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Economía

Plan antiinflacionario de 2022 vs. 1987, estas son las diferencias

03-05-2022, 9:12:47 AM Por:

Factores como la autonomía de Banxico, las metas de inflación, el tipo de cambio de libre flotación y el contexto político, son muy distintos a los observados hace 35 años.

El 16 de diciembre de 1987, el presidente Miguel de la Madrid anunció desde la entonces residencia oficial de Los Pinos un pacto entre gobierno, empresas y trabajadores para abatir la inflación. La administración de entonces se comprometió a contener el gasto público, reducir subsidios, aumentos de tarifas ordenados e incrementos de salarios.

Las crónicas de aquel anuncio dicen que el pacto tuvo un éxito relativo al bajar en un año la inflación, que en se encontraba hasta en triple dígito.

El contexto económico, político y social en el que se anunciará este miércoles 4 de mayo de 2022 un nuevo acuerdo (pacto) económico, o algo parecido, para lograr el objetivo de contener la inflación en productos específicos, se presenta bajo un escenario impensable hace 35 años.

En realidad, se trata de un escenario con dos países diferentes, dos mundos muy distintos,

México es totalmente irreconocible frente al panorama que existía hace tres décadas y media.

Por lo tanto, los dos acuerdos o pactos son diametralmente diferentes, sin siquiera conocer lo que se anunciará este miércoles, es posible decir que el pacto o acuerdo no se parecerá en nada al de hace 35 años, incluso valdría la pena evaluar desde el nombre ya que en los hechos podría ni siquiera ser un pacto.

El pacto de 1987 fue en realidad un plan de choque para sacar a México de las garras no de la inflación, sino de la hiperinflación, considerando que esta lectura ya se ubicaba cerca de 150 por ciento, muy arriba, 19 veces superior a lo que hoy vemos con asombro, es decir una tasa de 7.72 por ciento.

Ese pacto fue un plan de choque para hacer correcciones estructurales en la economía, este acuerdo que se conocerá el miércoles solamente trata de enfrentar un problema de crecimiento de precios en productos específicos, sin que suene a algo más relevante toda vez que la estructura económica del país está en esencia sana.

Dicha estructura está relativamente sana porque, hay que decirlo, el gobierno actual ha mantenido las directrices de orden en las finanzas públicas; en otras palabras, “no ha hecho locuras” como se temía.

Pero también, hay que decirlo, dicha estructura económica es una herencia que se construyó a lo largo de décadas, y que muy probablemente empezó justo con aquel pacto económico de 1987.

Aquí las diferencias de contextos entre los años 1987 y 2022, con 35 años de diferencia.

Escenario político

La diferencia es muy clara, hace 35 años nuestro país vivía todavía bajo la sombra de un partido casi único, con la transmisión del poder cambiando de manos cada seis años.

Este poder político era prácticamente absoluto, tanto así que incluso las decisiones de gran trascendencia económica, como el desempeño de las tasas de interés y la política cambiaria, se determinaban desde la presidencia de la República, para decirlo claro.

En diciembre de 1987, con Miguel de la Madrid Hurtado como presidente, al Partido Revolucionario Institucional todavía le quedaban 12 años más de permanencia en el poder.

Hoy, con todos los defectos que pueden registrarse, la transición política es toda una realidad, en los 22 años del presente siglo han gobernado el país tres distintos partidos políticos. Los saldos podrán debatirse, pero es un hecho que la alternancia en el poder está a la vista.

Social

El escenario social también ha cambiado sustancialmente; de entrada, en 1987 México contaba con alrededor de 79 millones de habitantes, hoy somos cerca de 130 millones, es decir 50 millones más.

Pero junto con el aumento de la población crecieron los problemas, comparar los niveles de desempleo actual con respecto a los registrados esa época sería ocioso.

No obstante, vale la pena señalar que el desempleo, más el empleo informal, son signos de la sociedad actual.

De hecho, este último factor, la economía informal, era desde entonces, ha sido a lo largo de los años y es ahora mismo, la gran válvula de escape de las presiones socioeconómicas en eso todavía se parecen el México de antes y el de ahora.

México empezó a registrar en aquellos años de los ochenta el llamado “bono demográfico”, lo que se mantiene y se mantendrá al menos hasta los primeros años de la década siguiente.

De cualquier manera, las acciones de gobierno impactan igual hoy que antes, cada una de ellas afecta a millones de habitantes y lamentablemente los problemas de antes siguen siendo los problemas de ahora: desempleo, inseguridad, infraestructura deficiente, mala atención en salud etc.

Por si fuera poco, la inflación se añadió en los meses recientes a las preocupaciones de los mexicanos.

Contexto económico

Este contexto, el económico, es quizás la más grande diferencia entre el México actual y el que existía hace 35 años cuando se firmó el primer pacto.

La estructura económica del país es hoy diferente: banco central autónomo y con facultades para determinar la política monetaria, límites al endeudamiento gubernamental, tipo de cambio de libre flotación, objetivos de crecimiento económico, metas de inflación, sistema bancario privado pero regulado bajo estándares internacionales (Basilea), y muchos elementos más que permiten determinar la enorme diferencia entre el México de 1987 y el de la actualidad. México no tenía en aquellos años la estructura y base económica que hoy tiene, construida a lo largo de todas estas décadas.

Como señalamos, en 1987 la inflación era galopante, alrededor de 150 por ciento, triple dígito en el crecimiento de precios.

Hoy vivimos con una inflación elevada considerando que son lecturas que no se habían observado en 21 años, es decir, al menos una generación no la había visto, pero nada comparado.

Cuando en 1988 se renovó, ya bajo la presidencia de Carlos Salinas de Gortari, el Pacto de Solidaridad Económica (PSE), para denominarlo Pacto para la Estabilidad y el Crecimiento Económico (PECE), se fijó el objetivo de bajar la inflación en el primer año a una lectura mensual de 2 por ciento.

Dicha tasa mensual de entonces es equivalente a lo que se reporta actualmente en poco más de 3 meses, considerando que inflación es muy elevada en la actualidad respecto a los mínimos históricos.

En 1987 México no tenía Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos ni con ningún otro país en el mundo, y lejos, muy lejos, estaban mecanismos como el swap de divisas por parte de la Fed, así como las líneas de crédito contingente por 60 mil millones de dólares del Fondo Monetario Internacional (FMI) para el país. No hablamos de la calidad de las inversiones en México, eran simple y sencillamente especulativas por su estatus de “chatarra”, no había calificación soberana para la deuda del país.

En resumen, aquel pacto de 1987, derivado de graves errores, funcionó porque corrigió la estructura económica de México.

En contraparte, este pacto, acuerdo o como se le vaya a llamar, es simple y llanamente una estrategia correcta y de reacción tardía, pero con tintes políticos dirigida a contener los precios de algunos productos que más impactan a los mexicanos, fuera de eso su relevancia será limitada.

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