anual de 6.3 por ciento con respecto al año previo, por debajo de las previsiones de los analistas de 7.3 por ciento, aunque superó el dato previo de 4.5 por ciento, de acuerdo con su Oficina Nacional de Estadística.

La segunda mayor economía del mundo perdió más impulso en junio, debido a que la actividad manufacturera volvió a contraerse, además de que los sectores servicios y construcción no subieron de acuerdo con las expectativas.

Todos los indicadores señalan que la recuperación económica de China, luego de la crisis generada por la pandemia del Covid-19, ha perdido fuerza.

De acuerdo con las evidencias, el gasto de los consumidores se está ralentizando tras su repunte registrado en el primer trimestre, factores como el impulso de la vivienda se han desvanecido, las exportaciones se debilitaron y la inversión en infraestructuras se detuvo.

Con este escenario, la confianza de los consumidores y las empresas se reduce cada vez más, mientras que el desempleo juvenil sigue en máximos históricos, al tiempo que las empresas luchan contra la caída de sus ganancias. En este contexto, el riesgo de deflación también amenaza con arrastrar aún más el crecimiento.

Así, en este contexto, la preocupación por las perspectivas de la economía alimenta la especulación sobre la posibilidad de un mayor estímulo económico para este año; es decir, una especie de rescate gubernamental de la segunda mayor economía del planeta.

Durante las semanas recientes, las autoridades chinas han recortado las tasas de interés, han ampliado las exenciones fiscales para los compradores de coches eléctricos y suavizado las restricciones a la compra de viviendas en más ciudades. Todo con la intención de reimpulsar el crecimiento económico que se ralentiza.

Ante dicho panorama, los expertos en los mercados chinos pronostican que la segunda economía mundial tiene problemas para implementar un gran paquete de rescate y solamente anunciará en breve algunos estímulos moderados.

Un gran apoyo monetario y fiscal por parte del gobierno chino está limitado por las dificultades de los gobiernos locales para pagar la deuda y recortes adicionales en la tasa de interés ampliarían la brecha de rendimiento con Estados Unidos, añadiendo presiones sobre el yuan.

China, de “fábrica del mundo” a “batería global”

China fue considerada por muchos años como la “fábrica del mundo”. Fue gracias a dicha condición que China recibió el impulso definitivo adquirido en la última década del siglo pasado, para desbancar a Japón del segundo sitio de potencia global en el siglo XXI.

Con los años, China volvió altamente dependiente de su consumo a muchas naciones, especialmente en su propia región y en una parte de Latinoamérica.

La “fábrica del mundo” pasó a ser una especie de “batería global” porque su dinamismo económico mantenía encendida a su vez la actividad económica en otras regiones del planeta.

El mismo lunes Janet Yellen, secretaria del tesoro de Estados Unidos, señalaba lo siguiente en entrevista para la agencia Bloomberg:

“Numerosos países necesitan crecimiento sólido de China para potenciar el desarrollo de sus respectivas economías, en especial los países asiáticos, y un crecimiento reducido del gigante asiático puede generar un efecto negativo incluso en Estados Unidos”.

Pero China se está ralentizando cada vez más en su crecimiento económico: lo anterior no puede ser otra cosa sino el preludio de una desaceleración global, el reconocimiento tácito de la propia secretaria del tesoro estadounidense no deja lugar a dudas.

La economía China está entrando en una peligrosa fase de lento crecimiento, las cifras así lo señalan. Pero incluso hay algo todavía más riesgoso, el desempeño del consumo en general, factor que por años se volvió el “motor” del dinamismo chino dentro y fuera de sus fronteras.

La misma Yellen destacó en la entrevista que el gasto de los consumidores chinos se volvió relativamente débil en el repunte económico, también relativamente lento, que se registró en la reapertura económica tras la fallida política de cero-Covid, con la que se deterioró todavía más la economía.

Asimismo, las cifras del lunes mostraron que el PIB aumentó menos del 1% desde el primer trimestre, al tiempo que las ventas minoristas de junio aumentaron menos de lo previsto.

Yellen aseguró: “Parece que los consumidores están más enfocados en reconstruir sus reservas de ahorro que en gastar”.

Preocupación en EU

En Estados Unidos hay preocupación, tanto en el sector público como el en privado, y no es para menos.

Apenas la semana pasada Jamie Dimon, CEO de JPMorgan Chase, dijo que Estados Unidos no debería tener tanto miedo de China, considerando que su país cuenta con un mucho mejor ejército, además de una gran economía, así como alimentos y petróleo suficientes.

El ejecutivo considera que Estados Unidos debe fomentar su crecimiento económico y mantener cerca a sus aliados militares y económicos. También habló sobre limitar el acceso de China a microchips avanzados, en este asunto considera que, si el trasfondo es una estrategia comercial, es comprensible lo que sucede, al tiempo que también justifica la medida si es por motivos militares.

Dimon cree que al país le hace falta una política de crecimiento y la razón por la cual el crecimiento promedio de los últimos 20 años bajó a 1.7 por ciento anual y no 3.0 por ciento como debería ser, es porque se ha hecho mal trabajo en política migratoria, recolección de impuestos, hipotecas y salud, algo que favoreció el crecimiento de China como potencia.

Así, China vuelve a preocupar al mundo, y si alguien considera que se pone demasiado interés en lo que sucede en ese país, debería remontarse a noviembre de 2019, cuando algunos medios empezaron a reportar signos de una enfermedad misteriosa en la provincia de Wuhan, siendo ignorados por varias semanas por el mundo entero e incluso silenciados por las propias autoridades de su país. Lo demás, ya sabemos, es historia.

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